Ciudad

Efecto

El fin de las bolsitas puso en alerta al sector del plástico

Afirman que unas 350 fuentes de trabajo están en riesgo, y por ello hoy habrá una audiencia en el Ministerio de Trabajo.


Según el gremio de trabajadores del plástico, peligran las fuentes laborales de unos 350 empleados del sector en la ciudad desde que los supermercadistas locales no acataron la ordenanza 9450 cuando hace poco más de un mes y, de manera unilateral, decidieron no entregar más bolsas tipo camiseta a sus clientes. En este marco, el sindicato que agrupa a operarios y empleados especializados en el rubro planteó en el Ministerio de Trabajo de la provincia el temor sobre posibles cesantías en las fábricas ante el freno de la producción, lo que incluso estiman que puede derivar en el cierre definitivo de las plantas, con las consecuentes pérdidas de empleo.

En este panorama de alerta entre los trabajadores, hoy a la mañana se reunirán en la sede Rosario del Ministerio de Trabajo, de Ovidio Lagos 599, representantes del Ejecutivo local, referentes de los gremios involucrados, como también del sector industrial y de la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Rosario (Casar), con el objetivo de buscar una salida a la actual situación.

El cristal con que se mira

La ordenanza Nº 9450 “Bolsas de polietileno. Minimización del uso. Condiciones de entrega” fue aprobada por el Concejo Municipal a fines de noviembre del año pasado. La norma se basó en numerosos proyectos de distintos ediles que a lo largo de dos décadas pasaron por el Palacio Vasallo y se interesaron en abordar la problemática del impacto ambiental que producían estos productos. También se nutrió del aporte de diversas organizaciones ecologistas.

El proyecto que tuvo el visto bueno en una de las últimas sesiones de 2015 establecía que “todos aquellos hipermercados, megamercados, supermercados totales, supermercados y autoservicios que entreguen bolsas para el acarreo de mercaderías” debían respetar determinadas condiciones como cumplir con la norma Iram de calidad Nº 13.610. En cuanto a la forma y tamaño, tendrían que ser de 45 centímetros de ancho, 55 de altura y 17 micrones de espesor. Además, vendrían en color negro y naranja: uno se reutilizaría para depositar residuos comunes, mientras que el otro serviría para descartar deshechos reciclables.

La entrega de las bolsas se haría en forma gratuita durante un año, luego de que entrara en vigencia la norma. Después, los comercios cobrarían un valor consensuado previamente por las cámaras de supermercados, el Ejecutivo local y el sector que agrupa a las industrias del plástico.

Otro de los puntos de la norma indicaba que los comercios debían contar con un 25 por ciento de “cajas verdes”, en donde no se entregarían bolsas plásticas y tendrían prioridad de cobro aquellos clientes que llevaran changuitos o receptáculos para guardar la mercadería.

Sin embargo, nada ocurrió tal como lo establece la ordenanza cuando los supermercadistas, de común acuerdo, a fines del año pasado consideraron que no había ninguna reglamentación que los obligara a entregar bolsas y dejaron de hacerlo el 1ª de abril pasado, días antes de que entrara en vigencia la ordenanza 9.450

“Hay muchos grises”

Pese a que la norma dice que la solución al problema no radica en prohibir la entrega de bolsas plásticas, razón por la cual se deben tener en cuenta “otras alternativas” como su rediseño o reciclado, desde el sector de la industria del plástico aseguraron que “los supermercadistas no respetaron la ordenanza, aprovechándose de “los grises y el vacío legal que posee su redacción” y explicaron, además, que debido a que ni en los considerandos ni en la resolución del escrito se dejaba establecido que los grandes negocios no estaban obligados a no entregar bolsas, “se pusieron de acuerdo y decidieron no darlas”.

Hugo del Valle, presidente de la Cámara del Plástico de la provincia, aseguró que desde el organismo que integra hace más de dos décadas estaban abocados a trabajar junto a conejales en la reducción de impacto ambiental de las bolsas.

“Hace más de dos décadas que trabajábamos en el tema de reducción de daño ambiental con los concejales y hace diez años que lo veníamos haciendo con Casar, y muy bien, hasta que decidieron no acatar la ordenanza, quitándole, además, un derecho adquirido al cliente”, señaló del Valle.

“El costo de las bolsas que se entregaban antes en los supermercados estaba incluido en los precios de la mercadería, no les regalaban nada a la gente”, aseguró el referente de la Cámara del Plástico.

También explicó que el costo aproximado de las nuevas bolsas rondaría los 55 centavos, por lo que en base a la norma 9450, “durante el primer año los supermercadistas estarían regalando, por una compra de 2 mil pesos, cuatro bolsas al valor de 2 pesos.

“Es el uno por mil, un valor irrisorio, lo que demuestra que no es una cuestión de convicción sino un enojo porque le hayan impuesto utilizar una bolsa determinada. Creemos que con una resolución o decreto del Ejecutivo, esta situación se resolvería”, concluyó del Valle.

TAMBIÉN TEMEN LOS CARTONEROS

José Luis Oripianessi, secretario general de la delegación Rosario del Sindicato del Plástico, afirmó que, si bien en forma directa la medida adoptada por los dueños de supermercados afecta según ellos a 350 empleados, también lo hace de manera indirecta a otros cientos de trabajadores informales que viven de la recolección y venta de residuos. Lo referido por el gremialista fue corroborado por Mónica Crespo, de la Cooperativa de Cartoneros Mieres, quien indicó que “los supermecados ya no tiran más cajas porque se las dan a los clientes”, lo que según dijo provocó una considerable merma en la recolección de cartón, sustento principal del trabajo de los carreros.

Comentarios