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Otra mirada

“El desarrollo no se logra estabilizando dólar e inflación”

Defensor de las políticas del FpV, Andrés Asiain se diferenció de los nombres que “suenan” como ministros de Economía de Scioli.


Andrés Asiain forma parte de una nueva generación de economistas que se animó a desafiar la Biblia de la ortodoxia, en el camino que ya habían transitado Aldo Ferrer y los integrantes del Grupo Fénix, entre tantos otros.

Defensor académico y mediático de las políticas del gobierno, actualmente es director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, desde donde se elaboran informes de la situación económica en el país.

En diálogo con El Ciudadano, Asiain reconoció una amplia agenda de temas por resolver en un próximo gobierno, destacó la intención del actual gobernador bonaerense Daniel Scioli de crear un Ministerio de Economía Popular, aunque se permitió criticar el enfoque de los asesores del candidato oficialista, “que creen que sólo es un tema de ordenar variables macroeconómicas”.

—De acuerdo con la situación actual, ¿cuál debería ser la prioridad del próximo gobierno en materia económica?

—En términos estructurales, tendría que atender el déficit energético, el déficit industrial y la falta de un instrumento de ahorro en moneda nacional. También debería regular la remisión de utilidades al exterior de las grandes corporaciones, tanto nacionales como extranjeras, para que sea compatible con el desarrollo productivo y el equilibrio externo, además de trabajar en la creación de un instrumento para comprar y vender propiedades en moneda nacional, entre otras cosas.

—¿Qué otras cosas?

—Algunas menos estructurales, como el acceso a la vivienda propia, el alto costo de la producción y comercialización de alimentos para el mercado interno, los problemas de logística ligados al desarrollo del ferrocarril para reducir costos sobre todo de transporte, las actividades ligadas a la informalidad.

—¿Qué se puede hacer con ese sector de la economía?

—Ahí apunta la promesa de Daniel Scioli de constituir un Ministerio de Economía Popular, para esas actividades (cartoneros, vendedores ambulantes, cooperativas de trabajo, etcétera) que no logran acceder a la economía formal y necesitan de políticas específicas para darles derechos a los trabajadores, que son un 30 por ciento, un poco más, poco menos, que todavía no lograron acceder al mercado formal laboral. Tiene que haber una política que no sea esperar que alguna vez los contrate el mercado formal, sino que tiene que apuntar a darles derechos.

—¿Qué opinión tiene de Miguel Bein, que todo indica sería el ministro de Economía de Daniel Scioli?

—No sabría opinar específicamente de él, pero sí creo que la visión de Bein u otros economistas que suenan apunta más a resolver algunos problemas macroeconómicos, con una visión de que trayendo algunas inversiones del exterior la agenda del desarrollo está cumplida. Yo creo que la agenda del desarrollo es más compleja, y requiere de una política con una visión regional, por un lado, y por otro lado, como decía, con una visión de las problemáticas internas. No es sólo cuestión de buscar inversiones externas, sino más bien apuntar a cuestiones estructurales, y la verdad es que nunca vi en un informe de Bein la preocupación por estas cuestiones. No quiero decir que esté ni mal ni bien, sino que en todo caso tendrá que ser complementada desde otra área de gobierno. Lo que quiero decir es que no es todo un problema de ordenar variables macroeconómicas, como a veces pareciera ser el pensamiento de algunos economistas más ortodoxos o clásicos, estilo Bein. El desarrollo no se logra estabilizando el dólar y la inflación, y resolviendo el problema con los fondos buitre. Esas son ciertas condiciones macroeconómicas, que hay que verlas, sobre las que podemos opinar y debatir, pero la agenda del desarrollo no pasa por ahí. No sé si está bien o mal, pero la agenda del desarrollo va por otro lado: resolver el déficit energético, la política industrial, la política de tierra, de vivienda, etcétera. Estas cosas no se resuelven desde un Ministerio de Hacienda, que es la visión de muchos economistas, que más que economistas son administradores de las variables de la macroeconomía.

“No se logró un instrumento de ahorro en pesos”

—En un último informe del instituto que dirige, usted plantea que en lo que va de este año hubo una mejora del salario real que se reflejó en un aumento del consumo. Pero también hubo muchos asalariados que se volcaron al dólar ahorro. ¿Por qué?

—Yo creo que Argentina tiene el problema de no haber logrado construir un instrumento de ahorro en moneda nacional, que le dé seguridad de mantener el poder adquisitivo de sus ahorros a todos los sectores, desde al trabajador hasta la clase media, hasta las grandes empresas. Además, hay cierta incertidumbre en torno del dólar. En parte porque viene evolucionando por debajo de los precios en el último año y en parte porque hay elecciones presidenciales y eso genera incertidumbre sobre la política cambiaria del próximo gobierno. Mucho más si tenemos en cuenta que uno de los candidatos habló de liberación cambiaria, algo que en Argentina es sinónimo de una fuerte devaluación. Esas cuestiones generan incertidumbre y todos los sectores tratan de cubrirse. Los sectores de más alto poder adquisitivo tienen acceso a bonos dólar linked, u otros activos, pero para los trabajadores y sectores medios que no manejan esos instrumentos la alternativa es comprar dólar.

—Más allá de las expectativas electorales, ¿cómo mide el atraso del dólar en relación con otros precios?

—Nosotros medimos que en el último año, en relación con todos nuestros socios comerciales, nos encarecimos un 25 por ciento. Y eso fue más fuerte con Brasil y el euro. Eso es lo que marca que el dólar viene evolucionando por debajo de la inflación y eso encarece la economía argentina y genera ciertas presiones reales de baja rentabilidad, y en otros casos lobby fuerte de sectores acostumbrados a muy alta rentabilidad que quieren mantenerla. Eso después se expresa también en apoyos electorales y presiones políticas. Me parece que eso genera una perspectiva en la sociedad y ante esa incertidumbre, y en un contexto donde devalúa Brasil y China devalúa, se genera una prevención.

“Nos habían robado el futuro”

—En su opinión, ¿cuál de todos los aciertos fue el principal logro en materia económica de estos últimos doce años de gobierno del Frente para la Victoria?

—El desendeudamiento. El principal logro fue romper lo que era la dependencia en términos de financiamiento externo, y el permanente refinanciamiento de deuda, que terminaba en la pérdida de la soberanía para la decisión de las políticas económicas. La agenda de política económica nos la imponía un funcionario de un organismo internacional. Recuperar el control fue el logro histórico, que cortó con una etapa que fue desde la última dictadura militar hasta la crisis de la convertibilidad. Los grupos financieros internacionales, la embajada de Washington, los asesores de organismos internacionales, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), se habían constituido en un factor de poder en la Argentina muy dañino, que terminaba controlando nuestra política económica y hacía política a favor de sus intereses. Haber roto con esa dependencia, y recuperado el manejo de la política económica, fue un hecho histórico que marcó un cambio de etapa en la política argentina. Después, ese logro fue acompañado por una recuperación de la producción, del empleo, y de la seguridad social, que se derivaron de esa independencia económica. Esos fueron los logros en términos de una perspectiva económica. Básicamente, nos habían robado el futuro.

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