Ciudad

El comercio se amolda al cierre de importaciones

Por Luciana Sosa.- Hay rubros como perfumería, tecnología y artículos para bebés que se quedan sin mercaderías.


El freno a las importaciones complica la vida a comerciantes de diversos rubros de la ciudad; por consiguiente, los clientes se ven impedidos de acceder a ciertos artículos que, ahora, se han convertido en una rareza o en preciados tesoros. Faltan motocicletas de alta cilindrada; los depósitos de las casas de computación ya no tienen ni la variedad ni la cantidad de artículos de antes; no se consiguen ciertos cochecitos de bebé y tampoco las sillas para el auto, al igual que mamaderas, chupetes y esterilizadores de determinadas marcas; un panorama preocupante también se cierne sobre comercios dedicados a la venta de insumos médicos.

Mauro Spadoni, de Spadoni Motos, le explicó a El Ciudadano que la empresa “lleva unos ocho meses parada” porque “los últimos modelos de marcas como Honda, Kawasaki y Yamaha, que son las marcas que trabajamos, no llegaron”. La expectativa del comerciante es que “en los próximos días se liberarían algunas motos de alta cilindrada, según nos comentaron, pero no sabemos qué modelos ni cuándo”. A la vez advirtió que las últimas transacciones se realizaron sobre modelos “de baja cilindrada, que provienen de China, y son más accesibles a vendedores como nosotros, pero lo que tiene que venir desde Estados Unidos, Brasil o Europa está frenado”. Pero las complicaciones para este rubro, que experimentó un crecimiento vertiginoso en los últimos años, no terminan ahí: el precio de las motocicletas aumentó alrededor del 25 por ciento y, encima, las operaciones hay que hacerlas en dólares. “Esa es otra complicación que tenemos desde hace unos meses, no queda otra que tratar el tema con el mismo cliente y recargar el importe”, sostuvo.

Los comercios especializados en artículos para bebés también penan por falta de mercadería, sobre todo la que se considera de “alta gama”. Desde el local de Creciendo enumeraron cuáles son los productos que escasean: cochecitos, sillas para comer y las adaptadas para transportar al niño en vehículos. “Hoy nos manejamos con lo poco que queda en stock; algún local puede tener un modelo y otro tiene algún color en particular, pero ya quedan pocos productos de este tipo. No hay variedad”, comentaron. También resulta dificultoso conseguir mamaderas, chupetes, esterilizadores y calienta biberones de la marca Avent, que produce la holandesa Philips y son productos caros; pero los problemas alcanzan también a la tradicional Chicco Argentina, algo más económicos, que necesita ciertos elementos importados para fabricar sus productos. Desde Creciendo aseguraron que “tampoco se consiguen en Buenos Aires”.

El de la perfumería es un rubro que se nutre, principalmente, de productos importados. De todas maneras, las trabas al ingreso de mercadería no afectan a todos los comercios por igual. El caso de la emblemática Juleriaque difiere al de otros comercios, porque cuenta con un importante stock “que todavía no le hizo sentir el impacto a los clientes”; no obstante, admiten que “hay una tendencia a la faltante que nos preocupa mucho, porque los productos se van terminando y no llegan nuevos para reponerlos”, le dijo a este diario Candela Zamarguilea, responsable de marketing de la empresa. La esperanza es el Día del Padre, el mes que viene, una fecha en que aumentan las ventas. “No tenemos datos concretos todavía, pero somos optimistas con que abran la importación para esa fecha”.

En el sector dedicado a la venta de productos de tecnología hay disparidad: los comercios más chicos son los que más sufren la falta de insumos. Desde la firma Airoldi informaron que hace más de dos años que trabajan con productos que son ensamblados en el país, como monitores y notebooks; al tiempo que el hecho de que empresas como Samsung, Novo y HP se hayan instalado en la Argentina amortigua la faltante de stock.

“En materia de insumos, depende mucho de la marca que hablemos y de las liberaciones a cuentagotas que se realizan desde la Aduana; de todas maneras, es muy raro que un cliente que llegue a la empresa no se vaya con el producto que vino a buscar. Creo que aquí hay más una cuestión de responsabilidad de las marcas que de la política nacional”, comentaron desde la firma, y reconocieron que los pedidos de ciertos productos que antes se concretaban en 15 días, hoy se demoran 45 días o más.

En otra reconocida firma del rubro, Pascal, tuvieron que adaptarse para absorber el impacto que provoca el freno de las importaciones. Según informó el socio gerente de la empresa, Eduardo Venturini, se encuentran desarrollando un proyecto para exportar computadoras exclusivas para el sector industrial, con lo cual se les abrirán las puertas en la Aduana. “Esto nos abrirá el margen de importaciones que podemos hacer. De todas maneras, sería necio de mi parte negar el problema de este freno”, dijo.

Venturini, no obstante, planteó otro problema que viene repercutiendo en las ventas: los feriados largos. “El mercado está deprimido entre un 20 y un 30 por ciento por razones extras al freno de Moreno. Es porque la poca plata que pueda tener la gente se guarda, o se usa para escaparse en un viajecito el fin de semana largo. Acá padecemos una especie de congelamiento en las ventas antes, durante y después de los feriados, y tengamos en cuenta que tenemos entre uno y dos por mes”, sostuvo.

Algunos insumos médicos también escasean en la ciudad. El titular de la Cámara de Droguerías e Insumos Médicos de Rosario, Miguel Buz, aseguró que en el sector los problemas comenzaron a fines de enero. “Los importadores que pudieron entrar las mercaderías hasta ese momento, cuando entró en vigencia la nueva ley, fueron con los que nos hemos manejado. Con esos importadores y proveedores hemos mantenido algunos stocks, pero hoy están desabastecidos con algunos problemas y compromisos. Somos licitadores de las instituciones públicas y las licitaciones son para entregas por tres meses. Entonces hay cosas que hay que tenerlas guardadas para cumplir con las condiciones que implica una licitación”, expresó el comerciante, quien citó como ejemplo lo que ocurre con las jeringas: “El país produce el 30 por ciento del consumo total. El problema es que no existen capitales y de un día para otro no se puede instalar una fábrica. Esas fábricas son proyectos a cinco o diez años. Por eso hay una serie de productos que no se consiguen”.

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