Por Daniela Barreiro
David Dodas Bangoura, un joven rapero de Guinea conocido como Black Doh, es el protagonista de El gran río, un documental que, bajo la dirección del rosarino Rubén Plataneo y la producción ejecutiva de Virginia Giacosa, se estrenó el lunes pasado en la sección Adolescencias del Buenos Aires Festival de Cine Independiente (Bafici). La función contó con la presencia de los protagonistas y hacedores que, con mucha predisposición, contaron detalles de la realización y respondieron algunas preguntas.
“Gracias por permitirme contar mi historia”, dijo David minutos antes de que comenzara la proyección en la que emocionó a los presentes con su historia de vida y su fuerza singular.
El documental, que volverá a proyectarse en el Bafici hoy, a las 17.30, en el Shopping del Abasto, y el domingo, a las 14.30, enla Sala LeopoldoLugones del Teatro San Martín (Corrientes 1530), recorre el proceso de grabación de Cruzando el mar, el primer disco de Black Doh y, a través de ese proceso, relata la historia de este joven que llegó a Rosario desde África escondido en el hueco sobre el timón de un barco de ultramar.
El documental, por su parte, hace el proceso inverso y, partiendo de la historia de Black Doh, llega a África para conocer y mostrar parte de su familia, sobre todo a su madre. “La idea de viajar surgió rápidamente, fue casi una obsesión. Teníamos mucho interés en reconstruir la historia, en mostrar algo que tanto nos había llamado la atención como es la relación que tiene David con su madre, un tipo con una relación filial muy particular, como todas (risas)”, relató Plataneo, al tiempo que profundizo: “En este caso, me interesaba saber el punto de vista de una madre que deja que su hijo haga lo que hizo David, meterse en un barco e irse de polizonte. Entonces tenía claro que la película debía que terminar en África. En un principio, esto iba a ser un cortometraje, pero fuimos desarrollando diferentes proyectos, presentándolos en concursos con resultados muy buenos, y esto fue creciendo. Todos me decían que el viaje a África era un delirio, que era imposible, pero no lo fue. De pronto, un barco nos trae una historia tan ajena como próxima; para mi era fundamental que toda esa suma de contrastes que van desde el color de piel, las costumbres y la religión entrela Argentinay Rosario, y África, se vieran en la película”.
Panizza y la “nota justa”
Entre la gran cantidad de proyecciones que ostenta el festival también podrá verse Alexander Panizza, solo piano, otra película Rosarina (además de El gran río) que se proyectará en el marco del encuentro. El film del realizador Pablo Romano formará parte de la sección Música y se verá mañana, a partir de las 21.30, y el domingo a las 14.30, ambas funciones en el Shopping del Abasto; y el viernes, a las 22, en el Centro Cultural San Martín. “Desde hace mucho me interesa la relación del músico con el sonido justo: esto de encontrar el silencio, la nota exacta, la precisión. La idea es un documental sobre un músico y su cotidianeidad. Me interesó hacer un documental sobre el sonido justo: la nota justa”, aseguró Romano respecto de las motivaciones que lo llevaron a abordar este proyecto.
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