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El agua, ese derecho negado

El 40% de la población mundial no se puede lavar las manos en plena pandemia

"Casi tres mil millones de personas en el mundo no tienen cómo lavarse las manos contra el coronavirus", dicen las Naciones Unidas con motivo del Día Mundial del Agua que se conmemora cada 22 de marzo. El biólogo argentino e investigador del Conicet, Guillermo Folguera, demenuzó el grave problema


Ciudades superpobladas, uso intensivo por el extractivismo, contaminación de los ríos, privatización del recurso y exclusión de las comunidades son algunas de las razones por las que el 40% de la población no tiene agua en plena pandemia de coronavirus, aseguran especialistas en el Día Mundial de Agua.

“Casi tres mil millones de personas en el mundo no tienen cómo lavarse las manos contra el coronavirus”, dicen las Naciones Unidas con motivo del Día Mundial del Agua que se conmemora cada 22 de marzo

“Hay, al menos cinco factores que hacen que el acceso al agua potable hoy sea restringido para casi la mitad de la población”, describió a Télam el biólogo, filósofo e investigador de Conicet Guillermo Folguera, quien indicó que el orden de enumeración no establece prioridades de una sobre otras, sino que es la conjunción de todas las que provoca la situación.

Y continuó: “La primera tiene que ver con algo que situaciones como el coronavirus ponen en primera plana que es que la modernidad involucró un proyecto demográfico que expulsó a las personas del campo a las grandes urbes, donde se vive hacinado”.

El investigador identificó como segunda causa el modo de producción extractivista: “El modelo agroindustrial, la megaminería, el fracking, incluso las pasteras porque hacen un uso del suelo y sus nutrientes para el crecimiento rápido del árbol, todas estas industrias hacen un uso intensivo del agua”, sostuvo.

“El tercero -dijo- tiene que ver con el agua como forma de descartar los desechos, hay algunos que lo hacen en basurales a cielo abierto, pero en líneas generales las empresas extractivistas buscan cursos de agua para descartar y que los deshechos corran”.

El biólogo destacó que “este tipo de contaminación tiene una magnitud que no sabemos, no sólo porque no está realmente cuantificado lo que se vuelca, sino porque además no sabemos qué pasa cuando estas sustancias interactúan”.

También, aclaró, “hay medicamentos que no se usan que van a parar al inodoro o a la basura están generando un montón de cambios químicos en especies, más allá de los plásticos que se vuelcan en las aguas”.

La cuarta causa es lo que denominó la “privatización del agua”: el agua se trata “como un bien comercial, no como un derecho, entonces hay distintos accesos de acuerdo al sector social, en Argentina de hecho el agua es paga, pero además hay regiones que no tienen accesos al agua potable”.

El impacto de esto sobre las enfermedades es indirecto y directo: “hay enfermedades que están vinculadas directamente como el dengue, donde hay comunidades a las que es muy difícil convencer que den vuelta los tachitos, cuando es ahí donde ellos juntan el agua de la lluvia para beber”.

Finalmente, Folguera identificó como quinto y último punto que “los proyectos de conservación de a naturaleza institucionalizados en general excluyen la dimensión humana, entonces hay parques nacionales o provinciales donde las comunidades que viven deben irse”.

En Argentina cientos de organizaciones ambientales, de vecinos y autoconvocados, ecologistas y de derechos humanos iban a confluir este domingo en la Marcha Plurinacional por el Agua en la Ciudad de Buenos Aires, pero se suspendió por la pandemia de coronavirus y la cuarentena decretada por el gobierno nacional.

La idea de celebrar este día internacional se remonta a 1992, año en el que tuvo lugar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de Río de Janeiro y en la que realizó la propuesta.

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