Espectáculos

A las 22, por la TV Pública

El martes comienza la tercera temporada de “El Marginal”

La exitosa serie de Underground y Contenidos Públicos volverá a seguir los pasos de Mario y Diosito Borges, interpretados por Nicolás Furtado y Claudio Rissi, con la incorporación especial de Lorenzo Ferro


La exitosa serie creada por Sebastián Ortega junto a Underground y Contenidos Públicos El Marginal comenzará a transitar este martes su tercera temporada. La misma vuelve a estar protagonizada por Nicolás Furtado, Martina Gusmán, Claudio Rissi y Gerardo Romano; sumando a sus filas a Ana María Picchio, Gustavo Garzón, Alejandro Awada y la revelación de la película El Ángel, Lorenzo Ferro. La producción podrá verse todos los martes, a partir de las 22, por la TV Pública y la plataforma Cont.ar.

La tercera temporada de esta ficción se ubica temporalmente después de la segunda, pero antes de la primera. Los hermanos Mario y Diosito Borges (Rissi y Furtado) obtuvieron el poder del penal y ahora buscarán armar un plan para ganar dinero lo antes posible ya que pueden obtener su libertad gracias a Gerardo Antín (Romano), el director del penal San Onofre.

Pero para eso los Borges deben proteger a un interno recién llegado, hijo de un empresario poderoso, encarnado por Leonardo Ferro. Entre las incorporaciones Ana María Picchio compone a Estela Morales, la nueva jefa del Servicio Penitenciario Federal, ex novia de Romano, y declarada defensora de la mano dura y de la violencia institucional contra los reclusos.

El Marginal 3 está dirigida por Alejandro Ciancio, escrita por Omar Quiroga, Nicolás Marina y Andrés Pascaner; con producción general de Pablo Culell y dirección general de Sebastián Ortega.

“No sé qué es lo que hay para que un personaje tan duro sea querible”, confesó Claudio Rissi a la agencia de noticias Télam. Su personaje, Mario Borges, logró gran popularidad y se ganó el cariño del público más allá de ser de los más duros de la serie. “Por supuesto que uno quiere que lo quieran, esto es humano y los actores queremos que nos quieran. Creo que tiene que ver con el humor, en principio, y determinados valores que son trastocados porque por momentos parece Groucho Marx, «tengo estos valores y si no te gustan tengo otros». Hay determinados seudo valores morales que rigen la vida de Mario. Y el humor ácido que tiene Mario con el cual yo me identifico, yo Claudio. Yo tengo un humor así. Eso es lo que tiene El Marginal, expone cosas que vos decís «¿y esto?». Esto es la televisión. Es que esto es ficción. Si hablamos de ficción hablamos de ficción, si hablamos de realidad, ¿cuál es la realidad? ¿Cuál es la tuya o cuál es la mía? Porque hay más de una. En realidad la realidad es una, pero depende con qué color lo mires, tiene matices. Y la ficción también, pero es una mirada de algo que una mente enferma como la de Caetano y Sebastián Ortega pueden llegar a crear como este mundo carcelario que es El Marginal. Esos chicos no están bien, yo diría que tendrían que volver al psicólogo de donde no deberían haber salido jamás (risas). Pero gracias a ellos estamos haciendo este quilombo. Sebastián es un gran capitán”, apuntó.

Además y sobre lo que él llamó la amoralidad de los actores dijo: “Si yo tengo que hacer un genocida, por ejemplo, si yo lo juzgo, cuando actúo trabajo desde el prejuicio. Yo lo puedo juzgar a un tipo, considerar que Jorge Rafael Videla fue un reverendo HDP. Ahora, si yo tengo que hacer de Videla no puedo decir eso cuando tengo que abordar las escenas que vienen en un libro, tengo que encontrar la manera de liberarme para tomar otro código de pensamiento que es el de este tipo que no tiene nada que ver con el mío. Entonces, necesito justificar por qué ese tipo piensa como piensa porque a priori yo no pienso así, pero tengo que pensar como ese tipo para poder desarrollar esas acciones sin que esas acciones formen parte de un cliché porque yo actué desde un juicio previo de decir «este tipo es una porquería» y entonces hago de hijo de puta. Una vez Federico Luppi, que fue un gran maestro y me enseñó muchas cosas, me dijo: «Claudio, todos los personajes del ombligo para adentro son seres humanos, hay que limpiarse de prejuicios». Por eso uno es un amoral cuando actúa”, aseguró Rissi.

La trama

“Una de las misiones de Diosito, pago de una guita grande mediante, es proteger al hijo de un político muy conocido, que interpreta Toto Ferro”, adelantó Nicolás Furtado en diálogo con Tiempo Argentino. “El pibe cayó en cana por un accidente de tránsito en el que murieron sus amigos. Pero más que como una persona a cuidar, Diosito lo toma como una mascota. Lo tiñe, le hace bromas pesadas, le juega. Y el pibe viene de una clase social y un ambiente muy diferentes. Esa relación también le da humor a la serie, más allá del drama y la violencia que nunca faltan. La psicología de los personajes siempre fue un punto fuerte de El Marginal y esta tercera entrega no será la excepción”, se explayó.

Para Furtado el principal desafío que le presentó su personaje en esta tercera temporada fue “desarrollar las cuestiones emocionales que Diosito atraviesa”. “El factor cárcel ya no es tan determinante. Los nuevos capítulos trabajan mucho sobre los vínculos. Y la inestabilidad en los vínculos puede dar pie a que la vida de los internos corra más riesgos. Más allá de haber actuado y leído todo, pude ver tres capítulos completos y quedó espectacular. Creo que es la mejor temporada que hicimos y eso tiene que ver con que hace mucho que laburamos juntos, las cosas salen más fácil, más rápido y eso hasta nos permite tomar más riesgos”, agregó describiendo a su personaje como alguien con “modos muy reconocibles, muy icónicos, y una capacidad muy grande de generar empatía con la gente y hasta con los otros personajes”.

“Como actor hacerlo es un desafío muy lindo. Y, al mismo tiempo, tiene muchas facetas diferentes. Diosito se guía por parámetros y criterios muy personales, bastante peculiares casi siempre. Está marcado por la violencia, la locura y cierta ingenuidad retorcida. Es un personaje con un montón de condimentos y eso siempre suma”, apuntó.

Reflexionando sobre cómo cambió su visión del sistema carcelario tras la realización de esta serie, Furtado apuntó: “El sistema penal sólo procura sacar de la sociedad al condenado. No busca medidas de fondo. La Naranja Mecánica, entre tantos otros ejemplos, lo explica claramente. ¿Curás al protagonista del delito? ¿Cambiás las condiciones para que el sistema que lo llevó a eso no siga funcionando igual? Desgraciadamente eso no sucede. Podés hacer más cárceles y llenarlas, pero no solucionas el verdadero problema. Las condiciones en las cárceles son muy duras y eso dificulta todavía más la reinserción. Cada preso es un mundo, pero las dificultades son muy notorias. Algunos, una vez liberados, hasta deciden volver a la cárcel porque por lo menos tienen un techo y comida. Es un tema muy complejo y cruel”.

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