Ciudad

Urbano e interurbano

El colectivero baleado sigue muy grave y el paro de transporte sigue al menos durante todo el domingo

Lo decidió este sábado la UTA. Volverán a reunirse para decidir cómo sigue a medida de fuerza. Marco Iván Daloia, el chofer de 39 años de lalínea K, permanece en terapia intensiva del Heca en estado "crítico" e inestable


La UTA seccional Rosario resolvió que el paro de colectivos lanzado tras el ataque a un chofer de la línea K, en la tarde del jueves último, se mantendra al menos durante toda la jornada de este domingo. La medida comprende tanto al servicio urbano como al interurbano con base en la ciudad. Durante el domingo, el gremio volverá a reunirse para decidir cómo sigue la medida de fuerza.

El último parte médico sobre la salud de Marco Iván Daloia, el colectivero de 39 años que permanece en el hospital de emergencias Heca desde que le dispararon un tiro en el cráneo en México y Mendoza, de barrio Belgrano, en la zona oeste, indica que sigue internado en la unidad de terapia intensiva, sedado, asistencia respiratoria mecánica, soporte inotrópico (para mantener la actividad cardíaca) en aumento, clínica y neurológicamente inestable, por lo que su estado de salud fue calificado como “muy crítico”.

El paro de UTA fue decidido poco después de que se conociera el ataque al trabajador, perpetrado alrededor de las 19 del jueves. El agresor, descrito como un muchacho muy joven, gatilló dos veces. Una de las balas dio en la cabeza de Daloia, a quien en el Heca consiguieron recuperar de un paro cardiorespiratorio que duró 17 minutos. En la noche del jueves, tuveron que someterlo a una intervención quirúrgica vascular por un sangrado en la zona de ingreso del proyectil, que fue exitosa aunque sin mejorar el estado crítico de salud.

El ataque contra Daloia fue el tercer capítulo de una saga de violencia extrema iniciada el martes a la noche con el asesinato del taxista Héctor Figueroa en barrio Tiro Suizo. A las 24 horas, mataron a su colega Diego Celentano en barrio Saladillo. En ambos casos, el peritaje de las vainas servidas determinó que se había utilizado la misma arma calibre 9 milímetros y, además, las inscripciones PSF en los cartuchos indican que los proyectiles son los que se entregan a los agentes de la policía santafesina. Al colectivero, en cambio, le dispararon con una pistola calibre .380. Su agresor cruzó calle Mendoza y se subió a una moto en la que lo esperaba otra personas, para escapar por México hacia el sur, según la reconstrucción del episodio.

 

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