Cultura

¿Venganza o límites éticos?

El costo de la autoficción: trabajan con la intimidad y enfrentan acciones y escándalos

En el territorio donde se desdibujan los límites entre ficción y la realidad, los autores que eligen contar secretos familiares, recuerdos y reelaboraciones tardías enfrentan el costo de involucrar a otros y deben lidiar con los reproches, acciones legales y respuestas públicas


¿Venganza personal o deber literario? ¿Existe un límite ético a la hora escribir y usar como materia prima las aventuras amorosas, divorcios, enfermedades y conflictos familiares y, de esa forma, abrirles a los lectores la puerta a una intimidad que incluye a otros?

Varios de esos sinsabores familiares que puede traer aparejado el género salieron a la luz en los últimos días alrededor de la película que llevará al cine El salto de papá, el libro que en 2017 publicó el periodista Martín Sivak en el que a partir del suicidio de su padre Jorge Sivak y del secuestro y posterior asesinato de su tío Osvaldo Sivak, traza un recorrido de la historia familiar hilvanada con la del país.

La coproducción entre Paramount, Viacom y Telefé anunció que eligió al reconocido actor Rodrigo de La Serna como protagonista y aclaró que se tratará de “una ficción inspirada en hechos reales”, una línea que no evitó que empezaran a surgir los problemas. Las hijas de Osvaldo Sivak expresaron su negativa a que se realizara sin que ellas tuvieran acceso previo al guion basado en el libro de su primo. Gabriel, el hermano del autor, también se opone: solicitó leer el guión y tras el rechazo, judicializó el tema.

“Busco impedir la utilización del nombre de mi padre y el de mi familia en esta película producida en un contexto completamente carente de humanidad y de respeto que incurre en la ilegalidad”,

La escritora argentina Belén López Peiró narra en Por qué volvías cada verano la historia del abuso sexual que sufrió de pequeña en el ámbito familiar y no lo cuenta en primera persona sino que toma prestadas las voces adyacentes y familiares para que la historia pueda verse desde otros rincones. Es esa elección literaria la que le permite dar cuenta de la complejidad de la institución familiar, de ausencias, de abandonos y hasta de hipocresía. López Peiró acepta que fue difícil el proceso de escritura y la recepción familiar del libro. “Saberse padre o madre de una persona así… hay algo que te interpela sí o sí en relación al cuidado, las ausencias, las presencias… Creo que ellos entendieron que la escritura era parte de mi proceso”, contó la autora durante una entrevista.

 

Rodrigo de la Serna interpretará a Jorge Sivak, padre de Martín

 

El término autoficción habrá servido para señalar una tendencia y un camino

En los últimos años y tal vez a partir de cierta moda editorial de publicar textos de autoficción, escritores y críticos debatieron y cuestionaron el valor literario que tiene el género más confesional. Pero es poco lo que se dice sobre qué pasa con los otros, las personas-personajes involucrados que, muchas veces, se sienten sin potestad antes las decisiones literarias de los autores.

En su reciente diario, Las palabras justas, Milena Busquets es categórica sobre lo artificial de la tabicación entre realidad y ficción y sobre lo inofensivo que es para los terceros: “El término autoficción desaparecerá, de hecho, ya está desapareciendo, pero habrá servido para señalar una tendencia y un camino. Las intimidades más terribles que uno puede contar son siempre sobre uno mismo, no sé por qué los demás se preocupan tanto. En general, un escritor tiene más de suicida que de asesino”.

Pocas escritoras han tratado tantos temas ligados a la intimidad femenina de una manera tan cruda, lúcida y directa como Annie Ernaux. Un aborto adolescente, su matrimonio, su aventura con un hombre casado o el cáncer de mama son algunas de las ventanas a su propia vida que la autora francesa ha abierto sin tapujos. Narrado con aire de diario íntimo, en Perderse, uno de sus últimos libros traducidos al castellano, la autora cuenta su aventura con un diplomático ruso. Sin embargo, lejos de escribir para recordar o interpelar a aquel hombre, la autora usó la historia para contar otro capítulo de su biografía.

“Tuve una relación con un hombre que estaba celoso de mi historia con «el ruso» y sabiendo que, además, había un diario íntimo de esos días, me pidió algo que me resultó muy violento, que lo guardara bajo llave. Cuando rompí con él, decidí releer ese diario y me sorprendió mucho porque me parecía escrito por otra mujer. Tenía la impresión de leer una novela, aunque ya conociera el final. En ese momento, decidí publicarlo. Lo que me dio el valor para hacerlo fue el tiempo que había pasado de aquella historia”, confesó Ernaux.

 

La autora francesa Annie Ernaux

 

La obra de Emmanuel Carrère se convirtió en material de disputa con su ex esposa

El escritor noruego Karl Ove Knausgård edificó su fama durante una década, en los seis tomos de Mi lucha, la monumental saga autobiográfica de 4 mil páginas que comienza con la muerte de un padre muy autoritario y narra en desorden toda su vida familiar y el desarrollo de su tarea como autor. Tras Mi lucha, Knausgård retomó la autoficción en una tetralogía en la que cada tomo asume el nombre de una estación. En primavera relata la rutina de su familia numerosa cuando su mujer, la escritora sueca Linda Boström, cayó en una profunda fase depresiva de su trastorno bipolar.

“Entre ese mundo exterior y la realidad interior en la que vivía tu madre apenas había relación. Se había roto. Lo que para ella era hermoso unas semanas atrás, ya no era hermoso, no era nada. Eso es porque lo hermoso y lo bueno adquiere sentido con la relación, con el intercambio, con lo que está abierto entre nosotros y el mundo”, describe en un relato dedicado a su hija por nacer. Aquel registro confesional y los detalles que dio sobre el largo tratamiento que recibió su mujer le trajeron algunos problemas tras el divorcio. “Karl es un buen escritor, que hace ficción con sus recuerdos de un modo algo narcisista. La mirada que ofreció sobre mí es muy limitada, me molestó porque es como si no me conociera”, explicó Boström.

También la obra de Emmanuel Carrère se convirtió en material de disputa durante su divorcio con su ex esposa y madre de su hija menor, la periodista Hélène Devynck. En Yoga contó su vínculo con la práctica y el tratamiento psiquiátrico con el que logró estabilizarse tras una suerte de crisis existencial. Como la mayoría de los libros fue reescrito varias veces antes de imprimirse y el autor tuvo que acatar las amputaciones que le indicó su ex esposa. “Estoy pidiendo distancia. Ya no quiero ser su objeto literario”, sostuvo Devynck en una carta pública.

Emmanuelle Carrére

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