Ciudad

El lugar de la crisis

El invierno no llegó pero las camas en el refugio Sol de Noche están cubiertas

Jorgelina Calderón, la referente del lugar que alberga a personas en situación de calle dijo que este año el crecimiento fue mayor. “Hay muchos que ya no pueden pagar el alquiler ni la pensión”, dijo


Este año el refugio Sol de Noche tuvo una demanda récord para los sin techo. Aunque el frío todavía no se hizo sentir en el albergue de pasaje Marconi 2040 las 62 camas están cubiertas. La referente del lugar, Jorgelina Calderón, explicó a El Ciudadano que este año el crecimiento fue mayor en comparación con años anteriores. “Hay muchas personas que quedaron en la calle porque ya no pueden pagar un alquiler, la pensión, o son familias que se disolvieron. La situación es muy compleja”, aseguró.

El refugio de zona oeste no puede recibir a todas las personas que necesitan un plato de comida y pasar la noche. “Vamos viendo con alguno que falta con aviso previo o están internados. Entonces ese día se le da la cama a otro”, explicó la mujer.

“Algunas personas tenían trabajo y los echaron. Otro dato a tener en cuenta es que bajaron las edades. En un principio recibíamos a adultos mayores. Este año las edades oscilan entre los 35 y los 45 años”, advirtió Calderón.

El refugio cumplió 12 años y provee de comida, una ducha caliente, cama y abrigo a los que están en situación de calle, pero sólo quienes tienen más de 35 años. “A las 20 abre el refugio. Le damos una merienda, se bañan y cenan alrededor de las 21.30. A las 6 de la mañana desayunan antes de volver a la calle”, detalló la titular de Sol de Noche.

“No hay que naturalizarlo ni tomarlo como un modo de vida. El asistencialismo es necesario pero no para que sea recurrente. Atacamos la consecuencia. No hay un trabajo del Estado con organizaciones”, remarcó la mujer.

Muchos

Los problemas de las mujeres (que son las menos) y los hombres que asisten al refugio son varias: patologías mentales, consumo problemático de sustancias, desempleo y conflictos familiares, entre otros. “Muchos de los que vienen al refugio son pacientes psiquiátricos ambulatorios con historias complicadas. Recibimos llamados de familias que se disolvieron para consultar a quién de todos los integrantes podemos alojar”, se lamentó la mujer.

Complicado

Según un informe de la Secretaria de Desarrollo Social, en 2018 aumentó un 30 por ciento la cantidad de personas en situación de calle por desalojos. El hecho se da fundamentalmente por la imposibilidad de pagar un alquiler. La cantidad de personas que se alojaron durante 2018 en el refugio municipal de Grandoli 3450 aumentó un 53% en comparación del 2017.

La mayoría de los que pasaron por el lugar, un 59 por ciento, está en situación de calle desde hace menos de un año. De ese total, se desprende que un 37% tienen entre 18 y 30 años; un 28%, entre 31 y 40 años; un 15%, entre 41 y 50 años; un 10%, entre 51 y 60 años; un 8%, entre 61 y 70 años, y sólo un 2% son mayores de 70. Es decir, que un 65 por ciento son menores de 40 años. Respecto a los niveles de educación de las personas en situación de calle en el informe municipal aclararon que un 6 por ciento es analfabeto; un 20% no terminó la primaria; y un 39 no terminó el secundario.

“En 2018 circularon por el refugio unas 231 personas. Entre noviembre y enero, la GUM recibió cerca de 700 llamadas de vecinos para alertar de personas en situación de calle. Es un indicador que no se daba en años anteriores”, explicaron desde el municipio.

El año pasado también subieron las asistencias en casos de salud mental y consumos problemáticos (20%); por conflictos territoriales (15%); y por alcoholismo (13%). El epicentro de quienes no tienen hogar es la Terminal de Ómnibus Mariano Moreno. Tal como publicó El Ciudadano, son más de 70 las personas que duermen por no tener un lugar dónde pasar la noche.

También aumentó el número de personas que transitan en las calles en busca de recursos para subsistir o cuidando autos. Y una de las principales preocupaciones del Estado local es cuando se detectan familias entera o niños.

El voluntariado

El refugio cuenta con unos 50 voluntarios activos, pero se necesitan más para sostener en pie el refugio. “Hay algunos voluntarios que están desde hace tiempo y otros se van renovando. Necesitamos unos 10 por día para poder trabajar durante los seis meses que está abierto”, explicó la referente del lugar. Y agregó: “También necesitamos voluntarios de oficio para mantener el lugar como plomeros, albañiles y carpinteros. Hay que hacer arreglos como en cualquier casa”, especificó. Para los que quieran sumarse como voluntarios pueden acercarse a los encuentros semanales los sábados a las 18 en pasaje Marconi al 2000. También pueden llamar al 152-827133.

Para colaborar

El refugio necesita alimentos perecederos y no perecederos como: azúcar, galletitas, leche en polvo, arroz, fideos, puré de tomate, harina y aceite, entre otros. También productos de higiene personal como maquinitas de afeitar, toallitas femeninas, desodorantes, talcos, cepillos de dientes, papel higiénico y jabón en polvo, entre otros.

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