El Hincha

Joven futbolista

El fruto de la perseverancia

Matías Zelante tuvo su debut en la red con Argentino y detrás hay una historia de lucha que merece ser contada

Foto: Juanjo Cavalcante
“Estuve a un paso de abandonar el fútbol y después me encuentro haciendo ese gol para darle los tres puntos a Argentino”, reconoce el juvenil Matías Zelante.

Muchos piensan que en la vida de los futbolistas todo es color de rosa, aunque eso podría aplicarse a los que juegan en Europa o bien Primera División, no para los pibes del ascenso que la tienen que pelear día a día para salir adelante. Uno de esos casos de las categorías menores de AFA sería el de Matías Zelante.

El juvenil, que en la jornada del martes anotó su primer gol con la casaca de Argentino y tuvo su bautismo en las redes “profesionales”, no vive de la pelota y su lucha es diaria. Colabora con su padre en el negocio familiar: “La Esquina”, una verdulería y frutería ubicada en la esquina de Boulevard Seguí y España, en la zona sur de la ciudad. Además, tiene su propio negocio para salir adelante “MZ Soluciones”, donde vende artículos electrónicos y accesorios para celulares.

Y antes de irse al José Martín Olaeta a entrenar, el delantero recibió a El Hincha y entre cajones de tomates, papas y bananas, contó las sensaciones vividas en la tarde del martes con su gol en el triunfo 1-0 sobre Muñiz, el presente que atraviesa el equipo y las veces en las que pensó dejar el fútbol porque las cosas no salían, pero finalmente las ganas de triunfar lo hicieron seguir para llegar a vivir este momento con el Salaíto.

—¿Qué sensaciones tuviste en el momento del debut en la red?

—Felicidad pura porque no se me venía dando. Siempre estaba ahí cerca, pateaba y la tapaba el arquero o rebotaba en algún defensor. Pero por suerte en el partido ante Muñiz pude convertir y terminó siendo un golazo terrible. Muy contento porque entró.

—¿Cómo fue la jugada y la definición?

—Fue una maniobra elaborada, creo que hicimos más de diez pases antes del gol, salimos tocando de abajo, en el medio la agarró el “Picante” (Pablo Pereyra), la abrió para Julián (Bembo), que tiró el centro y lo mío fue intuición, porque creí que iba a ir adelante y cayó en el lugar justo. Me quedó para tirar el taco, lo hice y se metió en el ángulo.

—Y en ese momento cuando viste que entró…

—Seguí la pelota porque parecía que se iba afuera, dobló y cuando entró se me puso la pantalla negra, salí corriendo para cualquier lado.

—¿Qué se te vino a la cabeza o de qué te acordás?

—Se te viene todo en ese momento, todo lo que viví, las veces que estuve por dejar todo, que me decía que ya había llegado la hora de pensar en otra cosa y se te cruza todo. Estuve a un paso de abandonar el fútbol y después me encuentro ahí haciendo ese gol para darle los tres puntos a Argentino.

—¿Cuán complicado se le hace todo a un jugador de la Primera D? Porque ustedes no viven de esto, tienen que trabajar de otra cosa.

—Es muy sufrido todo. Tenemos que laburar y después ir a entrenar, pero le metemos ganas para salir adelante. Lo bueno es que estamos todos unidos, yendo al frente a pesar de las dificultades que debemos superar.

—¿Cómo es tu caso?

—Yo le doy una mano a mi viejo Oscar acá en la verdulería y después tengo un negocio propio donde vendo accesorios electrónicos y teléfonos. Me las rebusco para salir delante de la mejor manera posible.

—Volviendo a lo futbolístico, hiciste un gol clave para seguir metidos en la lucha, soñando con lograr los objetivos planeados a comienzo de temporada.

—Estamos esperando que el fallo del Tribunal de Disciplina (presentado contra Cambaceres por la mala inclusión de jugadores) sea favorable para Argentino y sí se da, el próximo lunes ir a cancha de Atlas a matar o morir porque tenemos la chance de meternos en la Copa Argentina del 2019 y depende de nosotros. Incluso con algunos resultados positivos podemos terminar el año como punteros de la categoría.

—Venías de jugar en la Primera C, ¿con qué torneo te encontraste en la D?

—Cambia un poco el roce físico. En la C se mete bastante pero en esta divisional los árbitros dejan jugar un poco más, por ahí un choque te lo dejan seguir y cosas mínimas como esa. Pero no hay tantas diferencias como a lo mejor se piensa.

—¿Y en los campos de juego o las ideas que tienen los equipos también hay diferencias?

—Hay algunas canchas donde no se puede controlar la pelota o te pica muy mal, aunque también hay campos como el Real Pilar que es impecable y no parece el de una categoría menor del ascenso. Nosotros tratamos de mantener el José Martín Olaeta en el mejor estado para poder plasmar la idea que tiene el cuerpo técnico.

—Vos venías de jugar en Central Córdoba, ¿cómo viviste ese cambio de club?

—Del primer día todos me trataron muy bien, yo lo tomé como un nuevo camino. Lo que pasó, pasó y ahora tengo puesta la camiseta del Salaíto por la que voy a dar lo mejor para el beneficio del club, buscando el ascenso a la C, clasificar a la Copa Argentina y que vengan las buenas.

—El boleto a la Copa sería un premio al gran esfuerzo que han hecho a lo largo del campeonato.

—Sí, una linda recompensa para el grupo, que la venimos peleando, tenemos una competencia sana, tiramos todos para el mismo lado porque cuando se cae uno, vamos todos y lo levantamos.

—Siempre se dice que el buen grupo es una clave importante para lograr los éxitos, ¿coincidís con esto?

—La verdad que sí, porque si uno se pone a pensar en estas categorías se tienen muchas carencias por ser amateur. El grupo siempre tira para adelante y eso te da ganas de ponerte frente a cualquiera, en la cancha que sea y salir a dejar todo para ganarle.

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