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El boom de los juguetes sexuales masculinos

Los hay para todos los gustos y ninguno baja de los 400 pesos. Informe especial.

A simple vista, parecen linternas, desodorantes, rabas y huevos. Pero si lee el manual de instrucciones descubrirá que no iluminan, no se comen y no sacan el chivo. Sacan otra clase de necesidades. Después del boom de los juguetes sexuales femeninos –con las reuniones de Tuppersex como estrategia de venta para llegar a mujeres de todas las edades– el de los aparatitos de masturbación masculina es uno de los negocios más crecientes de los juguetes para adultos: sencillos, portátiles, lavables o descartables y, sobre todo, tiernos. Antes, el mercado del sexo sustituto para varones se reducía al de las muñecas inflables. Sin embargo, hoy en día, existe una gama de productos que, si nadie se lo explica a tiempo, usted podrá confundirlos y colocarlos como centros de mesa en la fiesta de 15 de su hija.

El más reciente desembarco son, sin dudas, los Tenga Eggs, lanzados por una compañía japonesa. Masturbadores con forma de huevos, que se estiran al tamaño de su pichicho, cualquiera éste sea. Una línea de productos que aún no llegó a la Argentina, se acomodan como preservativos, e incluyen interiores con superficies con ondas –el modelo Wavy–, con nódulos y protuberancias –modelo Clicker– y con réplicas de telas arácnidas –el envolvente Spider–. Los Tenga Eggs son descartables y, si le entusiasma la idea, se puede llevar una media docena ordenados en pack de huevos de súper. “Sabemos que algunas personas tienen una imagen de los juguetes de placer adulto como sucios o cuando menos, ‘raros’”, afirman en la compañía. “¡Pero Tenga ha llegado a la fiesta”.

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