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El clásico es lo único que queda

Por: Gabriel Pennise

La despedida del equipo fue dura, impiadosa para Roberto Sensini, y el rumor surgió rápido. Quiso renunciar y no lo dejaron, si pasó o no es puro detalle. Quedan tres fechas para el clásico contra Central, y eso es lo único que importa. En el Clausura la suerte está echada, y ni siquiera es interesante clasificar para la Copa Sudamericana, nada más a los hinchas les importa el partido contra Central.

Ellos sueñan con el retorno de Fernando Gamboa, y eso es casi imposible. El Negro no tiene buena relación con Eduardo Bermúdez y Gustavo Dezotti, los hombres que manejan el fútbol rojinegro y que bancan a morir a Sensini.

Ahora, es cierto que Boghossian parece el gemelo malo de quien jugó el torneo pasado, que Formica entró en una marcada curva descendente, que Insaurralde arrastra un peligrosa dosis de violencia para jugar, que Barrientos nunca fue el jugaba en Huracán, que Diego Torres tiene más cosas del cantante (vinchita y pelo largo) que el que la rompió con el Negro Gamboa, que Núñez jamás aporta algo interesante, y en esa línea están Roselli y Dolci también, que Quiroga  entra para salir en la foto del gol rival. Todo es verdad.

Tanto, como que ellos y Sensini merecen la chance de jugarse la vida en el clásico. Fueron los que alimentaron una ilusión de título hasta la última fecha del Apertura, los que lograron la clasificación para volver a participar (aunque se frustró rápido) de la Copa Libertadores.

Quedan dos partidos para armar el equipo con la certeza que no sirve empatar. Un punto y nada es lo mismo, Newell’s no necesita recoger migajas, su promedio es bueno. Debe ir por el orgullo de sus hinchas, por la victoria. Y Sensini, merece esa oportunidad. Por lo que hizo, y si le queda fuerza para hacer.

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