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Protección y resguardo

El mono aullador, una especie en peligro crítico y declarado monumento natural

La principal causa de la disminución del Carayá es la rápida urbanización de la fauna. Se estima que dentro de 25 años su población se verá reducida en un 30 por ciento, convirtiéndose en una especie “casi extinta” por la falta de bosques. Corrientes ya inició el camino de protección al primate


La provincia de Corrientes inició el camino para proteger al carayá, un primate aullador que pasó a ser declarado “monumento natural” a través de una ley surgida por iniciativa popular para protegerlo y que genera expectativas en la comunidad científica de la región nordeste.

“Con la situación actual estimamos que en 25 años la población de carayá se verá reducida en un 30%, porque sin bosques no habrá monos y esta región ya es la segunda con la mayor tasa de deforestación detrás de Brasil”, advirtió en diálogo el primatólogo Martín Kowalewski, investigador del Conicet y jefe de la Estación Biológica Corrientes.

Un ejemplar de carayá fue noticia el pasado domingo al ser rescatado durante un allanamiento realizado en el porteño barrio de Belgrano R., donde encontraron, además de drogas, al mono encerrado en un armario sin luz, agua, ni ventilación.

La población de carayá se verá reducida en un 30% por falta de bosques

El jueves 25 de noviembre la Cámara de Senadores de la provincia de Corrientes aprobó la ley que declara monumento natural al mono aullador, o carayá, luego de lograr su aprobación el 29 de septiembre en Diputados.

“Con la situación actual estimamos que en 25 años la población de carayá se verá reducida en un 30%, porque sin bosques no habrá monos y esta región ya es la segunda con la mayor tasa de deforestación detrás de Brasil”, dijo Martín Kowalewski

El también investigador celebró la sanción de la ley provincial al afirmar que se trató de “un primer paso que será seguido por la reglamentación, un avance que podría contemplar castigos para quienes cometen actos que atenten contra esta especie, pero también recursos, educación y más áreas protegidas”.

Esta norma, explicó, “pone al mono en el máximo nivel de protección” y destacó que “haya sido una ley salida de un proceso participativo, por iniciativa de una sociedad que lo pidió”.

En ese sentido, dimensionó el valor de la norma al indicar que “en la provincia de Misiones y en el noreste de Corrientes el carayá pasó a estar en peligro. Podés caminar kilómetros y kilómetros y no los ves; esa población es 10 veces menor a la que se registra en la zona de la capital correntina”.

El científico profundizó el alerta al revelar que “el mono aullador rojo, de Misiones, se encuentra en peligro crítico, es decir, es una especie prácticamente extinta”.

“Estamos viviendo un fenómeno a escala mundial de urbanización de la fauna y nuestra región no es la excepción, ante lo cual hay que remarcar que ver tantos monos en zonas pobladas o en barrios periurbanos no es buena señal, es una alerta de la mala situación por la que atravesamos porque no hay más bosques nativos”, advirtió Kowalewski.

Su incidencia en la salud pública

El especialista, que participó de las sesiones legislativas en las que se aprobó la iniciativa que protege a los aulladores, también puso de manifiesto la importancia que tiene esta especie como “centinela de la salud pública”.

“Los monos son muy susceptibles a la fiebre amarilla, por ejemplo, tras ser picados por el mosquito vector de la enfermedad a los cinco días mueren, por eso tiene una importancia muy grande ya que gracias a ese rol podemos evitar que se urbanice la enfermedad”, explicó.

Y señaló que “en Misiones y Corrientes logramos establecer una red de alerta temprana, que incluye a personas que viven en zonas con poblaciones de monos cercanas, de modo que pueden observar sus comportamientos y generar avisos para analizar muestras, realizar rastrillajes de vacunación y bloquear la enfermedad. Toda esa tarea es muy importante si queremos preservar la especie, estamos detectando que de no ser así, la cuestión se pondrá cada vez peor y luego ya será demasiado tarde. Pero sigue costando muchísimo que se tome conciencia de la posibilidad de extinción y de que si no hacemos nada en la actualidad perderemos este tiempo, que es en el cual debe protegerse la especie”.

Subrayó que además tienen una función especial como dispersores de semillas, un rol trascendente para lograr la forestación nativa de los árboles frutales de los que toman su alimento.

Las singulares características de la especie carayá

Los monos carayá pueden medir hasta 65 centímetros, con una cola que puede alcanzar igual longitud y su peso varía entre los cinco y los ocho kilos, en el caso de los machos.

Mientras que las hembras tienen un pelaje más claro y que puede llegar a ser amarillo, los machos son negros y aúllan para marcar territorios, explican fuentes científicas.

El carayá es diurno y arborícola. Vive en grupos familiares cuyo tamaño y estructura son variables y dependen de la disponibilidad de los recursos. Generalmente están integrados por cinco a 19 individuos, que incluyen a un macho dominante, otros subordinados, algunas hembras adultas, varios juveniles y crías, pero también se pueden encontrar tropas formadas sólo por machos o hembras, por parejas monógamas y por machos o hembras solitarios.

Los grupos son sedentarios y delimitan su territorio mediante fuertes vocalizaciones; por lo general el macho emite sus poderosos bramidos al amanecer y al atardecer, pero también cuando está por llover o ante algún peligro y muchas veces es acompañado a coro por el resto del grupo. De noche duerme refugiado entre las ramas, enrollado con la cola sobre el lomo.

Sus movimientos son lentos y pausados y pasa la mayor parte del día inactivo, interrumpiendo su descanso a intervalos, especialmente a media mañana y media tarde, para alimentarse. Su dieta típicamente vegetariana está compuesta de hojas, brotes tiernos y frutos, que varían de acuerdo a la disponibilidad estacional.

El macho es polígamo, pero también la hembra se aparea con varios de ellos durante el celo. La gestación dura alrededor de seis meses y la única cría nace generalmente en otoño o en invierno. Durante los primeros meses el recién nacido viaja prendido al vientre de su madre y luego a su espalda, hasta que alrededor del año de edad se desplaza por su cuenta.

La lactancia se extiende por entre 18 a 24 meses. Las hembras alcanzan la madurez sexual a los cinco años aproximadamente, mientras que los machos a los siete años.

Multas millonarias para quienes atenten contra los monos

La ley que declara al mono aullador negro o dorado o carayá, denominado científicamente “Alouatta caraya”, como monumento natural en Corrientes, tendrá como órgano de aplicación a la Dirección de Parques y Reservas de la provincia.

Según la norma, el objeto es asegurar la conservación, evitando su extinción y diagrama un margen dentro del cual se aplicarán medidas contra quienes atenten contra los monos, al indicar que la pauta de multa será de un monto equivalente hasta mil sueldos del director de Parques y Reservas de la provincia.

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