Ciudad

El centro y sus problemas

Por Luciana Sosa.- La Vecinal Monumento a la Bandera cumple un año y también tiene reclamos. “Por acá transitan más personas que en otros barrios y, por ende, hay mayor impacto”, advirtieron.


La Vecinal Monumento a la Bandera, que representa la voz de rosarinos que viven en el centro, celebra su primer aniversario de existencia, período en el que acumuló una larga lista de temas a trabajar junto al municipio. Son reclamos de vecinos que, desde una mirada ligera, parecen “más privilegiados” en materia obras. Pero los del centro se defienden: “En esta zona hay un tránsito mayor de personas que en los barrios, por ende, las roturas son mayores y, al habitar el casco histórico, las cañerías y demás instalaciones son añejas y es por eso que necesitan un mantenimiento constante”.

En diálogo con El Ciudadano, Luis Arquímedes Gómez, presidente de la agrupación, detalló que hay 30 kilómetros de veredas rotas, con unos 4 mil pozos, según contabilizaron los propios vecinalistas.

“Estamos trabajando con las necesidades por fuera de la casa de cada vecino, y comenzamos por las veredas. Estas roturas se provocan, en gran medida, por el tránsito que tienen a diario y también por la  edificación indiscriminada en la zona”, sostuvo Gómez.

Por su parte, Mariel Battaglia, una de las integrantes de la vecinal, remarcó: “El centro es una de las zonas más importantes de la ciudad y debería tener sus problemas resueltos con inmediatez. Sabemos que muchos critican que gran parte de las obras, por lo menos en años anteriores, se realizaban en el centro de Rosario, y reclamaban más atención a los barrios, pero convengamos que al centro viene toda la ciudad y el tránsito, con todo lo que eso conlleva, es muy grande. Tomemos un número cualquiera como base para explicar que en una vereda de cualquier barrio pueden pasar unas diez personas por día, mientras que en una vereda de la zona céntrica pasan cerca de cien”.

Los integrantes de la vecinal Centro se adjudican que las acciones municipales sobre esta zona de la ciudad se están haciendo realidad gracias a sus gestiones. “Hasta hace un año los vecinos nos quejábamos entre nosotros y esas quejas quedaban perdidas en un expediente particular, en un llamado solitario, o bien se las llevaba el viento. Hoy estamos agrupados y pedimos a los demás vecinos que se quiten ese miedo de participar”, advirtió Adriana Eixarch, otra de las integrantes.

Zona privilegiada

Los vecinalistas tienen quejas con el municipio por “falta de atención” con los ciudadanos de esta zona. “Éste es el sector donde hay más poder adquisitivo, poder comercial, más poder político, hay acceso a los centros financieros, estamos en el cruce de las peatonales, está todo concentrado en este lugar. Y no sólo hablamos de la actualidad, sino también del cuidado que necesita este casco histórico”, señaló Gómez.

Así como señalaron la gran cantidad de obras en construcción que alteran el ritmo de vida, añadieron a la lista de problemas los que surgen desde la falta de controles municipales: la falta de higiene, los residuos en veredas y los que quedan de las construcciones. “También debemos mencionar la inseguridad a la que estamos inmersos, hay asaltos en pleno día, y ni hablar por la noche, en la calle, o en los comercios. Necesitamos más presencia policial”, agregaron.

Daniel Sánchez, por su parte, aportó algunos detalles: “Si recorrés una cuadra te das cuenta del desastre que hay, no porque los vecinos sean poco cuidadosos, sino porque vienen las empresas a trabajar y ponen cables bajo tierra, rompen y luego no arreglan”. Además, advirtió que después del trabajo en las veredas, “ponen el portland espolvoreado, cuando se debe aplicar tipo mezcla con arena y cal, para fijar el mosaico. Entonces, a los dos o tres meses se vuelve a romper, y dicen que el propietario debe hacerse cargo de ese arreglo”.

Paralelamente, sus compañeros vecinalistas remarcaron que el municipio sigue otorgando permisos para las nuevas edificaciones y no tiene en cuenta si habrá suficiente suministro de gas, agua y electricidad para los nuevos habitantes del barrio. “Nadie se ha tomado el trabajo y la tarea de dialogar con las empresas”, aseguran.

Sobre esta falta de comunicación con las empresas de servicios, uno de los vecinalistas comentó su situación: “Tengo un almacén en el que si llego a tener algo fuera de fecha o que no respete las normas de habilitación, la Municipalidad viene y me multa. Pero hace siete meses que no tengo agua y sigo pagándola. El problema es que han bajado la presión del agua porque los caños son muy viejos, entonces la poca agua que hay es absorbida por los edificios de la cuadra y a mí me llegan unas gotitas”.

Los problemas con el suministro de energía eléctrica se potenciaron tras la construcción de un edificio en la esquina de San Luis y Buenos Aires. Al respecto, Eixarch comentó: “Cuando conectan la red de la luz sobre Buenos Aires, se corta el servicio en toda la cuadra, sobre Buenos Aires; y cuando conectan la red de luz de San Luis, se quedan sin energía los vecinos sobre calle San Luis. Es un problema que registramos todo el verano, y no queremos imaginar cómo será cuando el edificio esté habitado”.

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