Rosario se lo merecía. Y en días toda la ciudad, como así también la enorme región que respira automovilismo, comenzará a disfrutar de un autódromo de primer nivel. Las obras están en la recta final a la espera de que se encienda el semáforo verde, ya que apenas restan 10 días para que en los oídos retumbe la sinfonía de los poderosos impulsores V8 del Súper TC 2000. El Juan Manuel Fangio es otro. Y ayer autoridades municipales lo mostraron en una recorrida junto a los medios de prensa de la ciudad.
Con las presencias destacadas de la intendenta Mónica Fein y del senador provincial Miguel Lifschitz, los periodistas pudieron recorrer el remodelado autódromo de Rosario, donde se observaron notables mejoras en toda la infraestructura.
La propia intendenta fue la encargada de darle la bienvenida a la prensa en un confortable micro que recorrió los 2.500 metros de la flamante pista. El ‘guía’ fue Miguel Pedrana, actual presidente del autódromo y subsecretario de Gobierno, quien contó todos los detalles del circuito, además de responder con amabilidad la requisitoria periodística.
El lunes los equipos del Súper TC 2000 comenzarán a arribar al autódromo y desde ahí se iniciará el tramo final que terminará el domingo 22 con el banderazo a cuadros que corone al vencedor.
“Es uno de los mejores autódromos del país, cumplimos con las medidas de seguridad y la idea es seguir avanzando para prolongar la pista y atraer a nuevas categorías deportivas”, fueron las primeras palabras de Mónica Fein, a quien se la vio contenta y de buen humor.
“Estamos orgullosos de haber concretado este proyecto, no sólo por las obras de infraestructura sino también por su equipamiento técnico, porque además de los trabajos visibles en la superficie existen obras debajo de gran importancia. Las inversiones fueron realmente importante, sobre todo en el control de la mitigación de ruidos”, afirmó Fein.
En tanto, el tema del fallo judicial que indica que no se cumple con las reglamentaciones sonoras fue abordado tanto por la propia intendenta como por las demás autoridades municipales.
“Se presentó en las últimas horas una apelación a la Justicia explicando las obras cumplidas. Seguiremos trabajando. Si no ponemos por lo menos 20 autos a correr no sabremos qué resta hacer para mitigar los ruidos. Recién a partir de la carrera se podrán hacer las nuevas mediciones”, aseguró la mandataria municipal.
Mientras tanto, el director de la subsecretaría de Prevención y Seguridad Ciudadana, Luis Baita, dijo que la carrera arranca el próximo lunes 16: “Para nosotros empieza todo cuando comiencen a llegar los equipos con los camiones”. Baita aseguró que la carrera se llevará a cabo pese a que a que el juez Civil y Comercial Nº 2, Luis Ramunno, emitió un fallo donde dice que “no se cumple con las reglamentaciones sonoras en el autódromo, por lo que una eventual competición afectaría a viviendas cercanas al predio”. Ante esto, la Municipalidad presentó un escrito ante la Cámara de Apelaciones para que se revise el fallo. En la apelación solicitaron que “se permita testear durante la carrera si las obras hechas son eficaces o si es necesario avanzar en nuevas reformas”.
Una inversión de casi 17 millones de pesos. Un circuito de 2.500 metros de extensión. Una infraestructura de cableado eléctrico y provisión de agua subterráneo inédito en una pista del país. Tribunas con capacidad para más de 25.000 personas. Accesos veloces desde cualquier punto de la ciudad. Un predio de 17 hectáreas para estacionamiento de vehículos particulares. Una torre de control de última generación. Un edificio para el trabajo de la prensa con la última tecnología. Todo esto se hizo en el Juan Manuel Fangio. Un autódromo que se hizo de nuevo y que toda una ciudad y la región comenzará a disfrutar con la llegada del Súper TC 2000. El semáforo verde se ve en el horizonte. El V8 ruge a fondo en la última curva, la del imponente peralte. La bandera a cuadros ya flamea. Rosario vuelve al automovilismo de primer nivel y con un autódromo de primera.
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