Opinión

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El Ministerio de Educación no hace políticas públicas; hace publicidad

El Ministerio está pensando en los titulares periodísticos y en no contradecirse en la decisión de condenar a los y las docentes por haber realizado medidas de fuerzas.


Por Martín Lucero

Con lo dispuesto sobre las instancias de evaluación, acreditación y promoción de diciembre 2022 y febrero 2023, ya no caben dudas: el Ministerio de Educación decidió destruir la escuela secundaria. Y lo hace cuando, una vez más de manera arbitraria, unilateral e inconsulta, simplifican la aprobación de materias y determinan que quienes aprobaron los objetivos curriculares deban seguir yendo a las escuelas con la única misión de participar de talleres, rondas de convivencia, rueda de palabras o repaso de contenidos dados. Es decir, no refuerzan ni recuperan contendidos; sólo están en las escuelas para hacer una puesta en escena.

Educación ratificó que hay clases hasta el 23 de diciembre

El Ministerio está pensando en los titulares periodísticos y en no contradecirse en la decisión de condenar a los y las docentes por haber realizado medidas de fuerzas.

La mencionada circular no se detalla en qué consisten esos talleres o rondas y los deja a criterio de cada institución educativa. También fija para quien no alcanzó los contenidos, una continuidad hasta el 23 de diciembre y que aprobará con la entrega de un solo trabajo que integra varias materias o disciplinas. Esta modalidad ya fue unánimemente cuestionada por el Magisterio.

Sabemos que si esto hubiese sido consultado con cualquier docente, la respuesta hubiera sido que la decisión está mal formulada pedagógicamente, está plagada de errores y además es inexplicable a qué van a hacer la escuela los que aprobaron las materias. Sería bueno saber cómo el Ministerio le explica a una familia que su hija ya aprobó y alcanzó los contenidos pero tiene que ir hasta el 23 de diciembre para hacer ronda de palabras.

Simplificar las políticas de los exámenes y flexibilizar la aprobación de materias sólo apunta a obtener estadísticas para que el año próximo algunos funcionarios el año próximo puedan jactarse al decir que la provincia de Santa Fe es la que menos repitencia tiene en el país, pero sin aclarar a que costo se logró: flexibilizar todos los mecanismos de evaluación para lograr una promoción casi automática.

El Ministerio de Educación no hace política pública. Hace publicidad, que es otra cosa.

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