Ciudad

Bolsillos flacos

El ajuste se siente fuerte en cines, electrodomésticos y restaurantes

La caída en la actividad y ventas en esos tres sectores ronda ya el 30 por ciento en Rosario en lo que va del año.


La caída en la actividad económica comienza a golpear en Rosario a tres sectores con particular fuerza. Según estiman representantes y empresarios de cada uno de los rubros, la baja en el consumo y ventas en casas de electrodomésticos, restaurantes y cines ronda el 30 por ciento.

De acuerdo a datos que entrega el titular de la cámara que los agrupa, Hernán Calatayud, es en las casas que comercializan electrodomésticos y artículos para el hogar donde la merma impacta más duro.

Allí, detalló, el derrumbe llega en algunos comercios hasta un 40 por ciento.

“Las diferencias que se están dando en las ventas de productos de primera necesidad y los que no lo son se ve bien en las grandes cadenas de hipermercados, donde venden de todo. Son un buen termómetro. Ahí la baja en los electrodomésticos es mucho más grande que en los alimentos”, explica el referente.

Calatayud, titular del comercio que lleva el mismo nombre, cuenta que al interior del rubro la merma se siente especialmente en los artefactos para el hogar de consumo y precios medios, como heladeras, televisores, calefones y aires acondicionados.

“Claramente la más afectada por la situación es la clase media. Lo que nosotros notamos es que en los artículos de alta gama no se ve la caída. El que tiene un ingreso alto sigue comprando. Pero hay otros sectores que evidentemente hoy están siendo más perjudicados”, señala.

Tras eso, el empresario hizo eje en los números que se manejan en el negocio. Con un descenso en la actividad y (según dijo) fuerte suba de gastos, el panorama se vislumbra algo sombrío.

“Hoy está complicada la situación. En algunos comercios los costos no te dan. Mucha mercadería es importada o se produce aquí con insumos importados ya con un dólar de 15 pesos. Y hay productos que continúan con los precios del año pasado ya que no los podés subir porque en este sector hay mucha competencia. La ecuación no cierra de esa manera, se hace difícil así tener rentabilidad”, sostiene.

En ese marco, Calatayud se ilusiona tímidamente con la posibilidad de que con el cierre de las paritarias y el incremento del poder adquisitivo de los salarios la situación comience, en parte, a revertirse. “Esperemos que esa mejora en el bolsillo compense un poco”, augura.

Salir a comer

En tanto, en los bares, pubs y restaurantes de avenida Pellegrini hablan de una caída de entre un 15 y 35 por ciento en marzo de este año en relación al mismo mes de 2015.

“Esa baja, que comenzó a notarse a mediados de febrero y se acentuó el mes pasado, es medida en cubiertos. Es decir, en la cantidad de gente que entra a los negocios, ya sea para tomar un café o comer una hamburguesa”, explica Leandro Santero, el presidente del Paseo Pellegrini.

La entidad agrupa a 25 locales gastronómicos ubicados entre las calles Dorrego y Sarmiento que emplean a unas 500 personas.

Según el dirigente, el desplome en este caso no se debe sólo al alto costo de salir a comer afuera. Más bien, Santero enmarca la merma en la realidad general de la economía.

“A veces es más conveniente salir a cenar que hacer un asado en tu casa con amigos para seis personas. Todavía no es mucho más caro comer en un restaurante. Los proveedores nos están aumentando tanto a nosotros como a Coto. Es caro comer afuera y también en tu casa”, señala.

A diferencia del escenario que expuso Calatayud, el empresario gastronómico sostiene que la caída se observa más en los comercios donde los platos son más costosos.

“Yo creo que las parrillas y los restaurantes de alta gama son los que peor la están pasando. Ahí la baja es sustancial. En la medida que se siguen implementando políticas que atentan contra el consumo la situación no va a variar”, apunta.

A ver la peli

Por su parte, Daniel Grecco, gerente del complejo de cines Monumental, dijo que en esas salas la disminución en la afluencia comenzó a pronunciarse y sentirse antes; desde septiembre del año pasado.

“Octubre, noviembre y diciembre fueron meses realmente muy malos. Y desde enero la situación se estabilizó, aunque a la baja. Si te tengo que comparar lo que va del año con igual lapso de 2015 te diría que tenemos una merma del 30 por ciento. Para que te des una idea, hoy estamos en los 5 mil espectadores por semana. Cuando para trabajar bien necesitamos entre 7 y 10 mil. Esto es generalizado. Lo que nos pasa a nosotros también le ocurre al resto de las salas”, explica.

Para graficar cómo está planteado el escenario, Grecco comparó lo que sucede hoy con lo que “padeció” Rosario con el brote de gripe A del año 2009, cuando la población dejó de asistir a sitios cerrados por temor a contagios. “Encima ahora los títulos tanques no incrementaron el público. Espero que con la nueva película de Darín levante un poco”, se ilusiona.

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