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El “racista” Día de la Raza

Así lo definió Osvaldo Bayer, quien consideró “un disparate” que se festeje “el inicio de la esclavitud” en América. Y cuestionó miradas europeístas cuando la mayoría de los argentinos tiene sangre aborigen.

El historiador y escritor Osvaldo Bayer afirmó ayer que continuar celebrando el 12 de octubre como Día de la Raza “es un disparate” porque es festejar “el racismo”. “Para la mayoría de los pobladores de Latinoamérica, no fue el día de la liberación sino el día en que empezó la esclavitud”, dijo el autor del libro La Patagonia Rebelde. En este sentido cabe recordar que el Poder Ejecutivo envió al Congreso un proyecto para que se lo  modifique por “Día del respeto a la diversidad cultural”.

Alrededor de la llegada de los primeros colonizadores a América, Bayer se refirió a las formas de esclavitud, como la mita, la encomienda y el yanaconazgo, con las que españoles y portugueses sometieron a los pueblos naturales, “inaugurando para ellos un período de falta de libertad”.

Bayer recordó además que “un estudio de antropología de la Universidad Nacional de Buenos Aires señala que el 62 por ciento de los argentinos tiene sangre de los pueblos originarios a través del criollo o del mestizo”. Con lo cual, mantener el contenido actual del 12 de octubre “sería un insulto para la mayoría de la población”, disparó.

“Latinoamérica es ya una civilización mestiza, y tenemos que ir superando todas las aspiraciones de los denominados liberales positivistas como (Julio) Roca, como (Bartolomé) Mitre, como (Domingo) Sarmiento, de ser una civilización europea porque, con todas nuestras cualidades y defectos, ya no queremos ser «europeos» sino crear un verdadero Estado de convivencia en Latinoamérica”, dijo el escritor e historiador, según publicó la agencia Télam.

“Hay que respetar la sangre de los pueblos originarios, sus costumbres, sus idiomas, culturas e integrarnos como en el sueño de Bolívar”, destacó.

Bayer consideró, además, que “hay que estudiar toda la investigación científica histórica que indica que la Campaña al Desierto fue un gran negociado, como lo muestran las actas de aquel entonces de la Sociedad Rural, cuyo presidente era José Martínez de Hoz, integrante de una familia traficante de esclavos originaria de España”.

“Se llegó a decir que los conquistadores europeos vinieron a América por «ansiedad de distancias», pero vinieron por el oro y la plata, como bien contabilizó Eduardo Galeano de las cartas de Colón  al rey católico de España, en las que se dice 1.800 veces la palabra «oro», 1.775, «plata», y solamente 40 veces la palabra «dios», que en ese momento era bastante respetado”, ironizó.

El lado oscuro de la historia

“Lo que nunca se nos dijo es que la Sociedad Rural cofinanció la Campaña al Desierto, con la promesa de dar tierra a futuro por cada acción que aportara a financiar la «Cruzada» del Ejército”, resaltó el escritor.

“Se compraron 10 mil fusiles Remington a los Estados Unidos  porque era el arma con la que los estadounidenses habían exterminado al «piel roja», y se siguió el ejemplo diciendo «hay  que hacer trabajar a esos bárbaros con el fusil en el pecho»”, comentó.

“Lo que no se ha dicho es que Julio Roca restableció la esclavitud, porque a todos los prisioneros indios los repartió en diversos lugares, entre ellos sus propiedades de Tucumán, para que trabajen en la zafra azucarera”, puntualizó.

“Se pueden ver avisos en la prensa de esa época que anunciaban «hoy entrega de indios para peón, chinas como sirvientas y chinitos para mandaderos», empleando la barbarie y el genocidio para esos pueblos”, indicó el investigador.

“Tenemos que revisar todo eso y marchar hacia una cultura común, bajando a personajes como Roca del pedestal que tiene en la Diagonal Sur, reemplazándolos por quienes lo merecen: la mujer de  los pueblos originarios, la africana –que vino como esclava sacrificada y también la inmigrante, que trabajó y sufrió mucho junto a sus numerosos hijos”, propuso.

Según Bayer, no se puede seguir con el culto de tener “una Plaza de los Virreyes, para la cual un director de escuela pidió el cambio por Tupac Amaru y los legisladores macristas le contestaron  que hay que respetar a los virreyes porque también hicieron medidas que nos fueron acostumbrando a la civilización”.

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