El 30 de junio de 2022 finaliza la gestión del actual Consejo de Ciencias Económicas. En diálogo con El Ciudadano, la vicepresidenta Alejandra Fernández repasó los logros de los últimos cuatro años y habló sobre las nuevas injerencias del profesional. Dijo que mejorar la comunicación, digitalizar las tareas y servicios, y aumentar la matrícula fueron algunos de los principales ejes de la gestión.
—¿Qué balance hacés acerca de estos cuatro años en el Consejo?
—Iniciamos la gestión con objetivos claros como comunicar diferente, digitalizar el Consejo, y ser un aliado estratégico del profesional y la comunidad. Los integrantes de la mesa directiva de la que formo parte provenimos de las comisiones de estudio que son muy importantes y son más de 20. No percibimos honorarios por nuestra función y tampoco existe una cuestión partidaria para ingresar al Consejo.
El profesional tiene que ser un asesor porque todo tiende a ser automatizado y la tarea es más amplia que alguien que sólo liquida impuestos, sueldos o hace una auditoria. Queremos que el profesional sienta que lo acompañamos desde muchos lugares: tenemos obra social, caja de jubilación, salas de reuniones, servicio de biblioteca, asesorías sobre temas puntuales como laboral, impuestos, sociedades, contabilidad y actuación judicial.
Durante la gestión también aspiramos a mejorar la comunicación, lo cual no es fácil porque el contador recibe mucha información y quizás no se entera de algún servicio. A su vez, hicimos una apuesta a lo digital. Todas las instalaciones fueron modernizadas, ya que no dejamos de trabajar durante la pandemia: equipamos los salones en el Consejo para dar cursos online, para juntarse con colegas en comisiones de estudio, y ahora trabajamos para incorporar una sala de streaming. Lo híbrido vino para quedarse. Muchos colegas de las delegaciones del sur se están acercando porque no tienen que viajar y pueden participar por zoom. Es una manera de estar cerca. La presencialidad te contiene en lo social pero lo virtual permite otro uso del tiempo.
—¿Cuáles fueron los principales desafíos que afrontaron durante la pandemia?
—Al principio nos preguntamos cómo salir de esto. Cuando nos dimos cuenta de que venía para largo empezamos a pensar cómo hacer para que el colega tuviera todo lo que necesitaba. Los trámites se pueden hacer online y tenemos grupos de whasapp para consultas. También venimos trabajando por otorgar firmas digitales. Nuestros temas profesionales tienen que ver con certificaciones y no muchos colegas tenían la firma digital, entonces trabajamos con la firma escaneada para lograr un paso intermedio. Fue un desafío que hizo que como grupo, pese a la distancia, tuviéramos que optimizar tiempos y esfuerzo para que todo funcionara, y eso nos fortaleció.
Provengo de una comisión de estudio a la que me acerqué cuando me recibí porque es una forma de acompañar a los profesionales en los primeros pasos. La comisión de jóvenes graduados estudia distintos temas para asesorar al recién recibido. Lo primero que necesitan es sentirse incluidos y estar en una institución que es el paso siguiente a la Facultad.
—¿Cuáles son los principales cambios en el modo de ejercer la profesión?
—Antes ibas a la Afip a buscar los formularios, trabajabas con la norma y nada más. Podías estudiar, tenías que liquidar y ahí terminabas. Hoy la normativa creció, todo es online, y cada cliente tiene su particularidad, entonces tenés que ir más allá de una liquidación. Tenés que ver en qué lo podés ayudar, cómo puede desarrollar su negocio y tener en cuenta que hay herramientas nuevas. Tenés que hacerle pensar a tu cliente que es único y que vos trabajas para que él tenga el mejor desarrollo. Es una alianza estratégica entre el contador y su cliente: lo vas a apoyar, saber qué es lo que necesita, dónde están sus objetivos, cómo quiere ampliar su negocio y hacia dónde quiere ir.
La pandemia cambió la forma de tener negocios y de vincularse entre el empresario, los clientes y empleados. Hoy tengo que ver qué hago para que el cliente tenga el mejor aprovechamiento de su personal y dónde conviene focalizar. Por ejemplo, el carnet sanitario. Tengo como cliente una actividad que estuvo mucho tiempo cerrada. El carnet implica que muchos clientes se bajen porque ellos lo van a exigir. El dueño se preguntaba si exigirlo o mirar para otro lado. Le expliqué que tiene que pensar qué pasa si a alguien que no se lo pedís tiene covid y qué pasa con el personal que no está vacunado. Ya no es liquidarle el sueldo, es ver qué estrategia tomás. Lo otro lo hacen los sistemas. Hoy sos el que tiene la materia prima de ese sistema.
—¿Cuáles son los desafíos pendientes?
—Uno de los desafíos es aumentar la matrícula porque si no se ejerce ilegalmente. Hay muchos beneficios para hacerlo: años gratis de obra social, alícuotas reducidas de la caja de jubilación. También hay que considerar que hay un cambio en la visión de la profesión donde muchos optan por una relación de dependencia, además de las oportunidades ya que muchos aceptan trabajos en el extranjero de forma virtual.
Como Consejo buscamos que todos los profesionales se sientan comunicados, que los trámites puedan hacerse online, y que puedan apropiarse de la app que desarrollamos. Siento que el objetivo estuvo cumplido, que hicimos un cambio interesante, que quienes vengan van a seguir cambiando cosas y mejorando. Todo es dinámico y la profesión tiene que estar a la altura de las circunstancias. Queremos visibilizarnos hacia afuera y trascender. Que se vea al contador como alguien que no está para liquidar sino para ayudar.
Es un trabajo que hacemos porque amamos la profesión sin pensar en cuánto se va a ganar. Tampoco hubo una cuestión de afinidad política partidaria y eso habla de la transparencia de la gestión ya que no ocupás un cargo para obtener un espacio para otra cosa.
Quiero destacar que trabajamos todas las instituciones albergadas unidas: el Consejo Profesional junto con el Colegio de Graduados de Rosario. A su vez, tenemos colegios y asociaciones en el sur de Santa Fe y trabajamos de forma interrelacionada con el norte de la provincia.
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