Gustavo Galuppo
Especial para El Ciudadano
Mientras la en principio promisoria La costa mosquito, serie reseñada recientemente en este espacio, decae episodio a episodio convirtiéndose en un thriller efectivamente tenso pero bastante insustancial y alejado ya de sus más interesantes aristas, el proyecto Mare of Easttown, de HBO (estrenado al mismo tiempo que aquella de la cadena Apple TV+), fue creciendo lentamente hasta salvarse del riesgo asumido al partir de lugares (demasiado) comunes del género policial.
Con cierta eficacia propia de todas las cuidadas producciones de esta cadena, la miniserie sortea el adocenamiento de los agotados procedimientos policiales y despliega un mundo de personajes ricos en texturas y capas, llevado adelante por la figura notable de una Kate Winslet que compone a la perfección a Mare, la policía de Easttown (Pensilvania) que da título al relato.
La protagonista: una sabia elección
Mare of Easttown es una miniserie de siete capítulos escrita por Brad Ingelsby, un guionista cinematográfico sin mucho trabajo para destacar en su carrera. Craig Zobel, por su parte, se encarga de dirigir todos los episodios. Zobel cuenta, cuanto menos, con su participación como director en capítulos de series notables como la gran The lef tovers, la finalmente algo desaprovechada pero nada desdeñable Westworld, y la curiosa e incorrecta Outcast.
También es el responsable de la excéntrica película The Hunt, un pastiche paródico de horror y violencia que llega a ser simpático por su desatino (escrita junto a Damon Lindolf, responsable de la mencionada The leftovers).
Si bien este equipo de producción no supone una base firme y promisoria para la serie, el punto de anclaje y el sostén de todo el relato se configura en la sabia elección de la actriz protagónica, Kate Winslet, que impone su presencia para hacer bascular todas las peripecias policiales en torno suyo, haciendo pasar a segundo plano los evidentes y remanidos trucos de la investigación policial.
El habitual pueblo chico, infierno grande
Ya ni siquiera cabe decir y aclarar que el punto de partida del relato es uno de los lugares comunes más frecuentados por el género policial. Pero lo es. La serie lo asume sin prejuicios y no intenta dar ningún nuevo giro a este mecanismo ya exhausto, simplemente lo repite como si nada hubiese sucedido.
De allí que el planteo inicial resulte algo molesto, delatando cierta pereza creativa y apelando sin atenuantes ni disfraces a los recursos más evidentes y recorridos.
Pero también debe decirse que, desde el inicio, se percibe igualmente, detrás del enorme lugar común, una construcción dramática y de personajes que se muestran capaces de soportar, con su tangible solidez, el grave peso de las faltas.
La miniserie vuelve a presentar, desde los códigos del género policial, aquella demasiado utilizada idea de “pueblo chico, infierno grande”. Ya la inigualable Twin Peaks, de David Lynch, a fines de los noventa, desmantelaba todos los clisés de la propuesta retomando y homenajeando al efectivo culebrón de los sesenta Peyton Place (La caldera del diablo).
Después de Twin Peaks, claro, infinidad de películas y series partieron de la misma premisa: la investigación de un crimen en un pueblo chico saca a la luz el trasfondo de las frágiles apariencias, la apacible vida de pueblo revela que no es sino la faz superficial y engañosa de un infierno profundo en el que nadie es inocente.
Mare y sus conflictos familiares
En ese lugar endeble juega nuevamente sus cartas Mare of Easttown. En la ciudad del título es asesinada una adolescente, y este crimen podría estar relacionado con otras desapariciones ocurridas también en ese lugar. Obviamente, al comenzar la investigación, la cantidad de sospechosos se multiplica hasta socavar la plácida vida de esa comunidad.
Nadie permanece por fuera de sospecha. Las máscaras comienzan a caer y salen a la luz las tramas que permanecían ocultas bajo los frágiles lazos comunitarios.
Pero afortunadamente, ni esa premisa ya exhausta de tanto uso, ni cierta torpeza en la obvia manipulación de la intriga y de las sospechas, echan por tierra lo que se presenta como el verdadero sostén del relato:
Mare y sus conflictos familiares
Mare es la policía encargada de llevar adelante la investigación, y todo el peso (del relato) recae sobre ella. Kate Winslet puede soportarlo sin problemas hasta desviar sorprendentemente el eje de la trama. Si la intriga policial flaquea en su obviedad, la vida personal de Mare llega a ocupar todo el espectro dramático del relato para sustentarlo.
Su vida se cae a pedazos por todos los flancos. Winslet da cuentas de su vida en ruinas incluso físicamente. Su cuerpo parece estar soportando todo el tiempo el enorme peso de su fracaso. Cada gesto, cada palabra, los modos de caminar con cierta pesadez, como moviéndose a pesar suyo, como si cada acto cotidiano fuese una odisea.
Hay una dificultad que, en su naturalidad, hace carne los desastres de su vida personal. En torno a ella y a sus pésimas decisiones, pululan su madre, su hija, su ex marido, la esposa de su hijo muerto, su nuevo compañero policía, y un pretendiente encarnado por un recuperado Guy Pearce; toda una comparsa que acompaña su caída y se ve arrastrada también en sus desastres.
Mientras tanto, Mare se hace cargo de la investigación, cargando incluso con el peso del fracaso en un caso similar, que podría estar relacionado con el actual. Todo, en la vida de Mare, es un desastre (el personaje no deja de remitir a la también fantástica Sarah Linden de The Killing).
La miniserie lleva seis capítulos emitidos de un total de siete, y se puede afirmar a esta altura que el logro de remontar tanto clisé no ha sido menor. Kate Winslet le pone el cuerpo al drama familiar y hace pasar felizmente a segundo plano las obviedades de la intriga policíaca.
Gracias a esto, el relato crece episodio a episodio y se vuelve absorbente a pesar de los escollos, incluso tomándose la disruptiva libertad de romper, en un momento impactante, con todo lo esperado.
Mare of Easttown / 1 temporada / 7 capítulos / HBO
Creador: Brad Ingelsby
Director: Craig Zobel
Intérpretes: Kate Winslet, Sosie Bacon, David Denman, Guy Pearce, Neal Huff, Cameron Mann
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