Policiales

De película

El ex soldado ucraniano que entró al país en un baúl cayó en Paraguay por narcotráfico

Cuando en septiembre lo detuvieron viajando escondido en el auto de un armero santafesino, Víctor Melnyk contó una historia de amor desesperada: que violó la cuarentena para llegar a Rosario a ver nacer a su hija. Ahora, el país vecino lo encarceló como miembro de una organización criminal internacional


Hace unos meses, un ex soldado ucraniano fue noticia local cuando lo descubrieron ingresando al país de forma ilegal, desde Paraguay, escondido en el baúl de un auto, cuyo conductor era un santafesino, dueño de una armería. La foto de Víctor Melnyk acurrucado dentro del pequeño gabinete recorrió el país, ya que la historia que contó era digna de una película romántica. Mientras lo esposaban esbozó que sólo quería llegar a Rosario para encontrarse con su enamorada, quien estaba por dar a luz a su pequeña hija. Pandemia de por medio, el ex combatiente de Europa del Este dijo que vivió una odisea para llegar a tiempo: se desplazó en balsa, en remís, a dedo hasta finalmente ser detenido en un paso entre Corrientes y Entre Ríos. La saga tuvo un final feliz cuando se produjo el reencuentro, que quedó retratado por fotoperiodistas de medios de todo el país. La segunda parte de esta historia es más bien del género policial. Este viernes, el ex soldado cayó detenido en Paraguay como miembro de una organización de narcotráfico internacional. En los allanamientos, los investigadores incautaron cerca de mil kilos de cocaína de máxima pureza, valuada en 60 millones de dólares, y dijeron que la droga iba a ser despachada a Europa desde puertos paraguayos a través del río Paraná.

Máxima pureza

Según publicó el diario paraguayo ABC, agentes especiales de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) de Paraguay y fiscales de la Unidad Especializada de Lucha contra el Narcotráfico llevaron a cabo el viernes pasado seis allanamientos en las ciudades de Eusebio Ayala, Cordillera, Luque, Fernando de la Mora, San Lorenzo y Pilar, en el marco de lo que se dio a conocer como Operación Navis.

En uno de los operativos se incautó casi una tonelada de cocaína (967 kilos de máxima pureza) y detuvieron a cuatro sospechosos, entre ellos al ex soldado ucraniano Víctor Melnyk.

También apresaron a Críspulo Monzón Acosta, a Luis Alberto Ávalos Meza y a Fernando Enrique Balbuena Acuña, alias Riki o Herrero, quien según los pesquisas era el jefe de la organización. Por último ordenaron la captura internacional de Reinaldo David Delvalle Mendoza, el cual continúa prófugo.

El presunto líder de la banda, Balbuena Acuña, fue acusado de ser quien coordinaba a varios operadores que se encargaban de adquirir volúmenes de cocaína y acopiarlos para luego transportar las cargas a través de la hidrovía Paraguay/Paraná, saliendo al Atlántico y de allí a los principales puertos de Europa.

Según los medios paraguayos, Balbuena Acuña es hijo del ex diputado Elvis Balbuena, quien iba a presentarse como candidato a gobernador del departamento Cordillera pero renunció a la candidatura tras la detención de su hijo, aunque dijo no tener nada que ver con actividades de narcotráfico.

El juez penal de Garantías Gustavo Amarilla ordenó este martes la prisión preventiva del cuarteto al que le imputó los delitos de tenencia, comercialización y tráfico de drogas peligrosas y asociación criminal. Además, procesó a otros dos sospechosos detenidos esta semana. Se trata de Julio Antonio Acevedo Haurón, ex director de la cárcel de Tacumbú (la más grande de Paraguay) y condenado años atrás como cómplice de casos de abusos de menores, y su hijo Julio Alejandro Acevedo.

La estructura

De acuerdo con el diario ABC, el líder de la banda, Balbuena Acuña, contaba con la ayuda de su cuñado, Delvalle Mendoza, quien contactó en cierto momento con Ávalos Meza, a cargo de la logística. A su vez, en varias ocasiones Balbuena contactó al ucraniano Melnik, a quien acusan de haber sido el encargado de organizar las rutas para la movilización de la droga.

Balbuena también solicitó la ayuda de Acevedo Haurón, el ex director de la cárcel, para que consiguiera colaboradores y así ampliar el espectro de la organización criminal. En tanto a su hijo Julio le achacan haber tenido el rol de transportista dentro de la banda.

Las operaciones se centraban en una granja de Eusebio Ayala, donde acopiaban los paquetes de cocaína, que estaba bajo el resguardo de Críspulo Monzón Acosta.

Aquella historia de amor

El 3 de septiembre de 2020, la historia de amor de Víctor Melnyk recorrió toda la Argentina. Ese día, un empresario santafesino fue detenido en un paso entre Corrientes y Entre Ríos por llevar oculto en el baúl de su auto al ex soldado ucraniano.

En su defensa, Melnyk dijo ser el accionista de una importante empresa que tenía como objetivo invertir en Paraguay y para ello iba a presentarse ante el Ministerio de Economía de la Nación. Agregó que hacía 15 días que viajaba desde Paraguay rumbo a Rosario porque su novia estaba a punto de dar a luz.

Según contó, conoció a Romina, una rosarina de la que se enamoró. Viajaron como pareja por el mundo y el embarazo los sorprendió en Sao Paulo, Brasil. Pero debido a la pandemia, Romina volvió a la Argentina, mientras él viajó a Asunción del Paraguay para presentar su empresa al gobierno de ese país.

Las restricciones los sorprendió separados: Romina estaba en Buenos Aires y decidió viajar a Rosario, a la casa de su mamá. Víctor no pudo ni presentar su empresa y debió quedarse a cumplir cuarentena en Paraguay, separado de Romina.

Víctor contó que quería casarse con Romina antes de la llegada de su hija ya que es un hombre de fe y su religión cristiana ortodoxa así lo determina. Él mismo dijo que escribió a la embajada de Ucrania en la Argentina para pedir ayuda en medio de la cuarentena obligatoria pero la respuesta que le dieron fue que “la frontera está cerrada para usted y el resto del mundo”.

Como el embarazo avanzaba, Víctor decidió contratar un avión privado, con la idea de viajar a la Argentina para estar con su pareja y esperar la llegada de su hija. Previo a eso se hizo el hisopado para viajar con el papel que demostraba que no tenía Covid-19. Pero como no era seguro que contratando un avión privado lo dejaran entrar a Rosario, Víctor dijo que decidió tomar un taxi en Encarnación, durmió tres noches en un hotel y comenzó a averiguar cómo hacer para llegar a Argentina, ya que el puente que une Encarnación con Posadas estaba cerrado.

Luego relató que consiguió que un pescador que en su barca cruzaba gente lo deje en suelo argentino y, una vez en el país, atravesó 1.100 kilómetros en remís, aunque no pudo entrar a Santa Fe. Por eso, según el relato del ex soldado, decidió parar un auto, le explicó al chofer que estaba a punto de nacer su niña y le mostró el diálogo con su mujer en el celular, donde se leía que había roto bolsa.

El chofer, un santafesino dueño de una armería, contó que cuando volvía hacia Santa Fe desde Corrientes se encontró con Víctor haciendo dedo y para no viajar solo le dijo que suba. “Me dijo que la mujer tenía un gran problema, que estaba por tener familia en Rosario”, contó.

Antes de llegar al control de Paso Telégrafo, el santafesino le advirtió a su acompañante que los iban a detener, por lo que el ucraniano ideó una increíble solución: esconderse en el baúl.

“Me insistía que quería llegar, me mostraba que la mujer había roto bolsa. Me decía que estaba dispuesto a hacer 1.700 kilómetros en el baúl con tal de llegar a ver a la hija. Le dije que se meta total no iba a pasar nada”, relató el santafesino.

Al ser descubierto, Melnyk -que hablaba perfecto español- aseguró que perteneció al grupo militar de elite Titan en Ucrania, entre 1994 y 2000, pero que actualmente residía en España y que se dirigía a Rosario, donde vivía su pareja. Pero ambos terminaron en la comisaría.

Víctor desde el baúl escuchó el relato del conductor sobre “el ciervo” hasta que abrieron el baúl y dijo: “Perdón ahora salgo”. Y un policía respondió: “No, no, no quédese ahí que hacemos fotos”.

La historia fue contada en el sitio NewsDigitales, que habló con Víctor. “El jefe de comisaría de la Paz fue muy bueno conmigo”, dijo y completó que los dos días que estuvo en la comisaría fue muy bien tratado. Mientras tanto, en Rosario, su niña ya había nacido, tal le avisaron en el momento en que lo detuvieron y le sacaron el teléfono. Posteriormente se lo trasladó a la comisaría 5ª de Paraná y le comunicaron que debía hacer la cuarentena por 14 días allí por haber violado el aislamiento obligatorio.

El juez Leandro Ríos pidió a Interpol sus antecedentes para ver si tenía algún pedido de captura y no encontró ninguna imputación, excepto que había violado el aislamiento obligatorio, un delito migratorio.

Víctor cumplió la cuarentena solo en esa comisaría. Y 17 días en total transcurrieron desde que su mujer, Romina, dejó de tener comunicación directa con él debido a que le retuvieron su teléfono celular (para investigarlo). Por ese motivo, el ex soldado conoció a su hija por medio de una foto que un policía le mostró al comunicarse con la esposa.

Finalmente y luego de 17 días de emprendido el viaje de Paraguay a Rosario lo dejaron salir. Víctor se aseó de camino a la casa de su suegra (no se pudo bañar durante 14 días), fue a comprar una camisa blanca, tres ramos de flores (para su mujer, su hija y su suegra), corrió al reencuentro con su familia y principalmente a conocer a su pequeña niña con apenas unos días de vida.

El ucraniano que se escondió en el baúl: un enamorado que viajó 15 días para conocer a su hija

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