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El casamiento de Messi reavivó el sueño leproso

La elección de Rosario para el casamiento de Leo generó ilusión en el Parque de tenerlo con la rojinegra.


Rosario fue por un día, o algunos más, el centro de las miradas del mundo. El casamiento de Lionel Messi y Antonela Rocuzzo provocó que la ciudad apareciera en las portadas de los principales medios del planeta. Y si bien hubo cierta “liviandad” a la hora de dar precisiones geográficas o cuando se buscó dar un perfil social del lugar, la realidad es que ningún otro evento deportivo, cultural o político podrá empardar semejante publicidad para la ciudad.

Lógicamente, el casamiento de Leo tuvo el toque de glamour necesario para que se enmarcara en un evento social, más cercano al mundo del espectáculo que a lo deportivo. Pero la presencia de gran parte de la elite futbolera mundial, con jugadores de la talla de Neymar, Xavi, Dani Alves, Agüero, Di María, Mascherano, Piqué, entre muchos más, y la inseparable relación que enseguida se puede establecer entre Messi y Newell’s, obliga a hablar de la parte futbolística del evento. Y allí Rosario empieza a dividirse a partir de ese folclore pasional de leprosos y canallas, que muchas veces enorgullece y otras avergüenza.

No hay ninguna duda que Leo Messi puso a “Rosario en el mundo”. Una frase que desde hace un tiempo es utilizada en el Parque para promocionar a la Lepra hacia afuera. El crack rosarino siempre aparece como el principal referente de esa idea de un Newell’s representado en la elite mundial. No importa que apenas haya jugado un par de años en Malvinas, cuando era un pibito que deslumbraba con su gambeta y su destreza con el balón, pero apenas aparece en la retina de los hinchas leprosos con algunas imágenes en VHS.

El hincha leproso no tiene cuestionamientos con el jugador del Barsa. Messi siempre será de Newell’s. Y no importa si el poder económico le robe la chance de verlo alguna vez con la rojinegra. La ilusión está latente, surge espontáneamente en cada gesto del jugador, aunque sea mínimo. Como cuando se pone la cinta de capitán de la selección argentina con los colores rojo y negro. Y tenerlo a Leo cerca, verlo mostrar con orgullo sus raíces rosarinas a la hora de un momento muy importante de su vida, despertó en el hincha leproso hambre de Messi. Alimenta ese deseo de verlo aunque sea un ratito con la pilcha rojinegra.

No hay dudas que Messi es hincha de Newell’s, como tampoco que su amor a Barcelona perdurará por siempre. El hermetismo con el que siempre Leo maneja su vida privada y las obligaciones contractuales europeas no permiten verlo con una casaca leprosa ni siquiera en fotos de “entrecasa”. Pero la chomba leprosa de su hijo Tiago, el termo con el escudo de Newell’s en sus vacaciones en Ibiza, o mucho mejor, sus declaraciones sobre su sueño de jugar alguna vez con la casaca leprosa son pruebas suficientes para enorgullecer al mundo leproso.

“Leo: Newell’s te alienta y espera. Tenerte cerca nos hace muy felices”, fue el mensaje de la página oficial leprosa previo al partido ante Godoy Cruz. En el Parque se ilusionaban con tener a Messi en los palcos, pero no sucedió. ¿Desprecio? De ninguna manera; en medio del hermetismo con la que se movió la pareja de Lionel y Antonela en la semana, pensar en su presencia en el Coloso era una locura que sólo el corazón pasional de algunos imaginaba podía suceder.

“Felicitaciones Lio y Anto! Newell’s te saluda”, fue el mensaje oficial del club del Parque el viernes, en otra clara muestra de acercamiento al jugador. Como aquél que quiere defender un bien preciado para que nadie se lo “sople”. Como la bandera que luce cada domingo en el Coloso con su rostro, junto a ídolos del club como el Tata, Bielsa, Yudica y Gallego, nada más y nada menos.

Tal vez no hubo fervor popular leproso en las inmediaciones del casino. Pero en las redes sociales quedó claro que se jugaba un Clásico. Los hinchas de Newell’s se enorgullecían con todo lo que pasaba, ni hablar cuando apareció Maxi Rodríguez en la alfombra roja junto a su esposa Gabriela; o cuando el Patón Guzmán dio la nota luciendo unas zapatillas y un traje azul marino.

De la misma manera, los canallas miraron todo de reojo, con cierto desprecio o desinterés. Como cuando el Loco Bielsa o el Tata Martino dirigían a la selección argentina y les costaba hinchar a su favor; algo similar a lo que le sucedió a los leprosos con el Patón Bauza en el banco albiceleste. Es que la pasión en esta ciudad supera los límites. Y en cierto modo se entiende que la rivalidad eterna rompa con cualquier regla lógica, como disfrutar del mejor jugador del mundo o alentar a la selección nacional. Créase o no.

Lo cierto es que la boda de Messi generó que en el Parque nuevos deseos de tenerlo. No importa que en los próximos días se oficialice en España su contrato con el Barsa hasta 2022. ¿Vendrá a jugar al Parque con 35 años? Es la pregunta que se hacen los leprosos. Imposible saberlo hoy, pero los propios medios catalanes aseguraron este fin de semana en las cercanías de la alfombra roja que en Barcelona es un secreto a voces que Messi jugará en el Parque. “En España se dice que Messi jugará al menos un año en Newell’s”, comentó al pasar el periodista Eduardo Polo, del prestigioso diario Mundo Deportivo.

Obviamente, para creer esto, la remodelación del Coloso deberá ser una realidad y no una maqueta u once árboles cortados; jugar la Copa Libertadores será una obligación, y el ordenamiento económico del club un compromiso inevitable.

Pero además, el entorno Messi buscará estar presente desde adentro, y con fuerza, y eso debería suceder en las cercanías del próximo acto eleccionario allá por diciembre de 2020. Hoy apenas hay una avanzada mínima con Martín Giusseponi, encargado de marketing y miembro de la Fundación Messi, y el ingeniero José Luis Conde, vocal titular, que es el hombre de confianza a la hora de las obras edilicias de la familia Messi.

Por ahora son sólo especulaciones. Lionel y Antonela disfrutarán de su luna de miel y luego volverán a su mundo ideal en Barcelona. Pero está claro que no olvidaron sus raíces y la primera caricia fue para Rosario. Aunque el pueblo leproso espera que en el futuro le quede una más para su querido Newell’s. Que no sea gambeta y que el sueño pase a ser una hermosa realidad.

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