Casi 200 milímetros caídos entre la 21 del viernes y el mediodía de ayer convirtieron a buena parte de la ciudad de Santa Fe, otra vez, en un indeseado natatorio. Como consecuencia del temporal cerca de la mitad de la capital se quedó sin el servicio eléctrico y a media tarde de ayer había unos 329 evacuados en distintos puntos de Santa Fe. El rigor de las precipitaciones también se hizo sentir en la vecina Santo Tomé, que habilitó dos centros de evacuados donde encontraron cobijo unos 70 pobladores de esa localidad. Las intensas lluvias y los fuertes vientos sacudieron, además, a Franck y San Jerónimo Norte, y lo mismo ocurrió en otras localidades de la costa santafesina donde también cayeron más de 100 milímetros en poco tiempo (ver página 9).
El fantasma de las últimas dos inundaciones –2003 y 2007– sobrevoló en la madrugada de ayer la ciudad capital y despertó las peores fantasías de sus agobiados pobladores. Las precipitaciones comenzaron a la 21 del viernes y se extendieron, con mucha intensidad, hasta el mediodía de ayer. Según los registros que lleva la Municipalidad de Santa Fe cayeron 198 milímetros, lo que provocó anegamientos en varios barrios de la ciudad y al menos 329 evacuados. Las alturas de los ríos Paraná y Salado no ayudaron al drenaje del agua caída, que terminó por acumularse en las calles e ingresar a las viviendas.
Los barrios más afectados fueron Santa Rosa de Lima, Yapeyú, Las Flores, San Lorenzo, Los Ángeles, Chalet, Guadalupe Oeste, Nueva Pompeya, San José, Fomento 9 de Julio, Centenario, Barrio Policial, Roma y Villa del Parque, donde se registraron anegamientos de calles e ingreso de agua a los hogares; también Santo Tomé y las localidades costeras de Rincón y Arroyo Leyes.
La inundación de algunas zonas impedía la normal circulación de los colectivos urbanos de pasajeros, y fueron interrumpidos durante el mediodía de ayer los micros interurbanos hacia Laguna Paiva, Monte Vera y Ángel Gallardo.
En el informe número 4 difundido ayer por la Intendencia santafesina se dio cuenta de que “se dispuso que el transporte urbano de pasajeros realice recorridos de emergencia por las avenidas principales hasta que se normalice la situación”. Unas 16 cuadrillas de trabajadores municipales encararon desde la mañana de ayer tareas de limpieza de bocas de tormenta o desagües, y la atención de los problemas detectados en los lugares más críticos.
A media tarde ayer el municipio había registrado 478 reclamos que fueron derivados para su atención a las diferentes cuadrillas municipales. Hubo 117 llamados por calles anegadas, 96 por bocas de tormenta obstruidas y 72 por anegamiento de vivienda. El resto de los reclamos se divide entre solicitudes de verificación de estaciones de bombeo, cortes de energía –en su mayoría, derivados a la EPE–, cables cortados, árboles o ramas caídas y pedidos de asistencia.
A las 17 la Municipalidad informó que “se realiza una supervisión permanente del estado de todas las estaciones de bombeo de la ciudad y una evaluación del funcionamiento del sistema. Las bombas están funcionando al máximo de su capacidad”. El comunicado agregó que “si bien se detectaron inconvenientes con el suministro de energía en diferentes Estaciones de Bombeo, el problema fue solucionado progresivamente con grupos electrógenos propios”.
El panorama en la capital provincial fue desolador, al igual que en las localidades vecinas. De todos modos, al interrumpirse las precipitaciones al mediodía, al cierre de esta edición se informó que de los 329 vecinos evacuados “las 100 personas que estuvieron alojadas en la Vecinal 21 de Octubre ya pudieron regresar a sus hogares”.
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