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En Buenos Aires

El adiós a Margarita Paksa, una de las pioneras del arte conceptual

Representante de la generación del Instituto Di Tella y la vanguardia de los 60, murió el domingo a los 88 años según informó la directora del Malba, Gabriela Rangel


La artista Margarita Paksa, una de las pioneras del arte conceptual, representante de la generación del Instituto Di Tella y la vanguardia de los 60, murió el domingo a los 88 años según informó la directora del Malba, Gabriela Rangel.

“Que descanse en paz. Su nombre ya es parte de la historia”, publicó Rangel en su cuenta de Instagram en referencia a la artista nacida en Buenos Aires el 8 de mayo de 1932, mientras que sus allegados señalaron que sufrió una descompensación.

Paksa fue responsable de una obra poética, potente y metafórica: tal vez una de sus más recordadas obras sea El arte ha muerto, viva el arte, ambas leyendas sobre una pared, en grandes letras de neón de diferentes colores.


A lo largo de su carrera incursionó en diferentes soportes como escultura, dibujo, diseño, instalaciones, pintura, objetos, arte digital y video-arte, además del uso del acrílico lo que la convirtió en pionera en la utilización de ese material, en 1969.

Trabajó muchas de sus obras en series como vehículo de ciertas preocupaciones en el tiempo: la dualidad, la identidad, temas sociales, políticos y de comunicación.

Otra de sus obras más impactantes, el mural de luz Serie de Pisa Fibonacci, reunía tubos fluorescentes en vertical, regidos en su encendido por una secuencia matemática.

“Arte y tecnología son los dos pilares de mi obra”, había dicho la artista en una entrevista con Télam con motivo de la retrospectiva organizada en el año 2012 en el Mamba.

Paksa participó de la experiencia Tucumán Arde, organizado en 1968 junto a la entonces CGT de los Argentinos, incursionó en el arte minimalista y realizó poesías visuales, así como escrituras secretas, palabras formadas con perillas que sólo se perciben al alejarse del cuadro.

En 1968 en Experiencias Di Tella presentó otra de sus emblemáticas creaciones, Comunicaciones, un arenero con las siluetas de dos amantes ausentes y un reproductor wincofón que pasaba un disco con jadeos especialmente grabado y editado para la obra.

En 2004 ganó el Gran Premio Salón Nacional en la categoría Nuevos soportes e Instalaciones y también la beca Guggenheim, mientras que obtuvo el primer premio Fortabat de pintura y realizó una residencia en el Banff Centre de Canadá.

Realizó exposiciones en Argentina, Brasil, Paraguay, Canadá, Inglaterra, Francia y Egipto, mientras que sus obras forman parte del acervo del Museo de Bellas Artes, el Museo del Barro de Estados Unidos.

Su mural Las flores de mi país se puede ver cada día en la estación Ángel Gallardo de la línea B del subterráneo.

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