Ciudad

Aborto legal, gratuito y seguro

El debate en el Congreso tendrá fuerte presencia local

Siete de los 19 invitados que hablarán a favor llegarán desde Rosario. Contarán como trabajan en la salud pública.


El debate por la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) sigue este jueves en Congreso Nacional y en las exposiciones a favor tendrán protagonismo las y los profesionales de la salud. De los 19 invitados 16 son médicos, enfermeros y psicólogos. Siete llegarán de Rosario para contar cómo trabajan en la salud pública de la ciudad. Seis de ellos hablarán como integrantes de la Red de Profesionales por el Derecho a Decidir, una de las 500 organizaciones que integran la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto legal, Seguro y Gratuito. También son quienes formaron la cátedra “El aborto como problema de salud” de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). La materia fue pionera en el país el año pasado por ser la primera que trató el tema dentro de una carrera de medicina desde una perspectiva de derechos de las mujeres. El séptimo expositor es Daniel Teppaz, director de Salud Sexual de la Municipalidad de Rosario y uno de los expertos más importantes del país en materia de derechos sexuales y reproductivos.

“Somos quienes estamos cerca de las mujeres por nuestro lugar de trabajo. Recibimos sus demandas y decidimos transformar el modo en que la medicina históricamente las condicionó. Hoy desde nuestra experiencia les damos la posibilidad de elegir y decidir sobre sus cuerpos”, explica María Paula Botta, médica y una de las profesionales que en la salud pública de Rosario garantizan que se hagan abortos no punibles bajo los protocolos de Interrupción Legal del Embarazo (ILE). La ciudad aparece como un caso testigo a la hora de pensar la despenalización. En los últimos seis años ninguna mujer murió por aborto en los centros de salud y hospitales municipales de la ciudad. La mortalidad cero responde a dos factores: desde 2007 se puso en marcha la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), que la ley argentina permite bajo dos causales, y desde 2012 en todos los centros de salud se entrega misoprostol, la droga considerada esencial por la Organización Mundial de la Salud para un aborto seguro.

Botta trabaja en el centro de salud Santa María Josefa Rosselló, en barrio Godoy, y en el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias Rosario, conocido como Cemar. También es una de las creadoras de la cátedra del aborto de la UNR. En su exposición en el Congreso hablará del método de aspiración manual uterina, que junto con el misoprostol es una de las dos técnicas para interrumpir embarazos que se usan en la salud pública de Rosario.

Junto a ella también llegarán al Congreso Raquel Tizziani, titular de la cátedra y médica y sexóloga del Hospital Alberdi, María Gabriela Pereyra, médica del centro de salud Toba, María Celeste Alarcón, médica en el barrio El Mangrullo, Mariana Mascardi, médica en Villa Manuelita, y Pablo Dalmasso, enfermero y cuidador en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).

Cada uno hablará de un aspecto de la atención de abortos en la salud pública y buscarán derrumbar algunos mitos y mostrar que el éxito de la experiencia de Rosario está en la forma de atender a las mujeres. “Como profesionales de la salud decidimos transformar la forma de atender. Los médicos históricamente fueron formados para estar en un lugar de sabiduría y poder cuando quien decide es la mujer. Aún hoy con las leyes vigentes que permiten la interrupción legal por causales, hay médicos que no las aplican”, explica Botta.

Para la médica y docente el debate por el aborto en el Congreso es un momento histórico que ninguno de la red esperaba vivir. Como profesionales e integrantes de la cátedra pedirán que los legisladores no voten con su conciencia personal, sino con la del pueblo. “El Ni Una Menos y el crecimiento de movimiento de mujeres llevó a que el aborto sea una de las grandes banderas no sólo del feminismo sino de gran parte de la sociedad. Las mujeres lograron que el debate entre a las casas, a los almuerzos, a la cena, a los lugares de trabajo, al colectivo. Hay que tomarlo con responsabilidad y aportar desde nuestros lugares de trabajo. Como profesionales de la salud vamos a llevar al congreso la voz de las mujeres y personas gestantes porque estamos en contacto en el día a día y creemos que es una deuda de la democracia”, agregó.

La red tiene una postura clara con relación al aborto. “Lo consideramos un problema de salud pública en el cual el Estado debe intervenir y hacerse cargo. Pero también pensamos que si la política pública sólo se centraliza en la reducción de riesgos y daños, es decir, en reducir la mortalidad, seguimos poniendo a la mujer en un lugar de objeto. Es necesario pensar en los derechos de las mujeres a decidir sobre sus vidas en base a sus proyectos y a una maternidad elegida más allá del riesgo de no morir”, explicó Botta.

La cátedra que fue pionera

Raquel Tizziani hablará de la experiencia de la cátedra del aborto. La materia fue la primera del país en incluir la palara aborto en una facultad de medicina. La red hizo la propuesta al Consejo Directivo de la casa de estudios para formar profesionales capacitados para atender de manera integral la interrupción legal del embarazo (ILE) y tratar al aborto como un problema de salud de las mujeres. Todos los docentes trabajan en centros de salud y hospitales de Rosario y veían el déficit de formación en el tema. El consejo la aprobó en mayo del año pasado de manera unánime y apenas trascendió la decisión más de 10 mil mails entraron a la casilla de contacto de la casa de estudios. Con distintos destinatarios, todos tenían el mismo texto copiado y pegado con el pedido de marcha atrás. La campaña en contra lejos de cambiar la decisión la reafirmó. El 21 de agosto último más de 300 personas llegaron a la puerta de la facultad de Ciencias Médicas para la primera clase abierta y pública.

La materia es electiva y tiene un dictado cuatrimestral. Según contaron desde la cátedra, cuando terminó el cursado 100 estudiantes salieron con ideas y conceptos totalmente distintos de los conocidos. “Muchos escucharon y hablaron por primera vez de derechos sexuales y reproductivos. Aprendieron las técnicas seguras de aborto y tocaron por primera vez una caja de misoprostol. Y lo interesante es que la experiencia se está replicando en otras universidades de la Argentina. Queremos que se incorpore a la currícula de las carreras de medicina, derecho y psicología de todo el país”, dijeron los docentes.