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El cineasta y músico Pablo Ignacio Coronel muestra el impacto planetario de la cumbia

Se conoce este jueves “Cumbia que te vas de ronda”, un documental argentino realizado en coproducción con Bolivia, México, España y Portugal, en el que el artista realiza un viaje a través de diez países para mostrar qué pasa con el género que hace bailar al mundo


Haciendo un delicado equilibrio y un doble esfuerzo para graficar que estuvo de gira “entre la cámara y el acordeón”, Pablo Ignacio Coronel dirigió y toca en Cumbia que te vas de ronda, un singular viaje musical que recorre diez países y que desde este jueves se puede ver en Cine.ar TV y desde este viernes en la plataforma streaming Cine.ar Play.

“Quise mostrar lo que pasa con la cumbia en nuestros países y también en latitudes donde no existe”, postuló Coronel durante una entrevista que mantuvo con la agencia de noticias Télam realizada desde una casa de campo en Portugal donde ensaya con quienes comparte la banda Rosa Mimosa.

Radicado en el país lusitano para rastrear parte de sus raíces familiares, el músico y cineasta destacó que Cumbia que te vas de ronda “hubiese sido muy difícil si no tuviéramos un pie en la música”.

El film, una producción de Pensilvania Films (Argentina) en coproducción con Bolivia, México, España y Portugal, cuenta con guión de Coronel y Analía Bogado, una banda de sonido compuesta por Olmo Marín y un viaje que los llevo a Japón, Vietnam, Filipinas y Camboya.

El documental que este jueves y sábado, a las 20, se verá por Cine.ar y entre el viernes y el próximo jueves estará disponible en Cine.ar Play, se nutre de la participación de músicos y bandas como Totó la Momposina (Colombia), Juan Sebastián Ochoa (Colombia), Coco Barcala (Argentina), Los Mirlos (Perú), Celso Piña (México), Agua Sucia y Los Mareados (Argentina), Los Orientales de Paramonga (Perú), Rosa Mimosa y sus Mariposas (Portugal) y Shogo Komiyama (Japón).

“Queríamos estrenar lo antes posible pero la chance de hacerlo ahora, después de conocer la cancelación del Bafici donde habíamos sido seleccionados, nos tomó por sorpresa”, confesó el realizador antes de subrayar que “este estreno tiene mucho valor porque se concreta en una plataforma democrática y popular”.

Coronel contó que si bien estudio música desde muy chico, fue a los 12 años cuando quedó impactado con las guitarras eléctricas. “Y tenía la idea de ser pianista”, confesó. Pero con el correr del tiempo su gusto por lo audiovisual se transformó en su trabajo y la música en “la parte terapéutica”.

La unión de esos dos mundos ya se había suscitado cuando filmó Cumbia La Reina en 2015. Ahora, su nuevo film lo encuentra viviendo en Portugal, donde se radicó hace tres años. “Lo que pasó fue que apareció una banda y yo estaba en el lugar y en el momento correcto y pude enfocarme en lo musical dentro de Rosa Mimosa”, relató quien asegura haber descubierto el “poder” de la cumbia en 2008. “Fue con la banda Ay Rocamora donde tocábamos una única cumbia y esa pieza era muy requerida. Esa sorpresa me llevó a tomar la cumbia como algo que me interesaba más allá de ser una música relegada a las clases bajas y que por el fenómeno de la cumbia villera estaba en boca de todos pero nunca era aceptada”, reflexionó.

“Me dejó muy impactado y me hizo ruido por mi interés en todo lo que tenga que ver con las tradiciones. Eso le dio a la cumbia un potencial extra en relación con otros géneros, además de poner en valor algunas de sus características más notorias: su simpleza, su potencia, su carácter bailable que invita a pasarla bien”, explicó Coronel que cuando comenzó a indagar sobre el género, “apareció su raíz negra indígena quizás en Cartagena y su evidente raíz popular en una parte de la sociedad desplazada. Había en ella un factor social interesante y no solamente un género musical atractivo que reunía al negro esclavo y al indígena perseguido y que suena de diversas maneras por toda Latinoamérica”.

Fue en el marco de esa investigación que el realizador audiovisual ideó la película que esta semana se estrena en Argentina. “Mi primera investigación me llevó a buscar artistas y protagonistas. A medida que avanzamos en el armado del guión noté un discurso paralelo que se ramifica como identificación en toda Latinoamérica, pasa por Europa, hasta llevarla a Asia como para hacer un experimento”, dijo. Y aclaró: “Fue como tratar de hacer un pantallazo amplio. Desde las raíces hasta ver qué pasa al provocar eso llevándolo al extremo. Y aunque fue un alcance muy íntimo, tanto en Vietnam como en Camboya tocamos en la calle y llamamos la atención”.

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