Espectáculos

#UnaCiudadEnEscena

El Festival de Rafaela confirmó su histórico lugar con un esperado regreso a la presencialidad   

La 16ª edición del destacado encuentro de teatro que finalizó este domingo ofreció una veintena de obras con más de cincuenta funciones y la producción de cuatro espectáculos gestados en la ciudad a partir de valiosos laboratorios de creación escénica


Volver, con los cuidados del caso, pero volver y hacerlo con el público presente. El Festival de Teatro de Rafaela (FTR21) cerró el fin de semana su 16ª edición, que se extendió entre el 29 de octubre y este domingo 7 de noviembre, y confirmó una vez más su destacada presencia en el mapa de los festivales argentinos de proyección nacional e internacional, con una serie de segmentos que lo distancian de otras propuestas similares que se desarrollan en el país, una organización muy cuidada que supo capitalizar todos los años de aprendizaje, y la convicción de que un festival de teatro debe ir mucho más allá de la mera muestra de obras más o menos destacadas.

Con una veintena de propuestas de poéticas y orígenes diversos, más de cincuenta funciones y alrededor de 130 artistas involucrados, además de las dos históricas subsedes de Ataliva y Suardi con cinco obras de la programación general, y con el hashtag bien en alto #UnaCiudadEnEscena, fueron diez días de teatro pero sobre todo de anhelados reencuentros.

A lo largo de esos días, con dos bloques fuertes de dos fines de semana de jueves a domingo, habilitando, por los protocolos vigentes, la lógica de menos público en cada función con más funciones de cada una de las propuestas presentadas más allá de las funciones oficiales, se buscó sostener una media de espectadores alcanzada en históricas ediciones anteriores, una marca a fuego en todos estos años del FTR.

Tras el paso aparente de la pandemia y luego de un 2020 donde, atinadamente, se desestimó su realización y no hubo versión virtual, porque el de Rafaela es un festival donde la presencialidad y la participación de las y los rafaelinos es, precisamente, lo que lo singulariza, esta edición tuvo otro gran condimento que se reveló como un acierto surgido a partir de una aplaudida decisión política del municipio local.

Se trató de una convocatoria abierta a la que se presentaron alrededor de cien artistas de diversas vertientes y formaciones vinculadas a lo escénico,  algunos de ellos nacidos y formados a la par de este encuentro, y el FTR, luego de convocar a destacados directores referentes de la escena nacional, produjo cuatro Laboratorios de Creación Escénica que dieron como resultado en muy pocos encuentros y con el trabajo de un director/a asistente, las obras Noches blancas, con dirección de Jorge Eiro, que ofreció funciones en la Plazoleta Suiza; Frutos del bosque, teatro de jóvenes a cargo de Emmanuel Calderón que se presentó en el Bosque Educativo Norberto Besaccia; Tierra de nadie, montaje de circo-teatro dirigido por Emiliano Dionisi, y Los Encuentros, la valiosa jugada por el teatro íntimo realizada en el patio del bar Casa Elefante, con dirección de María y Paula Marull sobre textos propios y, en parte, creación colectiva.

Con la presencia de las habituales Rondas de Devoluciones de cada mañana donde referentes del periodismo teatral argentino dialogan con elencos y público acerca de los procesos creativos de los espectáculos vistos en la jornada anterior, abriendo nuevas instancias de sentido para un festival que desde sus inicios buscó amplificar su público, el FTR21 concluyó este domingo su última jornada con un breve acto de cierre previo al inicio la última función en el Predio de Roque Sáenz Peña, del cual participaron el intendente de la ciudad Luis Castellano, el secretario de Cultura de Rafaela Claudio Stepffer, el director artístico del FTR Gustavo Mondino, autoridades, prensa y referentes del teatro y la cultura local.

El acto, que dio inicio con la habitual proyección del video recopilatorio que resume lo vivido por el público durante los días del encuentro, habilitó después la función de cierre a cargo de la compañía rosarina La Academia del Humor, con dirección de Adrián Giampani, espectáculo surgido de la última edición a la fecha de la Comedia Municipal Norberto Campos, estrenado en 2019.

Se trata de La medicina de Molière, que repitió función (se había visto el sábado) en el imponente escenario móvil que también aparece como uno de los destacados de esta edición, donde el teatro se mudó mayoritariamente a las calles y a los espacios al aire libre, buscando potenciar los cuidados sanitarios y a la espera de una edición 2022 donde la pandemia sea un mal recuerdo y los aplausos vuelvan a multiplicarse en todo los escenarios posibles, tanto cerrados como al aire libre.

Paradójico como suele ser el teatro, siempre adelantado al tiempo que está por venir, la elogiada producción rosarina, que cuenta con las actuaciones de un seleccionado integrado por Manuel Baella, María Victoria Franchi, María Laura Silva (también asistente de dirección), Magdalena Perone, Fernando Porcel y Mario Vidoletti, con vestuario de Ramiro Sorrequieta, se gestó mucho antes de la pandemia y se potencia en su temática a partir de un mundo en el que los discursos, como pasa con la obra del gran dramaturgo francés, se ven atravesados por el campo de lo real donde se habla de cuidados sanitarios, virus, pandemia, protocolos y hasta de ética médica.

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