Rodrigo Arévalo
El lenguaje inclusivo despierta adeptos y detractores en una sociedad que experimenta cambios. En pocos años, el “todos y todas” que popularizó la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner evolucionó al “todxs” y luego al “todes”. Durante el debate por la legalización del aborto, esta manera de hablar y escribir se coló en la agenda pública.
El artículo “La lengua degenerada” publicado en la web de divulgación científica El gato y la caja se pregunta si hablar con lenguaje inclusivo tiene algún sentido o sólo se trata de una cuestión cosmética que no cambia la percepción de la realidad. La socióloga cordobesa e investigadora del Conicet Sol Minoldo es una de las autoras de este artículo que superó las 500.000 visitas desde su publicación el 4 de julio pasado; todo un récord para El gato y la caja, un portal que comenzó con el eje puesto en las ciencias naturales y desde 2016 comenzó a abordar las ciencias sociales. La autora visitó Rosario el miércoles pasado, donde brindó una charla sobre lenguaje inclusivo y no sexista en el bar La Fávrika, en Tucumán 1816.
En “La lengua degenerada”, Minoldo compara al lenguaje (en este caso el idioma castellano) con “el agua de los peces” y lo analiza como instrumento para pensar el mundo. “La lengua no es una foto, sino una película en movimiento. No es algo que permanece fijo”, analizó Minoldo en diálogo con El Ciudadano. La socióloga del Conicet cuestionó a la Real Academia Española (RAE) por su militancia contra el lenguaje inclusivo: “El genérico masculino es un genérico falso. La RAE a lo que se opone es al feminismo, si hasta incorporó el término «feminazi»”.
El artículo de El gato y la caja, que la socióloga cordobesa escribió junto a Juan Cruz Balián, tuvo una repercusión inesperada, en medio del debate por la ley de interrupción voluntaria del embarazo aprobada por Diputados pero que finalmente fue rechazada por el Senado. Tuvo alrededor de 400 comentarios que, en su mayoría, se sumaron al debate que Minoldo y Balián plantearon sobre el lenguaje inclusivo.
Allí concluyeron en que el lenguaje inclusivo no es sólo algo cosmético, sino que recomendaron su utilización para percibir el entorno de otra manera. Con el genérico masculino, según la autora, se tiende a una visión machista de la realidad. “La forma de hablar altera la realidad. Tiene sentido y recomendamos hablar con lenguaje inclusivo”, dijo, al tiempo que aclaró: “Sin embargo, no estamos obligando a nadie”.
El rol de los medios
Durante el debate por la despenalización del aborto, no era raro ver a periodistas y conductores televisivos pelearse con adolescentes que utilizaban el lenguaje inclusivo. Minoldi consideró que todavía es una cuenta pendiente para el movimiento feminista lograr el respeto de los grandes medios de comunicación. “Para eso surgió <<El gato y la caja>>. Buscamos comunicar porque creemos que los medios son fundamentales en la divulgación de nuestra manera de percibir el mundo que nos rodea”, expresó.
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