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El Dream Team fue demasiado para Argentina

Cayó sin atenuantes por 126-97 tras una primera mitad muy pareja. Su rival en los cuartos de final de los Juegos de Londres será Brasil.


El seleccionado de básquetbol de la Argentina perdió con su par de los Estados Unidos, por 126 a 97, y quedó tercero en el grupo A, por lo que deberá jugar el cruce de cuartos de final de los Juegos Olímpicos Londres 2012 con Brasil, ganador a primera hora de España (88-82), por la zona B.

El equipo de Julio Lamas volverá a cruzarse este miércoles, en horario a confirmar, con Brasil (dirigido por el cordobés Rubén Magnano) como ocurrió en el último Mundial Turquía 2010 y en la final del Preolímpico de Mar del Plata. Será en el estadio North Greenwich Arena, en el sector este de la capital británica.

Por su lado, Estados Unidos, único invicto del certamen y campeón defensor por el oro alcanzado en Beijing 2008, obtuvo la zona A y se enfrentará en cuartos a Australia. Los otros choques para definir los semifinalistas serán España-Francia y Rusia (ganador de la zona B)-Lituania.

Argentina jugó unos 20 minutos iniciales para enrojecer las manos de tanto aplauso. Porque, con autoridad y determinación, dos valores incorporados por esta Generación Dorada, se le plantó de igual a igual al planeta NBA que tuvo enfrente.

El planteo del DT Lamas pidió zona de movida, nomás, pero el Dream Team empezó a demostrar eficacia con el tiro perimetral (al promediar el primer período llevaba 4 de 5 en triples).

Así, el último campeón olímpico y del mundo en Turquía 2010 se puso 14-11 arriba, a los 6m. 35s. Pero la zurda mágica de Manu Ginóbili sirvió para que la Argentina pasara al frente por primera vez, a los 4m. 13s. (15-14).

Al juvenil base Facundo Campazzo (titular por la lesión de Pablo Prigioni) no le pesó la responsabilidad de conducir al quinteto albiceleste. El cordobés no sólo convirtió (5 puntos) sino que asistió (2) y ganó debajo del cesto (1). Y, además, mostró una inusual paciencia.

Otro cordobés, también de Peñarol de Mar del Plata, entró desde el banco y aportó lo suyo. Leonardo Gutiérrez (11 puntos en el primer tiempo) encestó una bomba desde lejos para que la Argentina pasase al frente por 30-29, cuando restaban 55seg. El primer parcial se cerró con un triple de Kevin Durant (7 de 13 en esos 10m.) y los Estados Unidos estaban arriba por 34-32.

En el segundo capítulo, Lamas intentó darle minutos de descanso a los titulares (Scola, Nocioni, Ginóbili). Pero la estructura no se resintió para nada y los denominados “jugadores de rol” aprobaron el libreto.

Así, al promediar la etapa, otro triple de Leonardo Gutiérrez sirvió para igualar en 45. Una ráfaga de 5 tantos de Paul (14 en la primera mitad) le permitieron a los Estados Unidos distanciarse 52-48.

Pero el coraje de Manu Ginóbili y una contra de Delfino dejaron las cosas a tiro (59-60), al término del primer tiempo. El equilibrio seguía siendo el denominador común de un partido en el que ninguno de los dos equipos especularon y apostaron a sus ofensivas.

A la reanudación, el quinteto norteamericano metió un parcial de 8-0 (gracias a un crack llamado LeBron James) y se distanció 70-62, a falta de 7m. 45s. Resultó lapidario.

Porque enseguida, con el aporte de Durant (10), el equipo de Krzyzewski empezó a sentirse cómodo y se alejó 85-68, a falta de 4m. 23s., consiguiendo la máxima diferencia.

El alero de los Oklahoma City Thunder continuó lastimando a distancia (5 triples en ese período) y los hinchas estadounidenses, por primera vez en la noche, se animaron a cantar.

Como la Argentina se secó también, el campeón en Beijing 2008 tomó distancia de 24 (98-74), casi sin proponérselo. El período se cerró con un triple (7 de 9 en esos 10m.) de Anthony y el marcador entregaba un holgado 102-76. Demasiado para el buen partido que había diseñado la Argentina.

El último cuarto se jugó por mero formulismo. Los dos equipos hicieron descansar a la mayoría de sus habituales titulares y jugaron con cierta relajación, sin ejecutar marcas asfixiantes.

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