Espectáculos

Estreno de teatro

“El clásico binomio”: un dúo de perdedores que va detrás de sueños truncos

El director Cristina Molina adelanta detalles del estreno de la emblemática obra de los teatristas santafesinos Jorge Ricci y Rafael Bruza que este fin de semana vuelve a escena de la mano de Christian Valci y Cacho Toscanini


Un clásico de la dramaturgia santafesina de proyección nacional que por varias temporadas llenó de espectadores las salas de la provincia, el país y el exterior, está de regreso.

Se trata de El clásico binomio, una especie de oda a dos hermosos perdedores, dos músicos llenos de buenas intenciones pero con poco talento, dos seres entrañables y hasta en un punto dos alter egos de los reconocidos actores, dramaturgos y directores santafesinos Jorge Ricci y Rafael Bruza. Ellos son los autores de la obra y algunas veces intérpretes, en una ocasión dirigidos por el mismísimo Mauricio Kartun. Ambos, a comienzos de los años 70, crearon en la capital provincial el emblemático Equipo Teatro Llanura y juntos, muchos años después, imaginaron los recorridos de Chiche y Chiquito.

La acción de El clásico binomio que este fin de semana desembarcará en el teatro Empleados de Comercio de la mano del director Cristian “Gato” Molina, con asistencia de Martín Pereyra y las actuaciones de Christian Valci y Cacho Toscanini, transcurre dentro de los límites de la ciudad de Santa Fe, en una espiral que parte del centro hacia los suburbios. Un día, Roberto “Chiche” Robledo y Raúl “Chiquito” Bonzini, dos músicos con ciertas particularidades y de éxitos esquivos, dejan sus respectivas familias y se van a vivir a una pensión para formar un dúo de tango. Así, durante veinte años van de una pensión a la otra por diferentes barrios de Santa Fe buscando la inspiración que no llega, soñando con una gira internacional que no se concreta y olvidando su objetivo inicial: ser un dúo exiliado por amor al arte.

“Esta es una versión de la obra como puede haber tantas pero no hubo ni buscamos un criterio de adaptación; intentamos mantener el texto lo más fiel posible al original porque es un texto que está perfectamente escrito, un material donde los personajes hablan el mismo idioma que hablamos nosotros, porque la acción transcurre en Santa Fe”, adelantó Molina a El Ciudadano acerca de este montaje que cuenta con diseño de luces de Julio Gandini, diseño de vestuario de Cristian Ayala y confección de María Carolina Leali.

Emergentes románticos

“Resulta un poco difícil encontrar a estos dos tipos en lo real y cotidiano y sobre todo hoy”, expresó el director en relación con los perfiles de los personajes. Y profundizó: “Es complejo, sobre todo, porque son dos emergentes románticos que de algún modo están idealizados en el inconsciente de la sociedad; son personajes orilleros, de los barrios, de los márgenes, son dos músicos con ciertas aspiraciones que pertenecen a ciertos lugares que hoy están ocupados por otro tipo de representaciones culturales, son otros referentes; incluso de otros atravesamientos sociales y con otras problemáticas. Son dos tipos buenos, no son jodidos sino entrañables; claramente dos bohemios, dos soñadores que el único daño que hicieron fue abandonar sus casas, sus vidas, pero lo hicieron con un fin noble: se fueron detrás de un sueño y no planificaron estar así durante veinte años, fue algo que les pasó”.

“Ese recorrido no los justifica –completó el director–, pero sí los coloca en un lugar de ingenuidad; ellos dicen que están «exiliados en pos del arte», y en ese exilio se les pasó de algún modo la vida”.

El creador habló también acerca del perfil de antihéroes que reflejan las personalidades Chiche y Chiquito, algo que se expresa en sus frustrados regresos.

“Ellos vuelven y no los reconocen, tienen que contar quiénes son, qué les pasó, por eso los pensamos como personajes que ya no vemos”, dijo Molina. Y completó: “Es un texto que tiene algo que perdura en el tiempo, porque muestra a dos personajes con pretensiones artísticas cuyas vidas se ven truncadas por ese deseo. Y eso es algo que pasó, pasa y pasará siempre”.

Buscar el humor

“Christian y Cacho son dos actores que me interesan más allá de que tenemos recorridos diferentes: ellos han trabajado más la comedia en sus diversas formas, pero me pareció interesante lo que tenían para aportar desde esa comicidad retrabajada”, dijo Molina acerca del trabajo con Valci y Toscanini. Y continuó: “Siempre que hablamos de los personajes y de la obra me gusta decirles que más allá de lo que plantea el texto, de lo que dicen estos personajes, de lo pesado, duro o triste que pueda ser lo que les pasa, tiene que aparecer una cierta dinámica que ellos manejan desde su experiencia con la comedia, porque en la obra hay unos tiempos o destellos que son propios de la comedia. Las escenas tienen que reflejar esa ansiedad que sostiene a estos dos personajes detrás de ese sueño de lograr algo con sus carreras artísticas”, analizó el director.

Repensar el machismo

Estereotipos de una época donde los comportamientos de Chiche y Chiquito transitaban lo cotidiano con cierta normalidad o aceptación, el director habló acerca del machismo que reflejan ambos personajes. “Este es un nuevo tiempo, pero hay una realidad que tiene que ver con los estereotipos de los hombres vinculados al tango, porque la historia y la esencia del tango tienen ese perfil; de todos modos estuvimos en todo momento muy conscientes de los tiempos que corren, de los reclamos y reivindicaciones de los colectivos de mujeres, y entonces tratamos de que lo que dicen los personajes no se perciba como un discurso machista; ni exacerbarlos ni criticarlos, tampoco justificarlos”, dijo Molina.

“En todo caso, lo reprochable de estos tipos es el hecho de abandonar a sus familias. Creo que en un punto viven ese abandono con cierta nostalgia, sobre todo a partir de una serie de pinceladas con las que pintan las vidas de los demás; porque sus hijos se casaron, tuvieron sus propios hijos, sus casas, y todo eso ellos se lo perdieron, porque fueron detrás de un sueño y se les pasó la vida, como pasa con las historias de esos viajeros que van donde las rutas los llevan”, expresó finalmente el director.

Para agendar

El clásico binomio se presentará todos los sábados de septiembre, a partir de las 21, en la sala Empleados de Comercio, de Corrientes 450, donde también se venden las entradas a precios muy populares

Comentarios