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Solicitan ayuda

El Espacio de la Memoria del ex Servicio de Informaciones necesita personal para los recorridos

Hay una sola trabajadora a cargo de las visitas que se hacen en la esquina de Dorrego y San Lorenzo donde funcionó un centro clandestino de detención durante la última dictadura


Créditos: Pablo Tesoriere.

Gloria Canteloro está por jubilarse y tiene una preocupación: que el Espacio de la Memoria que funciona en el ex Servicio de Informaciones quede sin trabajadores capacitados para hacer los recorridos. Es sobreviviente del genocidio y es la única persona que quedó a cargo de realizar las visitas guiadas en este lugar.

Se trata de la esquina de Dorrego y San Lorenzo donde la última dictadura montó uno de los cientos de centros clandestinos de detención (CCD) y tortura que funcionaron a lo largo y ancho del país entre 1976 y 1983. Fue CCD más grande de la provincia de Santa Fe porque se estima que al menos 2 mil personas estuvieron secuestradas en este lugarEstá en el mismo edificio donde actualmente se encuentra la sede del gobierno santafesino en Rosario.

Canteloro teme que con su retiro el espacio quede cerrado. El pedido para resolver esta situación ya fue debidamente presentado pero quedará en manos de la gestión que asumirá el próximo 10 de diciembre, Maximiliano Pullaro es el gobernador electo en la provincia de Santa Fe. El ex CCD pertenece a la órbita del Estado provincial.

En diálogo con Radio Rebelde Rosario Canteloro aclaró que la situación tiene larga data: “Se viene dando desde el año 2014 cuando se jubiló Lila Gianeloni que estaba a cargo del taller de imágenes. La otra compañera que realizaba tareas en toda la cuestión de referencia histórica es Marianela Scocco que tiene una beca del Conicet y actualmente trabaja en la UNR”.

Créditos: Pablo Tesoriere.

“Entonces desde ese año estoy sola a cargo de realizar las visitas guiadas y por eso vengo haciendo este pedido, pero sin embargo ya pasaron tres gobiernos, el de Bonfatti, Lifschitz y Perotti y no le han dado la importancia que tiene. Actualmente el expediente con el pedido está presentado, pero ahora hay que esperar todo el tema de la transición hacia el próximo gobierno de Pullaro”, subrayó.

Megacausa Feced: condenaron por primera vez en Rosario a dos represores por abusos sexuales

Para la trabajadora es importante empezar a capacitar al personal para que pueda sostener el espacio: “Esta tarea no es sencilla y solo se aprende caminando por estos sitios. Hay que preparar gente, y si esto no pasa, el Espacio corre serio riesgo de quedar cerrado durante los próximos tiempos”.

Historia

Las obras para recuperar este espacio físico comenzaron en febrero de 2015 con un acto simbólico que incluyó la demolición de una pared. En el Servicio de Informaciones de la Policía de Santa Fe funcionó entre 1976 y 1979 el principal centro clandestino de detención de la provincia.

La patota de Feced es el nombre por el cual se conoce al grupo de represores que secuestraba, torturaba y mataba personas en este lugar. Eran policías, miembros de las Fuerzas Armadas y civiles que respondían al jefe de policía local de aquellos días, Agustín Feced. 

El derribo de un sector del ex Servicio de Informaciones tuvo un gran valor simbólico y testimonial porque recuperó la estructura original de esa parte del edificio, tal como era durante los años en que funcionó como centro clandestino, antes de las remodelaciones realizadas por la dictadura para alterar el espacio.

En el acto que se realizó en 2015 sobrevivientes e integrantes de organismos de derechos humanos participaron con sus propias manos del inicio de la demolición de la pared. La mayoría de los crímenes cometidos en este lugar han sido investigados y condenados en la megacausa Feced que ya tuvo cuatro elevaciones.

Un plan sistemático

En Argentina hubo por lo menos 800 lugares que funcionaron como centros clandestinos. La mayoría de las veces se trataba de lugares oficiales, como en este caso, o comisarías, bases militares, buques. Pero también funcionaron como centros casas particulares, fábricas, hospitales y escuelas.

“La justicia federal convocó a la universidad como garantía científica”

Cada centro clandestino tenía sus propias características y fue necesario “acondicionar” los inmuebles elegidosLos lugares para las sesiones de tortura tenían que responder a ciertos requisitos, por ejemplo que tuvieran algún nivel de aislamiento (para que no escuchen los gritos de las víctimas) o que los materiales de las paredes o pisos pudieran ser de fácil limpieza (como para borrar manchas de sangre).

En Rosario un equipo de la facultad de Arquitectura de la UNR se ocupó de realizar maquetas de cada uno de estos sitios, que en los juicios sirven para validar o no los relatos de sobrevivientes. Fue convocado por la Justicia Federal como garantía científica para avanzar en el proceso judicial contra los militares.

El equipo, en su momento, se encontró con el siguiente problema: los planos de los centros clandestinos están desaparecidos. El plan sistemático de desaparición de personas incluyó no dejar huella de los planos y sus modificacionesDe hecho, en el caso del ex Servicio de Informaciones encontraron el plano original pero no el que contenía las reformas que le hicieron para transformarlo en un centro de tortura.

La mayoría de este tipo de lugares sufrió modificaciones antes de ser centros de detención pero también después de serlo: para borrar huellas de los secuestros, del hacinamiento, de las torturas y asesinatos.

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