Ciudad

El Día de la Bandera asoma con las diferencias arriadas

Kirchnerismo y socialismo apostaron a reeditar el protagonismo popular del Bicentenario, sin confrontar.

Por: Claudio de Moya

Los argentinos que por sus propios medios y motivaciones se congregaron en número inédito en la porteña avenida 9 de Julio, y los que igualmente lo hicieron –atendiendo a la escala– a metros del río Paraná, demostraron hace casi un mes que tanto el Ejecutivo nacional como el de Rosario pueden ganar un tácito reconocimiento ciudadano sin las malas artes que se le suelen endilgar a las dirigencias políticas para denostarlas.

Con ese antecedente del Bicentenario, desde la administración kirchnerista que ocupa la Casa Rosada y las socialistas que habitan la Casa Gris y el Palacio de los Leones apuestan a reeditar aquella masiva convocatoria ciudadana para estos festejos del Día de la Bandera. Sin forzar pulseadas partidarias explícitas y bajo la unificada consigna de homenajear a la celeste y blanca. “Ni sectario ni partidario, ni siquiera rosarino”, es el criterio que el intendente local Miguel Lifschitz ordenó imprimirle a los actos programados por la Intendencia. La misma tónica expresaron desde Protocolo de la Nación respecto de las numerosas actividades que delinearon, y que incluyen un singular protagonismo de varios ministerios del gabinete. El sector del justicialismo vernáculo que acompaña la gestión de la presidenta Cristina Fernández, a su vez, lanzó una convocatoria amplia destinada a demostrar respaldo ciudadano y militante a la jefa del Estado, pero con la consigna de marchar bajo la insignia bicolor y no las pancartas.

Unos y otros, está claro, buscarán poner en escena los propios méritos políticos, pero sin caer en juegos de “suma cero” que atenten contra el deseo de repetir el protagonismo popular que sorprendió a muchos durante los festejos del Bicentenario. Así, y por lo que todos expresaron públicamente, lo único que puede meter la cola para opacar la fiesta del Día de la Bandera es el clima. O una indiferencia popular que lo ocurrido a fines del mes pasado alienta a calificar como improbable.

“Producto de lo que ocurrió el 24 y 25 de mayo en Buenos Aires y en Rosario, la repercusión que tuvo en cuanto a participación masiva de la gente, el saldo positivo que quedó de esas actividades, fuimos conversando sobre la idea de realizar festividades enmarcadas en los festejos del Bicentenario para esta vez darle al Día de la Bandera un mayor calor popular y de participación. En esto tuvimos buena repercusión tanto del gobierno provincial como del nacional, y fue así que fueron tomando volumen las actividades”, señaló es este diario el secretario de Gobierno municipal, Fernando Asegurado. El intendente ya le había expresado a sus colaboradores la impronta que, en esa línea, quería darle a los festejos: “Ni sectarios ni partidarios, ni siquiera rosarinos”. Desde la Municipalidad aclararon que no hubo disputa entre las áreas de Protocolo propias y la de la Nación, y que incluso estaban dispuestos a avenirse a lo ésta última propusiese.

El jueves, la concejala del Frente para la Victoria Norma López, explicó a El Ciudadano que la movilización que prepara el kirchnerismo rosarino (partidario, sindical y de organizaciones de base) es “una convocatoria amplia no sólo a la militancia sino a toda la ciudadanía para respaldar la gestión nacional bajo la bandera celeste y blanca” como único estandarte. Fue antes de ingresar a la sede del Sindicato de Trabajadores Municipales, donde se dieron las puntadas finales a la movilización K. Un día antes, el titular del justicialismo en Rosario, el kirchnerista Luis Rubeo, había dicho en igual dirección: “El próximo 20 de junio nos tiene que encontrar a todos bajo una misma bandera, celebrando con armonía y tranquilidad un día tan caro a los sentimientos de los argentinos y de los rosarinos en particular”.

Todo parece así indicar que Cristina Fernández, el gobernador Hermes Binner y el anfitrión Lifschitz podrán compartir escenario y protagonismo en armonía pese a sus diferencias políticas. Lo que no es poco mérito si se tiene en cuenta el ida y vuelta de acusaciones entre Nación y provincia por la coparticipación de fondos o la cuantificación de obras hechas por cada instancia gubernamental, más los chisporroteos entre socialismo y kirchnerismo en el Congreso nacional.

“Hemos tenidos varias reuniones y conversaciones con representantes de otras fuerzas políticas y de sindicatos que se han sumado a la idea de plantear un 20 de Junio del Bicentenario todos unidos con los colores celeste y blanco. Y la convocatoria que han realizado y que entendemos que siguen realizando estos días todos los sectores va en ese sentido, que es el que nosotros desde la Municipalidad pedimos: que la gente participe, que se sume a las distintas actividades debajo de la bandera”, resumió Asegurado sobre los preparativos.

Por supuesto que también cada estamento Ejecutivo –nacional, provincial y municipal– tratará de resaltar sus méritos, una aspiración lógica en democracia.

La administración kirchnerista preparó el terreno con la visita a Rosario, anteayer, del ministro del Interior Florencio Randazzo, quien adelantó los detalles del operativo de confección “express” de los nuevos DNI que este fin de semana realizará el Registro Nacional de las Personas (Renaper). El titular de la cartera política aprovechó la visita para volver sobre la disputa de los dineros entre Santa Fe y la Casa Rosada, pero aunque deslizó algún pase de facturas también minimizó los roces al calificarlos como normales en un país federal.

También hubo el anuncio del arribo a una escuela de la ciudad de las primeras netbooks del Plan de Inclusión Digital Educativa, que hoy entregará simbólicamente la presidenta. Y desde mediados de semana viene preparando los stands y las actividades de varios ministerios y dependencias nacionales –como el Pami y la Ansés– en los que se ofrecerá a los rosarinos un amplio abanico de servicios, algunos de los cuales quedarán en la ciudad. A esto se agrega, para antes de los actos por el Día de la Bandera, la inauguración oficial que la jefa del Estado hará de las obras de la explanada del Parque España concluidas hace dos meses con fondos nacionales.

La administración municipal, por su parte, pondrá en juego su despliegue de gestión con, por ejemplo, la visibilidad de los Centros Crecer y la actividad de los emprendedores sociales, más un amplio espectro de propuestas culturales participativas –a las que se sumó la Nación con la participación del músico Jaime Torres y la escritora “casi” rosarina Angélica Gorodischer– y deportivas que son marcas de su gestión.

De esta forma, la administración kirchnerista tendrá su vidriera en territorio gobernado por el socialismo como, en reciprocidad, la tuvieron las de Lifschitz y Binner el pasado mayo en el Paseo del Bicentenario, en donde dieron la nota los músicos de la provincia y la bandera más larga del mundo demostró, en el cierre de los desfiles, que representa más que su mera extensión récord. De hecho, el despliegue de esa emblemática “marca registrada” de la ciudad sumará hoy a diferentes colectivos sociales y gremiales a los que invitó la Municipalidad rosarina para agregarle un plus de representatividad. “Un condimento de sectores participativos y populares de nuestra ciudad a lo que es el desfile tradicional”, como lo describió Asegurado.

Socialistas y kirchneristas pondrán así “toda la carne en el asador”, pero si se cumple lo que sus dirigentes enunciaron, será en el juego de “ganan todos” en lugar del de “suma cero”.

Comentarios