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El Clarín estridente sonó

Trabajadores de la empresa AGR, vinculada al grupo mediático, bloquearon las plantas impresoras de Clarín y Nación. Dirigentes opositores se manifestaron en contra del gobierno, por no haberlo impedido. Moyano se despegó del bloqueo a Clarín y La Nación

Los trabajadores mantuvieron la medida de fuerza hasta el mediodía de ayer.

Un grupo de manifestantes identificados como sindicalistas y familiares de empleados de Artes Gráficas Rioplatenses, empresa que pertenece al Grupo Clarín, impidieron ayer la distribución de ese diario y demoraron la salida de La Nación, en reclamo de mejoras en las condiciones de trabajo de los delegados sindicales, quienes denuncian “persecución sindical” por parte de la empresa.

El bloqueo tuvo lugar en el barrio porteño de Barracas, en la puerta de las plantas impresoras de ambos diarios, donde un grupo de manifestantes  impidió la salida y entrada de los camiones encargados de la distribución, lo que motivó que Clarín no llegara a los quioscos de Capital y provincia de Buenos Aires, y La Nación lo hiciera sólo parcialmente.

La medida fue levantada luego de doce horas de protesta, en medio de duras críticas de directivos de los diarios, de la Asociación de Entidades Periodísticas de Argentina (Adepa), la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y legisladores nacionales que apuntaron contra la inacción policial y la ministra de Seguridad, Nilda Garré (ver aparte).

Pese a la innumerable cantidad de alusiones de ataque a la libertad de prensa, un comunicado de los trabajadores expresa que la protesta y bloqueo de las puertas de la empresa del grupo Clarín se debió a la “persecución sindical que sufren los delegados, quienes son rodeados en todo momento por patovicas y a los que no se les asignan tareas laborales”.

Una asamblea de trabajadores que se realizó ayer al mediodía decidió levantar la medida de fuerza y los trabajadores calificaron la jornada como “un hecho histórico, porque es la primera vez que Clarín no sale un domingo” y la segunda vez en toda su historia que no sale (en 1989 por una huelga de los trabajadores gráficos había ocurrido lo mismo)”.

“La pretensión no era que no salga Clarín ni impedir que expresen sus ideas, al margen de que no estamos de acuerdo con ellas, sino que el objetivo era enviar un mensaje a los directivos para que Clarín no siga apretando trabajadores”, resumió el delegado gremial Luis Siri a sus compañeros en la asamblea.

El delegado Siri expresó: “Nosotros queremos que se nos respeten nuestros derechos”, y agregó: “Buscamos, en definitiva, que los problemas se solucionen”. Además, explicó que “no es un ataque contra los medios, es una protesta contra un Grupo que no respeta la libertad sindical”.

Por su parte, Nicolás Rivero, delegado de AGR, aseguró en declaraciones a la agencia de noticias Télam que “la comisión interna tiene permitido ingresar a la planta, puede fichar, pero no se les paga el día y tampoco les dan tareas”.

Además, señaló: “Nos ubican en un cuartito rodeados por personal de seguridad, patovicas, que nos siguen a todos lados con cámaras. Y si algún compañero intenta hablar con nosotros o se relaciona de alguna manera, la empresa lo suspende o lo echa”, concluyó Rivero.

Mientras tanto, las empresas periodísticas cuestionaron estos bloqueos a medios de comunicación, en virtud de que habían sido prohibidos por la Justicia hace pocos meses, en un fallo que expresó que un grupo de manifestantes “no puede cercenar la circulación de medios gráficos”.

Asimismo, en la resolución del juez nacional en lo Civil, Gastón Polo Olivera, se había ordenado a la ministra de Seguridad, Nilda Garré, que tomara las medidas que hagan valer esta prohibición y evitar los bloqueos.

Sin embargo, alrededor de las 23.30 del sábado un grupo de 40 manifestantes se hizo presente sobre la calle Zepita, en la puerta de la planta impresora del diario en Barracas. Se identificaron como integrantes del Sindicato de trabajadores de la Federación Gráfica Bonaerense y como familiares de empleados de Artes Gráficas Río de la Plata, empresa del Grupo Clarín, quienes reclamaron por la verdadera “libertad sindical” dentro de la empresa.

A su vez, el Grupo Clarín denunció en su portal de noticias que los manifestantes recibían apoyo de militantes del gremio de Camioneros que conduce el secretario general de la CGT, Hugo Moyano.

Según se indicó, durante el inicio de la protesta sólo se hizo presente un patrullero de la comisaría 30, con jurisdicción en la zona, que sólo controló que no hubiera desmanes.

En un primer momento, el grupo de manifestantes dejó liberada la puerta de la planta de La Nación y permitieron la salida de algunos camiones, por lo que varios ejemplares fueron derivados a sus lugares de distribución.

Pero, a partir de la una, el bloqueo fue total en ambas plantas y evitaron así que circulara durante la mañana el diario Clarín y el resto de la tirada de La Nación.

El número de manifestantes varió durante la madrugada y la Policía Federal incrementó sus agentes en el amanecer, incluso con camiones hidrantes, pero siempre como precaución.

Minutos después de las 12 de ayer, los manifestantes levantaron la medida y se retiraron pacíficamente del lugar, que quedó con rastros de incendios, protagonistas en algunos tramos de la protesta.

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