Espectáculos

El concierto

Estreno 26 de mayo.

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Quizás el realizador de origen rumano Radu Mihaileanu siga asociado al primer film que pudo verse por estas costas, El tren de la vida, el relato de cómo un desquiciado pueblerino propone escapar de las garras nazis en un tren que llevaba prisioneros a un campo de concentración. Ahora Mihaileanu vuelve con una historia donde también hay víctimas pero de modo muy distinto a cómo fue con los deportados judíos durante la Segunda Guerra. La película se llama El concierto y tiene la particularidad de que cuenta con cinco guionistas para una historia que describe a Andrei Filipov, quien era el mejor director de orquesta de la Unión Soviética y dirigía la célebre Orquesta del Bolshoi en la época de Brezhnev. Pero, en plena gloria, tras renunciar a separarse de sus músicos judíos, entre los que estaba su mejor amigo Sacha, fue despedido. Treinta años después, sigue trabajando en el Bolshoi, pero ahora como bedel.

El punto de inflexión vendrá luego cuando una tarde en que Andrei se quede hasta muy tarde limpiando el despacho del director y descubra un fax dirigido al director del Bolchoi en el que el Teatro del Châtelet invita a la orquesta a dar un concierto en París. De pronto, a Andrei se le ocurre una idea peregrina: ¿por qué no reunir a sus amigos músicos de antes que tan mal viven y llevarlos a París como si fueran los músicos de la orquesta oficial del Bolchoi? De esta forma, esta idea viene a representar una oportunidad única de tomarse la revancha que lo condenó a dejar su lugar en la orquesta.

Planteada como una comedia dramática que refleja los peores vicios del comunismo sin caer en la solemnidad y con un buen manejo del humor, el film de Mihaileanu se fija como objetivo resultar conmovedor con una historia de injusticia. En un sentido más amplio, el tema es el propósito principal que mueve las ideas en juego en cada historia del realizador rumano. La música clásica tiene un protagonismo especial en la película, al punto que posee una cualidad transformadora en el sentimiento de los personajes principales. Así, El concierto pone casi en un mismo plano la acción de ver y escuchar.

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