La violencia en la ciudad cada día es mayor y el 80% de los homicidios en Rosario fueron cometidos con arma de fuego. Así lo determinó un informe de la Secretaría de Salud Pública de Rosario.
Otros de los datos reveladores del estudio de los fallecidos por asesinatos es que el 40% eran jóvenes de entre 15 y 24 años.
El artículo, de esta manera, alerta sobre las edades, la vulnerabilidad y el uso de armas de fuego para dirimir conflictos que derivan en el aumento de la tasa de asesinatos violentos, fue realizado en base a las estadísticas oficiales de 2013.
Durante el año pasado en el Gran Rosario se cometieron 264 asesinatos, unos 22 por cada 100 mil habitantes, lo que arrojó una cifra que superó en más del 46 por ciento la del año 2012, cuando hubo 15 homicidios cada 100 mil habitantes.
Según los registros de los centros asistenciales públicos locales y regionales, el 48,8% de los asesinados había tenido durante el primer semestre del año pasado al menos un ingreso a la guardia de un hospital por heridas de consideración, consigna el informe.
Tras divulgar el informe, la subsecretaria de Salud Pública, Gabriela Quintanilla, dijo que “los datos demuestran que la violencia atraviesa en este momento histórico de la ciudad un proceso circular”.
“Esto involucra a protagonistas vulnerables que se repiten, que en muchos casos se conocen y dirimen a tiros sus disputas territoriales”, opinó.
“Las armas de fuego son un emergente de una nueva masculinidad, más agresiva y más grave”, opinó y agregó “Esto involucra a protagonistas vulnerables que se repiten, que en muchos casos se conocen y dirimen a tiros sus disputas territoriales”, opinó.
En declaraciones formuladas en dialogo radial, Quintanilla sostuvo: “Así como antes era macho quien se bancaba pelearse a los golpes con otros, ahora la lógica de la masculinidad de muchos jóvenes pasa por mostrar un arma, portarla y amenazar con generar daño físico grave al integrante de otra banda”.
La funcionaria consignó que el informe estadístico se realizó a los efectos de poner en práctica “nuevas estrategias” que apunten a disminuir las estadísticas y a contener tanto a las potenciales víctimas como a sus familiares.
Para Quintanilla una de esas estrategias podría implementarse al “ofrecerle a la víctima un nuevo rumbo, como capacitarlo en algún oficio para facilitarle una salida laboral o actividades culturales o deportivas”.
Al respecto, la funcionaria informó que se pondrá en práctica que cuando ingresen heridos con arma de fuego o arma blanca en los centros asistenciales, habrá profesionales que indagarán sobre las condiciones socioeconómicas de la víctima y de su entorno.
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