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El estado más rico y moderno de México donde más mujeres desaparecen

En el estado de Nuevo León, el más poderoso e industrial del interior mexicano después del núcleo del DF, tienen el récord nacional de trata de personas y viven un récord de la tasa de homicidios. Ahora se encuentra en alerta por una ola de desapariciones de niñas y mujeres que aparecen muertas


Susana Santos

En el norteño estado de Nuevo León, el más poderoso e industrial en el interior mexicano después del núcleo del DF, tienen el récord nacional de trata de personas y viven un crecimiento local récord de la tasa de homicidios. Ahora se encuentra en alerta por una ola de desapariciones de niñas y mujeres de entre 2 y 27 años. Las que aparecen, aparecen muertas. Militantes feministas, de DDHH y colectivos académicos reclaman justicia a las autoridades.

La fotografía de una joven sola, quien parece aguardar al borde de la carretera más peligrosa de México se identificó, en cuestión de muy pocos días,  con el grave problema de desaparición de mujeres que asola al país y que recientemente marca un  trágico récord en Nuevo León, donde 15 mujeres desaparecieron.

Las “desaparecidas”  que no comparten algún patrón común, ni siquiera en la franja etaria que se extiende desde los 12 hasta los 26 años, representan un incremento en cifras de desapariciones especialmente de mujeres y menores de edad. Menos de dos semanas después de denunciada la desaparición, encontraron el cadáver de Debahni, la mujer de la foto, en la cisterna de un motel en Nuevo León. El lugar es la llamada carretera de la Muerte  donde se reportaron la desaparición de más de 200 personas desde 2021.

El domingo 10, centenares de mujeres enardecidas  encabezadas por la Asamblea Feminista marcharon por las calles de la ciudad con fuego para reclamar por la desaparición y posterior femicidio de María Fernanda Contreras, de 27 años, y la denuncia de la desaparición de Debanhi.

La violencia que sufren las mujeres se inició con la “Guerra contra las drogas”

En medio del crítico  panorama, el Gobierno estadual decretó “acciones urgentes y extraordinarias” para las operaciones de búsqueda de las mujeres que no regresaron a sus hogares en el último mes. Y anunció la formación de “un grupo especial” encargado de los crímenes. El gobernador, Samuel García, habilitó un aumento de personal del Grupo de Búsqueda de la Fiscalía.

Simultáneamente,  se creó la “Fuerza de Tarea”, compuesta por diversas instituciones de seguridad que realizarán un trabajo coordinado con las dependencias policiales, municipales, estatales, federales, la Fiscalía y la Comisión Estatal de Búsqueda y un lugar  en el Centro de Control y Comando, donde están todas las imágenes generadas por las cámaras de video vigilancia de la ciudad.

Hasta el momento, todo el paquete de anuncios y los flamantes grupos de rescate dieron pruebas de una muy limitada eficiencia para encontrar con vida a las mujeres desaparecidas en el poderoso estado mexicano de Nuevo León.  Por el contrario, quedó en evidencia que los actores que tienen mayor capacidad para avanzar con una agenda política cuyas medidas tengan operatividad fáctica inmediata no caracterizan de manera adecuada la violencia contra las mujeres.

La aceleración de las violencias que sufren las mujeres se inició  en 2006 con la llamada “Guerra contra las drogas” durante el gobierno de Felipe Calderón. Según las propias palabras de este presidente derechista, la tal guerra costaría “vidas humanas inocentes” pero valdría “la pena”. Después vinieron, en consecuencia, la militarización de la seguridad pública, y la Iniciativa Mérida, un programa bilateral antinarcóticos financiado por EE.UU y México centrado en el entrenamiento de policías y militares mexicanos y las reformas legales en el aparato judicial y la Ley de Narcomenudeo. El endurecimiento de las políticas prohibicionistas, que tomó solidez institucional en 2009, aumentó un 62.5 por ciento la población  de mujeres en los penales en un año pasando.

Nuevo León ejemplifica las intersecciones de narcopolítica, militarización y violencia de género en territorios de combate al narcotráfico. Fue la quinta entidad con mayor número de femicidios y la primera en trata de personas en 2021. La militarización se ha agudizado y las cifras oficiales revelan que cinco cárteles operan en el estado y hay un récord de homicidios. Estas violencias paralelas impactan a niñas y mujeres. De enero a marzo de este año se registraron una treintena de femicidios en Nuevo León, de los cuales casi dos tercios estaban ligados a la narcoviolencia.

Desde noviembre de 2021 a la fecha se registran  95 mil personas desaparecidas

El  secretario de Seguridad estatal sostuvo que las diez jóvenes encontradas se habían escapado de sus casas por problemas familiares y minimizó la versión de que ronde “una banda que se dedica a secuestrar mujeres”.

Esas declaraciones fueron repudiadas por las feministas que solicitaron su renuncia. “Actualmente hay más de 1800 mujeres desaparecidas, tienen historia de vida, a todas las mujeres les estamos buscando, hoy, marchamos por todas, exigiendo su hallazgo con vida”, leyeron en la protesta del 9 de abril  las integrantes de la Asamblea Feminista.

Para las agrupaciones que reclaman, la vieja política y  la seguridad continúa dirigida por los mismos agentes que perduran mientras que ellos desconocen el destino de  las  miles de mujeres desaparecidas. Y dentro del escaso número de hallazgos los más son de mujeres muertas: como la propia Debahni,  cuyo cuerpo fue encontrado sin vida después de 13 días de búsqueda.

El Comité Contra Desapariciones Forzadas de la Organización de la ONU presentó un informe donde denuncia que desde noviembre de 2021 a la fecha se registran  95 mil personas desaparecidas y no localizadas y especifica las particularidades que ofrecen las desapariciones de mujeres: sirven para ocultar la violencia sexual y feminicidio, reclutamiento, trata o explotación sexual con la alarmante conclusión de  que en las condiciones actuales, tomará 120 años identificar los cuerpos de nuestras desaparecidas, sin contar los que se suman a diario. También pidió al gobierno de Manuel López Obrador  tomar medidas.

Oportunamente,  el presidente declaró que de ser solicitado por las autoridades de Nuevo León, el gobierno federal se encargaría de la investigación de qué ocurrió con el caso de la joven Debahni,

Amnistía Internacional México exigió a las autoridades que el femicidio de Debanhi “no quede impune”  y  colectivos feministas convocaron a una marcha bajo el lema “no perdonamos ni olvidamos. #justiciaparatodas” en apoyo a las víctimas de desapariciones y feminicidios desde el Monumento a la Revolución hacia la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.

Una veintena de mujeres integrantes del colectivo “Amor, No Violencia” realizaron una protesta contra la violencia de género y la “ineficiencia” de las autoridades de todos los niveles en la investigación de estos crímenes.

Las manifestantes colocaron velas, flores y fotografías de Debanhi y de otras víctimas de femicidio, y señalaron que la causa principal de este fenómeno es la violencia machista y la sociedad patriarcal, además de las investigaciones ineficientes que generan impunidad.

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