País

Intimidatorio

El cura Lorenzo amenaza a periodistas que difunden denuncias por abusos

Acusado de múltiples casos de pedofilia y corrupción de menores, el excapellán penitenciario y confesor de Julio Grassi ataca con juicios y amenazas a quienes le dan voz a sus víctimas


El juez Alfredo Villata junto al cura Eduardo Lorenzo

Por La izquierda diario y Pulso Noticias

El cruce entre el sacerdote Eduardo Lorenzo y un grupo de periodistas se produjo el domingo 14 de julio en las puertas de la parroquia Inmaculada Madre de Dios de Gonnet. El registro que realizó este medio aún no había sido difundido, por estar disponible para las querellas a fin de ser incorporado, de ser útil, como prueba ante la UFI 1 de La Plata, a cargo de la fiscal Ana Medina.

Este breve compilado se difunde solo a los efectos de demostrar el modus operandi de Lorenzo, quien ante cada nueva víctima que sale a denunciarlo o frente a cada noticia periodística que habla de sus conductas y de su impunidad, arremete junto a sus abogados del encumbrado estudio Gascón Cotti, iniciando causas penales y anunciando demandas y juicios a troche y moche.

En el video se ven algunos pasajes de un encuentro a la salida de una misa en el que un grupo de sobrevivientes de abusos sexuales eclesiásticos decidió presentarse para avisarle a la feligresía de Gonnet quién es el párroco que da la homilía dominical. Alertados del evento, un grupo de periodistas se hizo presente para registrar el hecho. Allí se observan también los ataques contra una de las integrantes de la comunidad de Gonnet, quien desde el 2008 viene alertando sobre la denuncia que pesa contra el excapellán.

Lorenzo, al verse filmado por la prensa, decidió enfocar sus “cartuchos” contra quienes empezaron a hacerle preguntas referidas a la causa penal que lo tiene como imputado. Y no tuvo mejor idea que “anunciar” que demandaría a cada periodista que hablara de él, “difamándolo” y afectando su “honor” y “honorabilidad”.

Lo curioso (y por lo que se publica este video) es que Lorenzo ya había iniciado una causa penal el 11 de marzo de este año donde, bajo la misma línea argumental, agrupó como conspiradores contra él y fabuladores de una campaña de desprestigio a parte de las querellas, vecinas y vecinos de Gonnet y Tolosa y periodistas tanto locales como de medios nacionales. Un delirio, pero real.

Todo lo que dice el cura en este video del 14 de julio, leído a la luz de esa causa (iniciada en marzo ante el fiscal Marcelo Romero pero recién conocida esta semana) cobra un significado más brutal aún. Él hablaba frente a periodistas y medios a quienes ya había mencionado judicialmente y a quienes le reafirmaba su voluntad de atentar contra la libertad de expresión.

Un dato del video resulta más que alarmante. Quien aparece acompañando y defendiendo a Lorenzo es nada menos que un juez en lo Civil y Comercial de La Plata. Se trata de Alfredo Aníbal Villata, titular del Juzgado n° 22 de la capital bonaerense, amigo personal de Lorenzo (de hecho reconoce que su hijo adolescente ha participado de los grupos misioneros organizados por el cura) y vicepresidente primero de la Fundación Catedral (un engendro abocado casi exclusivamente a recaudar dinero para el Arzobispado).

A Villata se lo escucha decir una frase temeraria, sobre todo viniendo de un juez: “Los periodistas se escudan en el periodismo, es una de las peores cosas que hay el periodismo”.

Cuando Lorenzo inició la causa penal contra periodistas en marzo de 2019, recién se estaba desarchivando la causa penal contra él por abusos sexuales y corrupción de menores. Los meses que siguieron fueron muy movidos para el expediente, con la incorporación de muchas pruebas pero sobre todo con el vuelco al mismo de tres testimonios lapidarios para la coartada del cura.

Se trata de tres hombres que relatan detalladamente y sin fisuras lo que sufrieron con Lorenzo durante sus adolescencias, uno en 1993, el otro en 1999 y el tercero en 2008. A ellos, como era de esperar, el excapellán penitenciario no los nombra casi nunca ni mucho menos los demanda penalmente. Eso sería demasiado. Aunque en verdad, tratándose de él y de sus secuaces, nunca se sabe.

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