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Ejemplo conmovedor

El jugador destina parte de su sueldo para el proyecto que encabeza junto a sus  padres en el norte del país.

El Burrito, como lo apodan sus compañeros, nació el 15 de julio de 1988 en San Pedro de Jujuy, una ciudad que tiene 60.000 habitantes y que está ubicada a 60 kilómetros de San Salvador, la capital de la provincia. “Es una ciudad muy pobre”, asegura el delantero.

Leandro Gurrieri es el menor de cuatro hermanos. Su madre tiene dos jardines de infantes y el papá del jugador es secretario de un diputado de la provincia jujeña. Leandro llegó a Central cuando tenía apenas 14 años con la promesa de que cuando tenga ingresos que le permitan hacerlo, ayudaría a su gente.

Hoy, con 21 años, Gurrieri es jugador profesional del plantel que dirige Ariel Cuffaro Russo y junto a su madre decidieron hacer realidad su sueño: “Ayudar a los que menos tienen”.

Y así nació la fundación Ordnael, que significa Leandro al revés, el nombre de pila del delantero canalla.

El último acto. En diciembre Gurrieri participó del lanzamiento de la escuelita de fútbol.
El último acto. En diciembre Gurrieri participó del lanzamiento de la escuelita de fútbol.

—¿Cómo surgió la idea de la fundación?

—Fue idea de mi mamá. Cuando ella me lo dijo, no lo dudé. Empezamos el año pasado y gracias a Dios venimos muy bien. La fundación es para niños, para todo tipo de personas que tengan entre 3 y 19 años. Ayudamos a hospitales, escuelas rurales y a todos los que necesiten algo.

—Más allá de la idea de tu madre, ¿vos porqué lo hacés?

—Lo hago porque en San Pedro hay mucha pobreza. Yo tengo sobrinos y  primos que están en esa situación. A mí no me gusta lo que están pasando.

—¿De dónde obtienen los fondos para llevar a cabo esta idea?

—La gente nos manda cosas. El gobierno de la provincia nos da comida y útiles. Y yo colaboro mandando cosas desde acá.

—¿Destinás parte de tu sueldo para solventar Ordnael?

—Sí. Yo mando parte de mi sueldo a la fundación. No todo, ya que si no, no me queda para comer acá (risas).

—¿Qué le brindan a las personas que se acercan a la fundación?

—Le brindamos comida. Tenemos un jardín maternal y en diciembre inauguramos una escuelita de fútbol donde trabajan profesores con niños de 4 a 12 años. También hay niños especiales. Si Dios quiere, en un futuro vamos a poder lograr brindarle un techo donde puedan pasar la noche.

—¿Quiénes de tu familia trabajan allí?

—Mi mamá es la que más trabaja y mi papá le da una mano. Él trabaja como secretario de un diputado y de ahí sacamos  un par de cosas.

—¿Qué necesitan en Ordnael?

—Útiles, alimentos no perecederos y cosas que utilizan los niños.

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