Espectáculos

Un acordeón de película

El Chango habla de “Otras músicas”

“Siempre es mucho más fuerte el deseo de aprender”. Spasiuk habla del material en el que experimenta con nuevas texturas, géneros y formas de componer. Lo presenta el viernes a las 21,30, en El Círculo.


Corre 1999, el teléfono suena y el Chango Spasiuk atiende. Del otro lado está el realizador audiovisual David Lipszyc. El director de La Rosales (1984) le confiesa haber estado escuchando algunas de sus canciones, probándolas para una nueva película “¿Estás dispuesto a componer la banda de sonido?”, le pregunta. “No tenía la menor idea de cómo era ese trabajo”, recuerda el talentoso acordeonista sobre El Astillero, la primera película para la que compuso, a finales de los 90, el mundo sonoro. A partir de ahí, el Chango, que con los años se consolidó como un referente del chamamé, supo escribir, también, música para series y documentales, entre otros proyectos que le permitieron salir de su zona de confort, experimentar con nuevas texturas, géneros y formas de componer.

Ahora, 17 años después de aquella primera experiencia, los temas del Chango formaron formar parte de películas como Los Marziano de Ana Katz, o Carancho de Pablo Trapero, fueron registrados e integran Otras músicas, un disco que debutará en Rosario este viernes, a partir de las 21.30, en el teatro El Círculo (Laprida y Mendoza).

“Lastimosamente, en este disco, no pude poner nada de esa primera experiencia, los tracks originales no iban con la sonoridad que tiene el disco”, se excusa Spasiuk, que con humildad y precisión apunta: “En el fondo, no quería que todo esto se pierda, quería que la gente pueda escuchar cosas que no conocía de mí, completar la escucha de todas mis otras músicas y que esto no quede en el olvido”, explica y entre risas confiesa: “Además, es un motivador, salir a tocar en vivo genera entusiasmo. Todo es una excusa para salir a tocar en vivo”.

Y será en vivo que los rosarinos podrán disfrutar este viernes de otra faceta del reconocido músico, esa que fue aprendiendo con los años y en la que destaca a referentes como Gustavo Santaolalla. “Hay films en los que él pone tres acordes de guitarra o un arpegio de charango, como en Babel por ejemplo, y decís: «Qué bien está puesto esto». Hay gente que hace un arte de eso. Uno, simplemente, trata de hacerlo porque es un desafío. De hecho, no me genera conflicto cómo salgo de esos desafíos; cuando sos un aprendiz, sos un aprendiz. Por más que el maestro te rete un montón de veces, seguís tomando clases porque siempre es mucho más fuerte el deseo de aprender”, confiesa, mientras describe que el disparador de estas composiciones fueron las secuencias de la película o toda ella, algunos bocetos o un guión. “A veces, arrancás con la música de cero o encontrás en tu música algo que podés adaptar y puede funcionar”, dice.

Amalgama sonora

Más allá de su necesidad de registrar aquellas canciones que también pertenecen a su carrera, el nuevo disco del Chango surge de un parate, un momento en el que, esperando el nacimiento de su hija, se dedicó a escuchar aquellos temas que había compuesto. Allí los eligió. El hilo conductor: la música, la sonoridad. “La idea fue arrancar con algo que suena muy bien”, dijo sobre “Nazareno”, uno de los temas más alejados a su estética, y completó: “Dejar claras mis ideas de cómo esas texturas van mutando; también busqué la excusa para poner músicas que no son mías”.

 

La construcción colectiva

El Chango es un referente del chamamé y por lo tanto del folclore argentino, género al que en los últimos años se fueron sumando nuevos artistas a los que algunos bautizaron como emergentes del “nuevo folclore”. “El folclore es folclore, no hay ni nuevo ni viejo. Como en todas las cosas, los jóvenes, aunque yo también me considero joven, tienen sus expectativas y hacen sus búsquedas. Van para un lado, para el otro, caminan sin rumbo, y en eso vas haciendo conciertos y discos hasta que encontrás un lenguaje o no”, opinó el músico, y planteó: “Creo que el mayor problema de los ámbitos de música folclórica es que fueron gestados para que se exprese la diversidad de contenidos y con el tiempo esa diversidad se fue estrechando. Hay que diferenciar el espectáculo de la cultura; los espacios culturales son un lugar de construcción colectiva. Es otro rol, es la posibilidad de releer nuestra historia, de resignificar esos acontecimientos y comprender la comunidad de la que formamos parte, y la música talla mucho en esa dirección. No hay que perder ese objetivo. El mayor balance de un festival es que pueda expresarnos a la mayoría”, completó.

El bonus track

El disco cuenta con un bonus track, “un regalo”, como define Spasiuk. Se trata de su versión de “Seguir viviendo sin tu amor”, de Spinetta. “Soy fan de esa canción, así de simple. Hay mucha música de Spinetta, ¿quién no lo ha escuchado? Tengo mis preferidas y esta es una de ellas. Cuando me convocaron para el tributo (un álbum triple folclórico en homenaje al Flaco Spinetta en el que participaron más de cincuenta artistas), antes que me terminen de invitar, dije que sí pero con esta canción, porque es mi canción. Después no quedó dentro del disco pero quedó en mi poder”, comentó el músico.

 

“Pequeños universos”

En la programación de Canal Encuentro, Pequeños universos es una serie de documentales que cuentan con la conducción del Chango, dirección de Bruno Stagnaro y el claro objetivo de “mirar una trasmisión oral ininterrumpida de la música popular”. Así lo resume Spasiuk y explica: “Casi la mayoría de los contenidos culturales de nuestra música se dan de forma oral, de padres a hijos, de vecinos, tíos, parientes, amigos, en los patios. En casi toda nuestra música folclórica siempre hay alguien que está recibiendo ese lenguaje.  La idea del programa es curiosear un poco eso que pasa ahora mismo mientras hablamos”. La serie recorre parajes argentinos y del resto de América latina indagando en músicas y culturas regionales, algo que propició la existencia de un canal como Encuentro, en el país: “Esta bueno que exista un espacio como Encuentro, ojalá que se pueda continuar y que no sólo se sostenga la maqueta sino que se siga con la elaboración de contenidos múltiples, no sólo musicales sino de todo lo que tiene que ver con nosotros. Porque, claramente, son una herramienta de reflexión y de construcción colectiva”.

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