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El día que se secó Santa Fe

Una avería en un caño maestro dejó sin agua a casi toda la capital provincial. Se suspendieron las clases y, por la incertidumbre, se racionaron las botellas en los supermercados. Hubo abastecimiento con camiones.

Fueron 24 horas de zozobra e incertidumbre. El jueves último a la siesta se rompió un caño maestro de una de las dos tomas de agua de la capital provincial. La empresa Aguas Santafesinas SA (Assa) ubicó el problema y lo reparó; ayer, alrededor de las 15, el servicio de agua potable estaba reestablecido, pero en el medio hubo muchas quejas de los usuarios, alguna especulación comercial y fuertes cruces de tinte político (ver aparte). Se suspendieron las clases, en ambos turnos, en todas las escuelas de la ciudad y Assa debió asistir con camiones cisterna a los hospitales y sanatorios.

El problema se hizo visible el jueves poco después de las 14. En la esquina de Dorrego y avenida Alem, a pocas cuadras de la planta potabilizadora de Assa, se produjo una avería en un caño maestro que dejó sin agua por 24 horas a la ciudad de Santa Fe. El ministro de Aguas y Servicios Públicos, Antonio Ciancio, explicó ayer: “Contamos con instalaciones que fueron construidas hace un cierto tiempo y que ya tenían una reparación hecha. Eso fue lo que falló. Con anterioridad se hizo un arreglo muy precario; ahora se está haciendo una reparación mucho más intensiva”.

La empresa informó que el problema se debió a la rotura de un acueducto de 80 centímetros de diámetro que alimenta a la planta potabilizadora. A partir de las 14 del jueves se registró una baja de presión en el suministro de agua potable en toda la ciudad y desde las 19 se interrumpió el servicio, medida que fue tomada para que los técnicos y operarios de Assa pudieran llegar hasta el lugar de la avería, evaluarla y luego encarar la reparación. Los operarios trabajaron toda la noche y ayer a la siesta reestablecieron con normalidad el suministro.

En medio de la emergencia hubo otras medidas. El Ministerio de Educación decidió suspender las clases en todas las escuelas de la ciudad en los dos turnos por la falta de agua potable y los problemas sanitarios que podrían derivar de ella. En los hospitales hubo momentos de incertidumbre, por eso la empresa organizó un operativo para mantenerlos abastecidos de agua a través de camiones cisterna. Del mismo modo se atendió desde Assa a los centros privados de salud de la ciudad.

“Priorizamos el abastecimiento en hospitales y centros de salud”, explicó el vocero de la empresa, Germán Nessier. “Lo hicimos con la reserva de agua potabilizada que quedó en la planta antes de que se produzca el corte”. Desde el Ministerio de Salud informaron que la actividad en los tres hospitales públicos de Santa Fe –el Cullen, el Iturraspe y el de niños, Orlando Alassia– se desarrolló “con normalidad” y se aclaró que los efectores cuentan con tanques propios de reserva.

Una vez detectado el lugar y reparada de la rotura, los trabajadores de Assa hicieron una prueba antes de dejar reestablecido el servicio. Para ello, primero abastecieron a la planta potabilizadora y luego cargaron los 850 kilómetros de cañería de todas las redes de agua de la ciudad. La prueba fue exitosa y para las 15 de ayer la situación se normalizó. “Esta es consecuencia de lo que venimos diciendo y que muchas veces parece que son sólo palabras: la empresa fue dejada a la buena de Dios y la prueba está en esto”, dijo Ciancio ayer al mediodía.

“Es el resumen de una política basada en implementar soluciones atadas con alambre que detectamos cuando iniciamos la gestión. Tanto aquí como en la Empresa Provincial de la Energía hay un sinnúmero de situaciones que son como bombas escondidas que vamos encontrando y que muchas veces producen hechos como este, que dejan a toda una ciudad sin agua”, agregó Ciancio.

Ayer a la mañana, cuando aún no se había reestablecido el servicio y todo era incertidumbre, hubo quienes buscaron sacar partido de la desesperación de los vecinos. Algunos supermercados de la capital provincial colocaron carteles en las góndolas para señalar que la oferta de agua mineral sería de “tres botellas por persona”. Y aunque en la mayoría de los casos primó la razón –hubo carteles que pedían “Lleve lo necesario, seamos solidarios”– también hubo pícaros que remarcaron el precio del agua mineral. De todos modos, el negocio les duró poco.

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