Policiales

Femicidio que estremece

El legado de María Eugenia Domínguez: Lucio V. López buscará recursos para prevenir la violencia de género

El brutal asesinato de la joven madre de este jueves a mediodía por parte de su pareja sigue conmoviendo a la ciudadanía de esa pequeña localidad del departamento Iriondo, donde su presidenta comunal contó que insistirá para tener una secretaría con profesionales en la materia para que las mujeres puedan contar lo que les pasa 


María Eugenia Domínguez tenía 37 años y seis hijos.

Hacía cinco meses que María Eugenia Domínguez, de 37 años, su había mudado con tres de sus hijos y su pareja Luis Rojas, de 64, desde Rosario a Lucio V. López. Este jueves casi al mediodía pasó por el área social de la comuna para consultar si le podían costear un remís porque quería regresar a su ciudad natal. Le preguntaron si había pasado algo, si había sufrido maltratos o quería hacer alguna denuncia. Ella dijo que no. Sólo agregó que iría a buscar a su hijo a la escuela, pasaría por un cajero y regresaba. En el ínterin en que la chica del área social consultó a la presidenta comunal sobre el vehículo y lo llamó para preguntarle si estaba disponible, María Eugenia fue asesinada a golpes y puntazos por su pareja a unos metros de la vivienda que compartían, sobre el bulevar principal y frente a su pequeña hija de 4 años.

El femicidio de María Eugenia Domínguez conmocionó a los casi 800 habitantes de la pequeña localidad del departamento Iriondo distante 44 kilómetros de Rosario. Aún muchos se preguntan cómo podrían haberlo evitado, cómo no dijo nada. Sus vecinos más cercanos se sorprenden porque tampoco vieron o escucharon un incidente que los pusiera en alerta. Este asesinato caló hondo en esa comunidad y ese mismo jueves por la tarde se manifestaron en el llamado banco rojo, símbolo que hace honor a las víctimas de femicidio, para pedir justicia. La presidenta comunal, Mónica Arán, le relató a El Ciudadano que trabaja para conseguir recursos que la ayuden a armar una secretaría en la que profesionales y especialistas hagan prevención en materia no sólo en violencia de género o intrafamiliar sino también en problemáticas de consumo.

“Si vos me preguntás cómo me siento, estoy devastada. Nunca imaginé que podría pasar una cosa así. En el pueblo ha habido algún caso de violencia de género que se pudo resolver con mucha insistencia porque la comuna no cuenta con recursos, pero nunca esto”, lamentó Arán. “Lo que necesitamos es pensar a futuro, unirnos y poder prevenir, porque me dolió que algunas personas cuando estábamos en la ronda –por la manifestación– hayan tratado de hacer algo político”, reprochó la presidenta comunal.

“Tuve algunas comunicaciones telefónicas con funcionarios de Cañada de Gómez (cabecera del departamento Iriondo) y con otras autoridades para trabajar en poder tener una secretaría más armada, con profesionales especializados en el tema no sólo de la violencia de género o intrafamiliar sino también en adicciones para poder dar una respuesta más rápida. Tenemos que dar soluciones”, sostuvo Mónica.

La presidenta comunal recalcó que la falta de recursos en materia prevención de violencia de género no es de este último tiempo sino que hace años que hace estos reclamos. “Esta comuna nunca tuvo demasiados recursos, a pesar de que firmábamos convenios con Niñez o Género, cuando teníamos un problema puntual como pasó con el tratamiento de chicos que tenían problemas de consumo, nos cerraban las puertas de todos lados. Para la foto están todos, pero en la práctica no es tan así”, repasó los sinsabores.

La mandataria puso un ejemplo puntual sobre esta necesidad: “El jueves necesitábamos una psicóloga que le contara lo que había pasado al hijo de María Eugenia, que está en la primaria y había que ir a buscarlo a las 12. Se lo terminó yendo a retirar a las 17. Nunca tuvimos grandes respuestas, necesito una secretaría armada para responder en el momento en que venga alguien y muestre siquiera una inquietud”, insistió Mónica.

La prevención será el legado de María Eugenia

Las organizaciones sociales contra la violencia de género y especialistas coinciden en que el aislamiento de las víctimas de la violencia machista es una constante. El patrón se repite en la mayoría de los casos: ataques verbales o físicos, intimidaciones, acciones para generarles culpabilidad, socavar su autoestima e independencia, control económico, alejarlas de su círculo íntimo para que no sea capaz de representarse el pedir ayuda y ver que puede salir de ese círculo que muchas veces termina siendo fatal. Las respuestas por parte del Estado en sus niveles más altos no parecen ayudar, ya que las órdenes de restricción de la Justicia no previenen y faltan protocolos de actuación más efectivos para acompañar a las víctimas y a sus hijos.

Según lo que trascendió luego del femicidio de María Eugenia, los vecinos lopenses no sospechaban el peligro que corría la mujer debido a que, en el poco tiempo que la trataron, no tuvieron indicios de que hubiera sido víctima de violencia de género.

“Alquilaban una propiedad que tiene dos viviendas y los vecinos de la otra casa nunca habían visto o escuchado nada extraño. Pregunté en el Samco y no hubo denuncia, como tampoco en la Policía o en la escuela donde iba el hijito. Ella no había comentado nada”, enumeró Mónica, que se mostró consternada no sólo en diálogo con este medio sino también con otros.

Mónica Arán, presidenta comunal de Lucio V. López.

 

La presidenta comunal también repite los últimos momentos de María Eugenia cuando fue a la comuna. “Pidió si le podían conseguir un remís. María Laura, que está en el área social, trató de indagar, le preguntó si había pasado algo, si (su pareja) la había maltratado, si quería hacer alguna denuncia. Ella le dijo que no. «Mi pareja tienen problemas psicológicos, está tomando medicación, lo único que necesitaría sería un remís porque me quiero volver a mi casa»”, fue su respuesta.

“María Laura le dijo que tenía que preguntarme y la chica le contestó que, mientras averiguaba, ella iba retirar a su nene de la escuela, pasaba por el cajero y que en media hora volvía”, dijo Mónica para agregar que después se enteró que la pareja estaba en ese mismo momento en el Samco, que queda a metros de la comuna, donde había concurrido para ponerse un inyectable porque le dolía la espalda.

El personal de salud no conocía al hombre, porque recién en noviembre se había instalado en la casa de bulevar Belgrano al 600. Tampoco advirtieron ningún estado de exaltación cuando fue para la medicación. Mónica contó incluso que las enfermeras lo describieron como una persona de trato amable. “A los 10 minutos que se retiró, llamaron a la médica porque la había matado”, cerró el relato con el final incomprensible.

El bulevar Belgrano al 500, la calle principal de la localidad que está distante a 44 kilómetros de Rosario.

 

Voceros policiales y de la Fiscalía informaron que el femicidio se cometió este jueves a las 12.10 cuando Rojas, de 64 años, la agredió primero dentro de la casa que compartían. La víctima logró zafarse, corrió junto a su pequeña hija de 4 años por casi 50 metros hasta que el violento la alcanzó y la golpeó hasta dejarla inconsciente. No conforme, regresó a la vivienda, buscó una cuchilla y la asesinó a puñaladas. Luego huyó para encerrarse en la vivienda. Algunos vecinos llamaron a la Policía y otro resguardó a la pequeña hija de la víctima, quien había quedado en el lugar.

Los uniformados con ayuda de algunos habitantes irrumpieron en la casa y se encontraron con Rojas malherido ya que se había autolesionado en el tórax con la misma cuchilla con la que acababa de asesinar a su pareja. También le secuestraron el celular.

Fue trasladado a un sanatorio privado de Rosario donde quedó internado con custodia policial y el último parte que se conoció se estado de salud era reservado. El fiscal de San Lorenzo Leandro Lucente está a cargo de la investigación y espera que reciba el alta médica para imputarlo.

Ese mismo día hubo una manifestación en la plaza de la localidad a las 19.30. Vecinas y vecinos llegaron con carteles para pedir justicia, exigir más presencia del Estado y también prendieron velas.

Sobre los trascendidos de que María Eugenia había presentado denuncias por violencia de género anteriores las cuales no habían sido atendidas por la Justicia, voceros de la Fiscalía indicaron este viernes que los pesquisas no lo habían podido corroborar y que habían solicitado informes sobre este punto donde incluirán a nuestra ciudad. María Eugenia vivía con tres de sus seis hijos, los cuales quedaron a cargo de la abuela materna.

En algunos comentarios de redes sociales, vecinas de la joven madre reiteraron que no estaban enteradas de que era víctima de violencia de género también lo atribuyeron a que hacía poco que se había mudado. Otra vecina dijo ante las cámaras de Telenoche que era necesario que se cuente con un equipo interdisciplinario no sólo para prevenir que los casos lleguen a este extremo sino para casos que no son tan graves.

Mientras que una sobrina de la víctima la despidió con un emotivo mensaje en Facebook: “Te voy a extrañar el resto de mi vida. Gracias por absolutamente todo. ¡Te llevaste mí alma junto con vos! ¡Qué voy hacer ahora mamita de mí alma! ¿Por qué vos, por qué? Vivirás siempre en mí. ¡Te amo!” 

Al reflexionar sobre el femicidio de María Eugenia Domínguez, la presidenta comunal insiste en que continuará trabajando para contar con especialistas en el tema que puedan abordar la prevención de las violencias y remarca: para que “las mujeres podamos hablar y no callarnos más”.

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