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El culebrón de la CIA continúa

Otro alto mando militar quedó salpicado por el escándalo que provocó la renuncia de Petraeus.


El presidente de Estados Unidos, Barack Hussein Obama, frenó ayer la postulación del general John Allen como jefe supremo de la Organización del Tratado para el Atlántico Norte (Otán) en Europa, luego de que el militar resultara salpicado por el escándalo que le costó el cargo al director de la CIA, el general David Petraeus, y que amenaza con alcanzar niveles insospechados. Parece que Allen intercambiaba correos con la nueva amante de Petraus, una amiga de la familia del general, y que recibía amenazas de despecho de la anterior, su biógrafa.

El resonante escándalo salpicó ahora al jefe de la misión de la Otán en Afganistán, luego de que la investigación revelara numerosos correos electrónicos entre Allen y Jill Kelley, la amiga de la familia de Petraeus que recibió los correos amenazantes de la amante del ex director de la CIA, Paula Broadwell.

Petraeus renunció tras reconocer una relación extramatrimonial con Broadwell, biógrafa del hasta hace unos días máximo responsable de los servicios secretos estadounidenses.

La prensa, en tanto, no deja de aportar nuevos detalles sobre el escándalo. El diario The Washington Post informó que Petraeus se enojó cuando supo de los mails amenazadores de su amante a la presunta rival y que el militar exigió a Broadwell que dejase en paz a Kelley, identificada como una amiga de la familia.

Según personas próximas al general condecorado, Petraeus puso fin a la relación cuando tuvo conocimiento de estos mails amenazadores, hace unos cuatro meses.

La Policía federal investigó también si el affaire supuso un riesgo para la seguridad nacional y si Broadwell tuvo conocimiento de secretos de la CIA.

Antenoche, el FBI registró la casa de Broadwell, quien vive con su familia en Charlotte, Carolina del Norte.

Según el Charlotte Observer, varios agentes del FBI entraron con cajas vacías en la casa de la ex amante de Petraeus, mientras la cadena CNN informó que una portavoz local del FBI confirmó la visita pero no detalló qué era lo que los agentes buscaban.

De Afganistán al escándalo

La investigación alrededor del general Allen, sucesor en su momento del propio Petraeus en Afganistán, donde esta al mando de todas las fuerzas, fue confirmada ayer por el propio jefe del Pentágono, Leon Panetta, quien lo anunció a bordo del avión en el que viajaba a Perth, Australia, a los periodistas que acompañan la misión.

Panetta agregó que el inspector general del Pentágono revisa entre 20.000 y 30.000 documentos, muchos de ellos correos electrónicos.

Además, señaló que fue informado el domingo pasado por el FBI sobre la investigación en torno al general y sus relaciones con la mujer supuestamente víctima de ciberacoso por parte de la amante y biógrafa del general Petraeus.

Obama aceptó la recomendación de Panetta, quien a pesar de haber postulado a Allen como comandante aliado supremo de la Otán a partir de comienzos de 2013,  le solicitó dar marcha atrás.

Durante el anuncio, el portavoz de seguridad nacional, Tommy Vietor, precisó que Allen sigue comandando las tropas en Afganistán “tal como lo ha hecho de manera tan buena por más de un año”.

El hecho, que pone en duda nada menos que la efectividad de los servicios secretos estadounidenses, ya parece superar un problema de polleras para transformarse en un verdadero escándalo nacional.

El general Allen, del Cuerpo de Infantería de Marina y 58 años de edad, asumió en julio de 2011 el mando de las fuerzas de Estados Unidos y de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (Isaf) en Afganistán, como sucesor del propio Petraeus.

Tenía previsto someterse mañana a una sesión de confirmación ante el Senado estadounidense y según el calendario de la Otán, iba a asumir el cargo en la próxima primavera boreal.

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