Lisandro Olearo
La victoria de Los Pumas sobre Tonga por 28 a 12 en la segunda fecha del Mundial de Japón tiene mucha tela para cortar. El balance pasa por separar los dos tiempos de cuarenta minutos.
Otra vez el seleccionado argentino mostró dos caras, ahora el desafío pasa por poder ampliar la cantidad de buenos minutos de juego, porque se viene Inglaterra que no perdona errores.
Lo positivo de la victoria Argentina en Osaka sobre Tonga fue la performance del equipo en los primeros treinta minutos del primer tiempo. Luego el equipo por distintos motivos se volvió un equipo previsible, cometiendo errores y no siendo efectivo, porque genero situaciones pero no las pudo efectivizar y lograr una mayor diferencia en el marcador.
Al revés que con Francia, lo mejor de Los Pumas se vio en el inicio del partido, llevándose por delante al rival, jugando un buen rugby, y desde la defensa forzando a cometer errores para cambiarlos por puntos. Las formaciones funcionando a la perfección, el scrum logrando ser dominante y el line siendo una plataforma de lanzamiento de juego muy efectiva para el seleccionado argentino. Desde la hilera se han logrado cinco de los seis tries que tienen Los Pumas en esta Copa del Mundo.
Ante Tonga los cambios no surtieron efecto alguno, la merma en el rendimiento fue notable. En total se fallaron 29 tackles, se perdieron 16 pelotas contra 12 del rival, fallas que hacen que el rendimiento de Los Pumas genere dudas a una semana del choque frente a Inglaterra.
Queda mucho por trabajar, es un primer paso adelante del seleccionado argentino. La prioridad es lograr ampliar la cantidad de minutos de buen rugby, ante Tonga el rival no facturó la ventaja otorgada pero el equipo que dirige Eddie Jones no perdonará, el pasado jueves le dieron descanso a diez titulares, en las huestes inglesas también toman el duelo del próximo sábado como eliminatorio y van a dar todo por lograr el triunfo.
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