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El año de la renovación

Balance político, por Daniel Zecca. Resumen de un 2011 signado en Santa Fe por cuatro elecciones, primarias y generales tanto de orden nacional como provincial. Reutemann se llamó a silencio, Binner dejó su heredero y el PRO sorprendió.

Bonfatti se coronó como gobernador.

Como todo año electoral, el 2011 fue para la política provincial el período en el que la cháchara dio paso a la cruda realidad. Fue el año donde se contaron los votos, aunque esta vez sin la participación, por distintos motivos, de los dos grandes electores santafesinos: Carlos Reutemann y Hermes Binner, lo que provocó una obligada renovación de los máximos dirigentes provinciales, que tuvieron que salir a remontar un alto grado de desconocimiento. Los votos se contaron cuatro veces en la provincia, dos internas y dos generales, provinciales y nacionales, que pusieron a cada uno en su lugar, sin posibilidades de “proyectar” el sentir popular o interpretarlo según las propias necesidades.

Fue el año en el que el socialismo blanqueó su histórica interna (entre Hermes Binner y Rubén Giustiniani), se pegó el susto histórico en las elecciones a gobernador cuando el recién llegado Miguel Del Sel (PRO) quedó a 60 mil votos de arrebatarle la provincia, y aseguró su continuidad en Rosario, de la mano de una mujer.

Fue el año de la consolidación de Miguel Lifschitz, el único que dio el paso al costado en el choque de trenes del socialismo, que colocó a su sucesora con el visto bueno de los dos sectores en pugna, y pasó a una senaduría provincial en lo más alto de su popularidad, con un caudal de votos extraordinario.

Rubeo le ganó a Bielsa en la interna del PJ.

Fue el año donde el PJ, pese a haber logrado la unidad en un congreso partidario de febrero, terminó tercero en la elección a gobernador, muy lejos, aunque se llevó de premio consuelo una histórica victoria en la categoría Diputados, con lo que se aseguró la mayoría en ambas Cámaras.

Fue el año donde Santa Fe tuvo al fin su candidato a presidente, con Hermes Binner liderando la propuesta del Frente Amplio Progresista, después de haber coqueteado por meses con la UCR.

Fue el año en que el gobernador logró que el hombre que predestinó a la gobernación sobre fines de 2010, Bonfatti, derrotara en la interna a su rival, Giustiniani, y se instalara luego en la Casa Gris.

Fue al año de la desarticulación definitiva del reutemismo, con un Lole cada vez más silencioso y prescindente de su propia tropa, que terminó engordando las diferentes propuestas del PJ. Fue el año donde desaparecieron los intérpretes de los silencios de Reutemann, cuya obra máxima fue sellar el derrumbe del Peronismo Federal, con su renuncia al espacio disidente peronista, y desligarse de la suerte del PJ en la provincia: “Nuca fui kirchnerista”, dijo antes de la elección.

Del Sel, la sorpresa de las elecciones.

Fue el año del batacazo de Miguel Del Sel, un fenómeno electoral que parece haberse quedado allí. Detrás de Del Sel, el PRO se llevó siete diputados provinciales y tres concejales en Rosario. El ex Midachi, que cerró su campaña a gobernador en el programa de Susana Giménez, sólo apareció por la Legislatura provincial para asegurarse que los siete diputados de su fuerza no votaran al candidato del kirchnerismo a la presidencia del cuerpo. Fue el año de los roces entre el PS y el radicalismo, socios en el Frente Progresista, separados en las elecciones nacionales y con candidato propio en la interna provincial. De todas maneras, fue el año donde el Frente superó pruebas fuertes, incluso aquella frase de Binner definiendo a la UCR como “partido del siglo pasado”. O el documento de los radicales donde se acusaba a Binner de ser “funcional al kirchnerismo”.

Fue el año en el que el radicalismo nacional eligió al santafesino Mario Barletta para reorganizar el caos partidario, luego del fracaso de Ricardo Alfonsín en las elecciones de octubre.

Fue el año donde se dio marcha atrás con la ley Borgonovo, y se habilitó a los Concejos municipales a incrementar el número de ediles a partir de 2013.

Fue el año del primer debate televisivo entre los principales candidatos a gobernador. Fue el año de la muerte de Alberto Natale y Elbio Martínez, dos históricos dirigentes del PDP. Fue el año donde empezó a hablarse de la reforma constitucional, a punto de cumplir 50 años de su sanción.

Fue el año de las visitas de funcionarios y referentes del gobierno nacional para impulsar la campaña de Agustín Rossi.

Fue el año de otro fracaso de las encuestadoras. Ninguna de ellas advirtió el ajustado resultado que se daría en la categoría de gobernador.

Fue el año de la consolidación de nuevos referentes electorales a nivel provincial: Omar Perotti, Mario Barletta, María Eugenia Bielsa y Antonio Bonfatti. El rafaelino y el santafesino sorprendieron en las internas a gobernador, con más de 200 mil votos cada uno. La ex concejala arrasó en la categoría de Diputados, con más de 300 mil votos en la interna, mientras que Bonfatti terminó alcanzando la gobernación, tras un inicio en las encuestas muy por debajo de su rival Giustiniani.

Fue el año de la consolidación de la presencia femenina en la política, con una intendenta electa en Rosario, primera en la historia, Mónica Fein, por el 52 por ciento de los votos.

Fue el año del debut del padrón único y la boleta única, con mesas mixtas, urnas de cinco bocas y boxes. Comenzó a ser promocionada sobre fines de marzo, con capacitaciones especiales, spots televisivos y radiales, y simulacros de votación. Prueba superada, pese a la polémica con repercusión nacional por la impresión de las boletas, que corrió por cuenta de una empresa del Grupo Clarín, mediante una contratación directa. El gobierno adujo falta de tiempo.

Fue el año de los contrapuntos entre Binner y Cristina. Empezaron en marzo, en Sunchales. Siguieron en el Monumento a la Bandera, el 20 de junio, cuando Binner prefirió no hablar.”Viene con la chequera porque pierde Santa Fe”, llegó a decir Binner antes del tercer encuentro del año, en la planta de biodiésel de Puerto San Martín, donde hubo cruces por el crecimiento de Santa Fe, según Cristina por debajo de la media nacional. Y con quejas de Binner por transformar “en un acto electoral la inauguración de una empresa”. El último encuentro fue en la inauguración del Instituto de Biología Molecular, donde el gobernador volvió a pedirle convocatoria al diálogo y la presidenta lo despachó diciéndole que no iba a responder propuestas en un ámbito inadecuado. El penúltimo encuentro fue en la presentación del plan industrial, en Venado Tuerto, donde el gobernador se quejó por no poder hablar. La última fue en noviembre, en la planta de General Motors.

Fue el año donde María Angélica Gastaldi se convirtió en la primera mujer en acceder a la Suprema Corte de Justicia provincial.

Fue el año de una marcha multitudinaria, más de 30 mil almas, en la conmemoración del golpe del 76. El año de la recuperación de la nieta 103, en Rosario.  El año donde secuestraron y luego liberaron al testigo de la muerte del ex obispo Ponce De León, en 1977. Fue el año de la citación al Gato Andrada para declarar en la causa por el secuestro y asesinato de los militantes montoneros Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi, en 1983, y del pedido de detención y el llamado a indagatoria del sacerdote Eugenio Zitelli, ex capellán de la Policía durante la última dictadura.

Fue el año de la condena al primer gobernador de facto de Santa Fe, José María González, por el homicidio de una militante peronista, y a los ex integrantes del Batallón de Inteligencia 121 de Rosario durante la dictadura; Amelong, Guerrieri, Pagano y Fariña, en Paraná, por la sustracción de uno de los bebés de Raquel Negro.

Fue el año donde el gobernador Bonfatti demostró una impronta propia. Reuniones con senadores del PJ que permitieron destrabar leyes, concesiones donde antes había negativas y un concepto más “frentista” en el armado del gabinete, donde aparecen tres radicales, parecen ser las primeras señales del cambio.

Reutemann se llamó al silencio.

Fue el año donde el PJ empezó a dirimir su nueva interna, con la elección de la presidencia de la Cámara baja, donde el kirchnerista Luis Rubeo junto a Alberto Maguid y Cachi Martínez frenaron la intención de María Eugenia Bielsa de ser presidenta de la Cámara de Diputados.

Fue el año que termina con la noticia de un Binner asesor en la provincia y “embajador” de Rosario. Algo que obligó a Bonfatti a decir: “El gobernador soy yo, no hay doble comando”.

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