Silvina Tamous
“Pandemia y Trabajo Social. Miradas desde la intervención profesional” es un libro que relata las experiencias de los trabajadores y las trabajadoras sociales que atravesaron los difíciles días de pandemia en los distintos territorios donde cumplen su función. Esos textos, que fueron publicados en el diario El Ciudadano tomaron forma de un libro que este miércoles 24 de agosto se presenta en la Biblioteca Argentina, sala Angélica Gorodicher, a las 18.
Éste es un libro necesario. Porque habla desde el territorio de los problemas más graves que tiene la ciudad, todos atravesados por la pobreza. Las historias que aquí se cuentan son necesarias. Pero sobre todo a la hora de diseñar políticas públicas. Hay pequeños relatos de cómo con la voluntad de un trabajador o una trabajadora se puede cambiar el rumbo de una vida. Una vida que late en los corazones de elles, que todos los días se enfrentan cara a cara con una realidad diferente a la que se relata en los medios de comunicación y desde la que se construye el imaginario de la vida de los más vulnerables.
Es un trabajo que se hace allí, donde la desigualdad llegó al extremo. Todo atravesado por una pandemia que olvidó a este colectivo del mote de trabajadores esenciales a la hora de vacunarlos, pero los ponía a diario cara a cara con los vecinos y las vecinas para acompañarlos, para contar que quédate en casa no era igual para todos. Para decir que los centros de salud eran la referencia en los barrios, que los ancianos y las ancianas necesitaban de un llamado telefónico para no sentirse solos, que la escolaridad requiere algo más de un teléfono sin datos para toda una familia. Y las historias mínimas que transforman vidas, esas que lograron que la violencia de género de pusiera en palabras, que los niños y niñas pudieran contar gracias al ESI lo que le ocurría. De las personas que viven en la calle, la necesidad de los niños y las niñas, los consumos problemáticos, la discapacidad.
No hay tema sensible para esta sociedad en la que vivimos que quede afuera. Porque allí, en esos lugares donde los derechos se vulneran, comienzan los problemas y son necesarias las intervenciones del Estado. Y son los trabajadores y las trabajadoras sociales quienes lo pueden contar, analizar y ayudar a buscar soluciones para modificar una realidad que duele.
Estas historias necesarias las fuimos publicando cada semana en el Diario El Ciudadano. Y los lectores mostraron un gran interés en leerlas y a nosotros, como cooperativa de trabajadores, nos alegra haber sido elegidos para esta tarea. Difundir un trabajo desconocido e indispensable para pensar la sociedad en la que vivimos. Gracias a todos y todas. Gracias por confiar en nosotros y nosotras para esta tarea de poner nuestra tarea para este trabajo social e indispensable.
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