Tras su participación en El Marginal, Nicolás Furtado se transformó en un fenómeno. Ya había sorprendido al público argentino como “El Bicho” en Educando a Nina aunque después no le fue tan bien en su participación en la última tira de Telefé, levantada por falta de rating, Fanny la fan. Actualmente el actor uruguayo se encuentra filmando la segunda parte aquella serie de Sebastián Ortega que dirige Adrián Caetano, que se vio por la Televisión Pública y se convirtió en suceso en Netflix. El marginal 2, que también tendrá aire por la señal pública, es una precuela y en ella el personaje de Furtado tomará mayor protagonismo.
Es que ahora los hermanos Borges, interpretados por Nicolás Furtado como Diosito y Claudio Rissi como Mario, se alzarán con el control de la cárcel y lograrán manejar el penal en connivencia con el director del penitenciario, interpretado por Gerardo Romano, luego de haber desplazado a El Sapo (Roly Serrano), anterior dueño del pabellón.
En esta lucha de poder, donde Diosito tendrá aún más protagonismo, los ayuda un médico que está preso (Esteban Lamothe) por haberse autoincriminado por un asesinato. El médico sólo parece querer adaptarse a los códigos carcelarios, pero tiene una obsesión oculta: escapar.
“En esta temporada contamos cómo Diosito, su banda y los demás presos que se pueden ver en la primera temporada entran al penal y se van adaptando y, sobre todo la banda de los Borges cómo va ganado el poder y derrocando al que en ese momento es el capo de la cárcel. Nosotros entramos al patio, a «la villa», como le dicen en la serie, y se ve el día a día de cómo nos vamos acomodando a eso”, contó Furtado a la agencia de noticias Telam.
En comparación con la primera temporada, Furtado aclaró que esta historia será “más oscura, violenta y picante”. “Tiene elementos más pesados sin perder la esencia de la primera, y la poesía que por momentos tenía en algunas escenas –agregó– <El Marginal<, a pesar de ser una serie de acción y policial, tenía una forma especial de contarse a través de los planos, la fotografía, ciertos diálogos, ciertos planteos. A mi personaje y a otros se los ve de repente en planteos más filosóficos existenciales, psicológicos y eso creo que es algo propio, un sello de la serie”.
Asimismo, el actor confesó que la construcción del personaje atraviesa una delgada línea cercana a la sobreactuación: “Si caminas por esa línea llegás a algo que realmente puede llamar la atención, si no te pasás está perfecto y si no llegaste le falta, es un poco arriesgada la propuesta, yo era consciente como actor de eso y obviamente trabajaba para que no ocurra una cosa ni otra, pero sabía que si lograba ir por ese camino, iba a pegar”.
Por otro lado, el actor reconoció que Diosito genera sentimientos encontrados en el público y afirma que es así como éste “justifica lo que hace, lo bueno y lo malo, porque ahí está la verdad que puede tener el personaje, hacerlo desde un lugar sincero para con él mismo hace que sea creíble para él que lo ve”.
“Diosito es un pibe que se aferra a lo poco que tiene a nivel afectivo, creo que viene por ahí, como en la vida real, es la principal razón por la cual acciona de esa manera y tampoco tengo la respuesta, porque él no la tiene, y una de las cosas que hice como actor fue no juzgarlo, no encasillarlo, no decir nada, porque ni él sabe”, agregó.
Poner el cuerpo
Como actor, Nicolás Furtado interpretó los más disímiles personajes, esta vez con un grado de crudeza y violencia que provienen del ámbito en el que cumple su condena. “Me aferré mucho a los libros, es un trabajo de todos la creación del personaje, se va armando con el trabajo de todo el equipo. Pero en un momento le fui dando forma, estuve investigando mucho ese mundo, y ahí fue surgiendo. Tenía un glosario con cientos de palabras que iba cambiando en el texto, eran de la jerga carcelaria o villeras, fui tratando de ser lo más fiel al vocabulario real de un preso y de un centro de detención. Trato de llevar al personaje a los lugares más lejanos posibles y me es más divertido a mí”.
Sobre el éxito de la temática, en tiempos de series, el joven actor aseguró: “Es que te da la posibilidad de espiar ese mundo. La gente se mete adentro de una cárcel y ve cómo funciona o por lo menos cómo nosotros lo contamos. Para eso nos agarramos de elementos reales pero sin perder de vista que es una ficción y creo que logramos ser verosímiles en lo que contamos, la gente lo cree, le gusta y le resulta interesante”, contó.
La segunda temporada de El Marginal tiene prevista la filmación de sus capítulos hasta fines de marzo y contará con locaciones como la villa La Cava en San Isidro y la cárcel de Caseros, su escenario principal. “Los técnicos, la fotografía que tiene, la producción de Underground fue excepcional, cuidan mucho el producto, Sebastián (Ortega) está supervisando cada detalle artístico, estético, contenido, libros y hasta el vestuario de los personajes. A nivel humano es muy bueno el grupo, y las nuevas incorporaciones de personajes le van a sumar mucho, porque además necesitamos de ellos para contar otras cosas”, confió.
El elenco lo completan Esteban Lamothe (Patricio, el Doc), Martina Gusman (Emma), Carlos Portaluppi (Morcilla), Bryan Buley (Pedro), Roly Serrano (Sapo), Abel Ayala (César) y Verónica Llinás (Rita).
