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Fue cuando tenía entre 9 y 11 años

Una adolescente de Maciel denunció a seis jugadores del Club Alba por abuso sexual

“El abuso deja marcas, no contarlo las hace más profundas. Hoy estoy harta, desbordada, estuve guardando el dolor muchos años. Cada día era más fuerte, cada día me pesaba más y necesitaba gritar. No me callo más", dijo sobre lo que pasó cuando era una niña. La madre hizo la denuncia penal


Arte El Ciudadano

Este jueves se conoció a través de las redes sociales la denuncia pública de una adolescente de 16 años de la localidad de Maciel, a 60 kilómetros de Rosario, por una serie de abusos sexuales sufridos cuando era una niña y que ahora se animó a denunciar. En el relato la joven da cuenta de una situación en la que fue víctima de abuso sexual en el Club Alba, donde se practican varios deportes, por parte de 6 jugadores de la institución. Según el testimonio, el delito sexual ocurrió a la vista de varias personas y en redes pueden verse capturas de pantalla de conversaciones en las que testigos recuerdan lo que pasó ese día. En el mismo texto, contó sobre otras dos situaciones de abuso sexual vividas al interior de la familia. En total, denunció a 8 varones. Desde el Ministerio Público de la Acusación informaron que la denuncia penal por el delito cometido en el Club Alba fue hecha este miércoles por la mamá de la adolescente. Buscan establecer la fecha exacta para determinar si los 6 jóvenes señalados eran menores de edad y si son imputables o no. El Ciudadano intentó comunicarse con el Club para saber qué medidas tomará con pero no obtuvo respuesta.

“El abuso deja marcas, no contarlo las hace más profundas”, contó V., al decidir dejar atrás el miedo y hacer público una serie de abusos sexuales de los que fue víctima en la infancia. En total hizo mención a ocho personas del pueblo santafesino que en diferentes ocasiones abusaron de ella. “Yo sé que no soy la única, tenemos que dejar el miedo atrás y dejar a romper con toda esta sociedad machista que nos vive encarcelando”, expuso en un texto.

Según fuentes judiciales, la mamá de la adolescente hizo la denuncia penal el miércoles a la tarde en Maciel por el hecho ocurrido en el club. La investigación la llevará adelante la fiscal Melina Serena de la sede San Lorenzo. “En el transcurso del día de hoy van a estar enviando las actuaciones a la Fiscalía de San Lorenzo, a partir de que se evalúe la denuncia y los datos aportados se dictarán las primeras medidas que tienen que ver probablemente con toma de testimonios. Dado que es un caso, según lo relatado, de hace varios años atrás se debe evaluar medidas precisas para poder avanzar”, dijeron desde el MPA.

De acuerdo con el MPA, la denuncia fue hecha por el abuso cometido en club y hace mención a 6 varones. Desde la Justicia, buscan determinar la fecha exacta porque V. era una niña y no recuerda con precisión cuándo fue el abuso, algo que puede ocurrir con hechos traumáticos como los delitos sexuales.

“Actualmente la joven tiene 16 años. Menciona abuso y tocamientos. Si fue en ese lapso (entre 2012 y 2014, cuando tenía entre 9 y 11 años) posiblemente lo denunciados eran no punibles al momento del hecho denunciado. Se los mandó a identificar, y se tomará testimonio a la víctima como primeras medidas”, dijeron.

El relato de V., difundido en redes sociales, fue acompañado por una serie de capturas de pantalla en las que varias personas dicen ser testigos directos del abuso vivido en el Club Alba. También muestran que se trataba de una práctica de la que muchas personas estaban al tanto de la que no se hablaba ni se actuaba al respecto.

A continuación la denuncia de V. que hizo pública:

“El abuso deja marcas, no contarlo las hace más profundas. Hoy estoy harta, desbordada, estuve guardando el dolor muchos años. Cada día era más fuerte, cada día me pesaba más y necesitaba gritar. Me dejaron una herida con la que tengo que pelear todos los días de mi vida, me arruinaron la infancia, dejaron recuerdos que no me los voy a olvidar nunca más, sentimientos, emociones generadas, MIEDO, muchísimo miedo. No me callo más.

Años atrás, aproximadamente entre los 6 y 7 años me violaron, abusaron de mí, en mi casa, en mi pieza, en mi propia cama, me hacía cosas terribles. Una persona que para nosotros era parte de la familia, alguien a quien le dimos todo, semanas enteras quedándose en mi casa, millones de cosas hicimos por él y se nos reía en la cara, se aprovechó de mi inocencia para hacer conmigo lo que quería. J.M., vos fuiste quien me llenó de miedo, de inseguridades. Te tengo asco. Estando en mi lugar de privacidad me llegan los recuerdos de lo que me hiciste. Pasaron los años y me seguiste perturbando, muchas veces mis amigas tuvieron que salir a defenderme por tu violencia hacia mí, cabe aclarar, que sos así con todo el mundo, más aún con las mujeres, te pensás que sos mucho más que una mujer. Tiempo después logré contarle a amigos de confianza, sin poder decirle a mi familia por obvias razones, supuestamente era alguien de nosotros. Cuando ya no daba más lo hice y lo denunciamos. A mí no me lastimas más, a mí no me seguís arruinando la vida.

En quinto grado de la primaria volvieron a ocurrir sucesos de mucho daño. El marido de mi tía, R.J. , con su mente retorcida volvió a abusar de mi inocencia. Cuando volvía de la escuela lo único que hacía era ir a la computadora que estaba en la pieza de mi primo y así pasaba el tiempo hasta que mis papás llegaban de trabajar. Así fue como en reiteradas ocasiones me extorsionaba, comenzaba a tocarse, masturbándose al lado mío, con una de sus frases: “si me tocas te dejo jugar”. Eso es una cosa que hacía, me amenazaba, me obligaba. Una noche tuve que quedarme a dormir, como dormía desnudo pedí que me dejen lejos de él. Al otro día me levantó con su cuerpo encima mío y su mano en mis partes íntimas. Así se destapó todo, le conté a mi abuelo y así se enteraron mis padres. De eso salieron muchísimas verdades, muchísimas cosas terribles que hacía ese tipo. Otra persona basura, con la cabeza enferma.

Ahora voy a contar esto que está pasando, esto de lo que la mayoría ya se enteró y muchos lograron ver esta secuencia de actos espantosos. Entre mis 9 y 11 años, no podría ser clara, iba seguido a la pileta del club, a divertirme, como una nena más. En ese tiempo tenía un noviecito, F.O., otra persona que me obligaba a hacer cosas que no quería. Cuando nos íbamos a ver me quería penetrar, me hacía bajar la ropa interior y actuaba como ya se imaginarán. Un día, me cita a vernos atrás del quincho del club, yo fui pero atrás de él llegaron otros chicos, más grandes, A.V., A.G., M.A, F.F. y M.O. Estaba asustada, no sabía qué hacer ni qué decir. Lolo empezó a hacer lo que siempre hizo pero me querían tocar los amigos. Lo único que sentía eran manos tocándome por todas partes, en un momento me preguntó “no te duele” y no pude ni responder. Había más gente, gente que estaba mirando, que presenciaron esa situación. Cuando logro salir corriendo me cruzo a una amiga de toda la vida que me pregunto qué me pasaba, ellos corrían atrás mío hacia la parte de la pileta, apenas llego, asustada, sin parar de llorar, empecé a decir: “me violaron”. Me hicieron pensar que mi propia madre me iba a retar, que la culpa siempre fue mía, por todas partes salieron a decir que yo era una “puta”, con esa edad, con esa inocencia. ¿Qué nena va a querer que le hagan lo que me hicieron? Desconfié de todos, de mi familia y de mi misma, todo este tiempo quise hacer de cuenta que era mentira, que solo era mi imaginación, pero no, era real. Después de un año M y L. volvieron a abusar de mí en muchas ocasiones más. Muchos sabían esto, lo vieron o se lo contaron, porque ellos mismos se reían, a mi hermano le decían “amigo” “hermano” y demás. Un par de ustedes no me pudo mirar más a los ojos, otros se me acercaban en el boliche pero siempre supieron lo qué hicieron, cuánto daño nos dejaron.

Agradezco con todo mi corazón a la gente que me apoya y me apoyó desde el día 0, es una caricia que me dan, me dejan fuerzas para poder GRITAR. La historia está contada, esta es la verdad.

Me encantaría que la gente que estuvo presente y sabe, siga contando la verdad de esta mentira que duró muchos años. No estoy yo sola, somos muchas atrás de esto.

Yo sé que no soy la única, tenemos que dejar el miedo atrás y dejar a romper con toda esta sociedad machista que nos vive encarcelando. Atrás de esta historia vienen muchísimas más.

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