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El boxeo amateur viste de oro a Rosario con la coronación de Tiago González en el Nacional Juvenil

“El Tyson”, de apenas 18 años, arrasó en el certamen que se llevó a cabo en Río Negro y le dio una medalla dorada a la ciudad luego de varios años. “Vengo de una familia dedicada al boxeo desde mediados del siglo pasado, así que mi amor por este deporte lo llevo en los genes”, expresó el campeón

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Foto: gentileza Agustina Ciraldi

Los potentes puños del rosarino Tiago “El Tyson” González, de apenas 18 años, arrasaron sobre sus contrincantes y se coronó campeón Nacional Juvenil 2022. En gran rendimiento ganó dos combates en forma categórica y el tercero y último lo hizo por puntos, logrando una cuenta de protección al rival. El campeonato se organizó en la localidad de Chipoletti, en la provincia de Rio Negro.

Tiago fue un bebe prematuro y su vida es considerada una lucha constante desde pequeño. Nació sietemesino con sólo 900 gramos de peso y entraba en la palma de la mano de su padre. Fue criado con mucho amor y de ahí viene tanta felicidad, todas esas ganas de vivir superando adversidades en un proceso que no fue fácil, porque los pediatras no hallaban el motivo de las dificultades en su salud tras una resistente diabetes que le impedía ganar peso. “Fue todo muy difícil de sobrellevar para mi familia”, cuenta a El Ciudadano el actual campeón nacional juvenil.

—¿A qué edad te empezó a interesar el boxeo?

—Vengo de una familia dedicada al boxeo desde mediados del siglo pasado, así que mi amor por este deporte lo llevo en los genes. Mis comienzos fueron desde muy chiquito, entrenando con mi papá en el gimnasio de mi abuelo y guanteando con mis primos, todo fue natural y espontaneo.

—¿Cuándo decidieron con tus padres que te dediques a pleno?

—No fue fácil al principio convencerlos sobre mi pasión y había muchas preguntas, consejos y recomendaciones por parte de mi familia: “¿Tiago: estás seguro que deseas ser boxeador? ¿Y si mejor haces una carrera universitaria, un trabajo que te guste, vos sabes que este deporte es muy sacrificado y hay que tomarlo con mucha seriedad?”. Era una charla constante cada vez que nos reuníamos o compartíamos una mesa, pero yo no me veía haciendo otra cosa, quería ser boxeador. Hasta que un día me vieron entrenando tan mentalizado que se convencieron y ya no me cuestionaron más.

—¿Ahí fue cuando decidieron llevarte a un gimnasio que trabaja con competidores?

—Eso ocurrió cuando cumplí 10 años. Hablé con mi mamá y me anoté en el gimnasio de Carlos Alanis y no lo dejé nunca más. Hoy tengo 18 y muchas ganas de participar en el campeonato nacional, pero de mayores, porque en el que salí campeón era de juvenil, donde entré en la categoría hasta 49 kilos. Así de a poco me fui formando, aprendiendo los movimientos técnicos y la coordinación del cuerpo para los movimientos claves de esta actividad. Luego debí compartir mi entrenamiento con los horarios de la secundaria y terminar mis estudios, eso me trajo un corte en la continuidad que necesita un competidor, pero apenas terminé me dediqué a pleno y concentré mi tiempo sólo para la práctica del deporte que amo.

—¿Qué te pareció el torneo?

—Había 6 competidores de la provincia de Santa Fe y uno de Córdoba que es la denominada región número 5 (Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba) y la santafesina fue la delegación que más medallas obtuvo (3 de oro y dos de plata). Competí en la categoría juvenil hasta 49 kilos, realicé tres peleas gané dos por KO: la primera en el primer round contra un chico de Tierra del Fuego, la segunda por decisión en una pelea dura, muy linda, donde le hicieron cuenta de protección a mi rival y la última ante un chico de Catamarca que también le gané de forma categórica en el segundo round.

—¿Qué opinas sobre la nueva implementación del boxeo infantil sin contacto?

—Me parece muy positivo, porque en el boxeo, como en todo deporte, no es que uno viene y en un año aprende todo, no es así. Esto lleva muchos años, sacrificio y compromiso. Es recomendable que desde chiquito se empiece a enseñar y pulir la técnica.

Camino al CENARD

“Fuimos convocados, yo como técnico y Tiago como pupilo, para ingresar al Campus del CENARD, allí se realiza una evaluación para lograr ser seleccionado al campeonato de noviembre 2023”, arrancó diciendo Charly Alanis, el entrenador de Tiago y tantos otros chicos. Y enseguida agregó: “La Federación convoca a los campeones y también a sub campeones, es una oportunidad muy buena la convocatoria al campus de entrenamiento donde realizan una evaluación completa de cómo es el atleta desde su forma de ser, su educación, disciplina y desempeño. Todo es una evaluación aparte de lo que es como talento y de ahí ojala Dios quiera lo dejen en el seleccionado argentino, que es el mayor de mis deseos, y que disfrute toda esa experiencia”.

“Quisiera lograr forjar un campeón olímpico”, sentenció Alanis con entusiasmo, para luego añadir: “Yo confió en él y en el trabajo que venimos haciendo porque como atleta tiene todas las condiciones para llegar a lo más alto en el boxeo amateur. Su gran explosión y potencia puede abrirle grandes caminos”.

Forjar a un campeón

Su entrenador Carlos Alanis y su manoplero Fabrizio Maximiliano Pérez son los responsables de mantener activo y técnicamente preparado al flamante campeón y cuentan que después de Alanis Juniors, la ciudad de Rosario no lograba una hazaña de estas características desde 2017: la única diferencia fue que Juniors lo hizo en la categoría mayores y en Catamarca.

Consideran a su alumno como una buena persona, educada, aplicada y disciplinada, que se ha convertido en un atleta ciento por ciento. Su sesión de entrenamiento cuenta de dos turnos diario: a la mañana sale a correr una hora, después hace pasadas, sombras, abdominales y de vez en cuando trabajos con peso en sentadillas y también flexiones. Desayuna sano y descansa correctamente para tener una buena recuperación. A la tarde regresa al gimnasio para el segundo turno y realiza soga, sombra como precalentamiento, después trabaja con elementos como la bolsa y los focos con su segundo entrenador, Fabrizio, con quien suma el trabajo con pechera y gobernadora.

Fabrizio Pérez cuenta: “Hace un año que lo estoy entrenando, Charly me dio esta oportunidad y estoy muy agradecido. Tiago es un ejemplo de deportista, es el primero que llega al gimnasio y el último en irse. La rutina es variada, algunos días trabajamos velocidad, otro potencia y así la vamos variando para que el alumno no se aburra ni se estanque. Por ejemplo los martes y jueves hace sparring”.

“Somos un equipo muy unido donde también participa mi otro hijo, Fernando, que atiende a juniors”, expresó Charly Alanis. Y rápidamente agregó: “Los resultados reflejan lo que vamos haciendo día a día. Y agradecemos al diario El Ciudadano que da este hermoso espacio al boxeo que tanto lo necesita. Es importante el trabajo que están realizando desde el diario, porque cuando le pones un guante a un chico  impedís que le pongan un arma en la mano y le sacas las malas costumbres de la calle y en el gimnasio va a crecer sano, seguro y con cariño”.

Especial para El Ciudadano de Ever Palermo, ex boxeador amateur y autor de “Rebeldes de uniforme” y “Puños Rosarinos: tierra de campeones”, libro declarado de interés Municipal y Provincial.

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