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“El Cuento”, o el amor como espacio de resistencia

El nuevo film del director y guionista Claudio Perrin, con protagónicos de Zahir Perrin, Claudia Schujman y David Edery, que se conoce este jueves en El Cairo, se sumerge en un mundo distópico para narrar la historia de una mujer, su hijo y un anciano que encontrarán juntos la fuerza humana olvidada


“Todo guionista tiene un disparador”, asegura el cineasta rosarino Claudio Perrin, director y guionista de premiados títulos como Umbral, Bronce y El Desentierro, quien este jueves en El Cairo dará a conocer su nueva película, un drama titulado El Cuento.

Su flamante obra surge como respuesta a la idea instalada hace algunos años acerca de la inseguridad en la Argentina. “La idea surgió a partir de esta cuestión que no se podía salir a la calle porque te robaban y mataban que, para mí, siempre fue una exageración y una psicosis generalizada incentivada desde algunos medios de comunicación”, dijo Perrin a El Ciudadano.

“En un mundo y en un tiempo incierto ya no hay futuro ni para los más aptos. Pero una mujer, un niño y un viejo encontrarán entre sí la fuerza humana olvidada, para resistir”, se lee en la sinopsis argumental de lo nuevo de Perrin, que volvió a filmar con su productora Zahir Films y la participación, nuevamente, de su pequeño hijo Zahir Perrin y su compañera de vida, la reconocida actriz Claudia Schujman que, a estas alturas, se convirtió en una actriz fetiche de sus películas. El elenco se completa con otro gran protagónico del emblemático actor rosarino David Edery.

Con el disparador definido, El Cuento se propuso contar la historia de una madre (Schujman) y su hijo (Zahir) que no quieren salir a la calle o no pueden. “El niño, viendo un pordiosero, se imagina todo ese mundo distópico en el que se sumerge con una madre sobreprotectora. Y no puede salir a la calle porque algo pasó en la sociedad pero no se sabe qué”, dijo el director para quien esa indefinición fue “interesante” a la hora de pensar en el armado del guión. En ese mundo aparece un anciano que traerá la luz y la sabiduría, “como en los viejos tiempos”, expresó.

La principal motivación para realizar El Cuento, según contó Perrin, tuvo que ver con hacer una película con su hijo cuyo relato sirva para que el niño no pierda la esperanza en el futuro. “Trabajar con mi hijo por segunda vez es algo que sigue siendo maravilloso”, confió. Y señaló que la última experiencia visibiliza su crecimiento como actor: “Está más afianzado, más seguro de sí mismo”.

Tanto Bronce, como Umbral y El Desentierro, entre otros trabajos de su carrera, están atravesados por lo político, lo afectivo y lo íntimo familiar. Consultado por los vínculos entre el último y sus anteriores trabajos, Perrin consideró que El Cuento tiene conexiones con Bronce, “porque allí también hablé de ciertas cosas de la infancia, en el personaje de Miguel (Bosco) y Claudia, y meché algunas cosas que me pasaron particularmente”.

Por el contrario, Bronce nació tras la muerte de su padre. “Mi papá, que era un ser adorable, entrañable para mí y muy fuerte durante toda mi vida, había muerto hacía pocos meses y por eso no es casual que la película trate sobre las imágenes en los cementerios. La muerte me estuvo rondando todo ese año y también está en el guión y en la película. Me gusta saber de lo que se habla. Incluso en la luz de Bronce está mi viejo”, analizó el director.

—¿Qué te lleva a considerar “El Cuento” como una película “de amor” y “luminosa”?

—Es de amor y es luminosa porque está la familia y fue hecha en forma familiar entre Claudia, Zahir y yo. Y también con las extensiones familiares que son los amigos entrañables que nos ayudaron en este rodaje casi artesanal que filmamos los domingos. Como familia, en vez de irnos al parque o al camping a pasar el día, íbamos a filmar a la casa de mis padres; esa casa que fue, desde mi infancia, toda la vida de ellos. Me pareció muy interesante reflejar eso del rescate de la memoria de lo que uno fue, de lo que uno terminó siendo y de esos lugares que nos habitaron y que nos hicieron lo que somos hoy. Zahir juega en los mismos lugares en que lo hacía yo cuando era chico. Y la casa quedó en el tiempo, con mi vieja con sus crucifijos e imágenes religiosas. Era mi mundo, ese fue mi origen, y me pareció interesante reflejarlo en esta historia. También se ve una fábrica de macetas donde vive el personaje que interpreta David (Edery). Recuerdo ese como un lugar muy entrañable por la alfarería y por ver cómo se modelaban las macetas. Yo me quedaba viendo cómo lo hacían porque me gusta el armado, la hechura. Creo que por eso me terminó gustando el cine, porque de una bola de arcilla hacían una maceta. Y nosotros, con ciertos elementos, actores, y cámaras hacemos una película. Pensándolo, hay una gran similitud. Por eso, ése amor. Porque está hecha con amor fraternal al cine, a las imágenes. Con todo el amor que se puede hacer una película. Mi familia está adentro y afuera de esta película.

El director Claudio Perrin en un momento del rodaje.

—¿Cómo planteaste el trabajo de los personajes y sus conflictos?

—Con Claudia fuimos planteando una especie de juego con Zahir porque no le podíamos dar un guión y diálogos. Le explicábamos como venía la situación para que él improvisara y dijese con sus palabritas lo que queríamos. Fue como un juego, él se divertía, por momentos se enojaba y también se cansaba. No hice un guión por esto de trabajar con nuestro hijo. Eran tres páginas de pautas; era nuestro guión que después, pasándoselo a la montajista Verónica Rossi supo interpretar lo que quería de la película y le fue encontrando la veta y la vuelta a la narración.

—Permanece una pregunta en relación a sí hay o no salvación para el ser humano. ¿A qué respuestas llegás luego de terminar este nuevo trabajo?

—No sé si hay salvación para el ser humano. Por este camino no soy optimista. No tengo la respuesta, pero El Cuento es una forma de decir: “Este no es el camino”, como mucha gente lo está diciendo desde otras disciplinas desde hace mucho tiempo. Los que pueden y deberían escuchar no lo hacen. Necesitamos una sociedad más justa, igualitaria de verdad, que la gente tenga las mismas posibilidades, y sobre todo los niños y las nuevas generaciones; que nadie sufra hambre y miseria. Es lo que hemos escuchado miles de veces pero que, los que tienen en las manos la posibilidad de cambiarlo, no lo hacen. No soy optimista en el corto y mediano plazo pero en algún momento se tendrá que dar. No creo que lo vaya a ver pero tiene que llegar ese momento porque no se puede sostener esto mucho más.

Para agendar

El Cuento, la última película de Claudio Perrin, se estrenará este jueves, a las 20.30 con entrada libre y gratuita, en El Cairo Cine Público, de Santa Fe 1120, donde permanecerá en cartel. Se verá también el sábado a las 20.30, el jueves 10 a las 18, y el domingo 13 a las 20.30

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