Manuel Parola
El gobierno nacional declaró feriado el martes 20 de diciembre con motivo de los festejos por el título mundial del seleccionado masculino de fútbol en Qatar, en un contexto de confusión donde la medida fue anunciada promediando la tarde, pero no tuvo confirmación sino hasta primeras horas de la noche. Cerca de las 21, el gobierno provincial hacía conocer que no adhería al feriado, de la misma manera que el intendente Pablo Javkin anunciaba por Twitter que la actividad pública sería normal. La incertidumbre llevó a que los rosarinos salieran temprano a trabajar en busca del colectivo que llegó mucho más tarde. La concejala Norma López apuntó al ejecutivo municipal y pidió que se busque una forma de que esta situación no derive en un perjuicio contra los trabajadores.
El gobernador Omar Perotti no acompañó el feriado nacional y dictaminó por medio de un decreto que la actividad provincial sería normal durante la jornada de martes. La complicación surgió en los servicios públicos cuya concesión está repartida entre firmas estatales y privadas. Y los colectivos no fueron una excepción: el sistema de transporte público está compuesto por 61 líneas de colectivo, con actualmente 645 unidades operativas en las calles, la mayoría de ellas operan en la empresa Rosario Bus, de capitales privados. Al dejar en manos de la actividad privada la elección de qué modalidad trabajar (con normalidad u optar por un esquema de feriado) todo terminó siendo una gran confusión.
“La verdad es que fue bastante desprolijo la forma en que llevaron adelante el feriado”, declaró a El Ciudadano la concejala por el Frente de Todos, Silvana Teisa, integrante del Observatorio Social del Transporte, y agregó: “Ya sea desde el nivel nacional, que se conoció bastante tarde con certeza, circuló un decreto que no era el verdadero, Acá en la provincia que no quedaba claro si se adhería o no adhería al decreto nacional”.
Para la edila, el meollo del problema fue que al estar dividido el transporte entre una concesionaria estatal y una empresa privada que controla la mayor parte de las líneas circulantes y por lo tanto mayor cantidad de unidades de colectivo, Rosario Bus eligió optar por un esquema de trabajo de día feriado, generando un desfase entre la demanda del transporte y la frecuencia del mismo.
Según declaraciones de voceros del Ente de la Movilidad, el ejecutivo local había establecido un “cronograma normal para el servicio de colectivos”, pero terminaron confirmando la falta de unidades en la calle tras las reiteradas quejas y denuncias de los usuarios.
“La realidad es que las empresas de transporte en la ciudad son una estatal pero la otra privada, la cual terminó acatando el feriado”, explicó Teisa, lo que hizo que la empresa de transporte se maneje en un día como si fuese feriado en su frecuencia, siendo que la actividad laboral fue “prácticamente al cien por ciento de nuestra ciudad, ya sea porque el Estado trabajó o porque muchas de las empresas de índole privado también decidieron trabajar más allá de que después los haberes se deban pagar con las horas al cien por ciento”, y sentenció: “Entiendo yo que lo que pasó fue más una cuestión de desorden, sobre todo de comunicación, y fue lo que terminó ocurriendo”.
Finalmente, Silvana Teisa definió que “el problema está en que estos trabajadores que trabajaron en esquema de feriado prestan un servicio público a la ciudadanía, que hoy necesitaba que sea al 100% porque para muchos de ellos el día fue un día normal de trabajo”, agregando que las autoridades los tres niveles del Estado de también “se contradicen. No podemos ser dispares entre Nación, provincia y ciudad en una decisión tan importante”.
Reducción de daños
La edila peronista Norma López destacó que “la aplicación del feriado nacional porque ganamos la Copa del Mundo con Argentina, tuvo impacto en el transporte urbano y el desarrollo cotidiano de actividades” y por eso mismo, presentó un proyecto en donde se le pide la intendente Javkin que interceda con las patronales locales para acordar medidas que protejan a aquellos trabajadores que se vieron en una situación de compromiso en sus localidades de trabajo tras el desplante del servicio de transporte público.
“Le solicitamos que no aplique hoy, descuentos o sanciones -habilitadas por el estatuto laboral vigente- a trabajadores de @MuniRosario por llegar tarde por la falta de frecuencias del TUP, actividad alcanzada por el feriado. Y que dialogue con el sector privado en igual sentido”, publicó la legisladora en su cuenta oficial de Twitter.
En diálogo con El Ciudadano, López declaró que “el intendente tendría que haber emitido un decreto donde ordenara esta situación”, por la discordancia entre los cronogramas de las empresas prestadoras del servicio, “pero no lo hizo”.
Según la concejala y vicepresidenta del Partido Justicialista provincial, “el municipio tiene un diálogo muy fluido con los sectores que nuclean actividades económicas”, por lo que la intención es que el Ejecutivo pueda establecer una negociación con dichos interlocutores “de forma tal que los empresarios no les generen ningún descuento en los salarios”.
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